Por una convivencia en valores compartidos en el D¨ªa Internacional de las personas migrantes

Es urgente para la convivencia pac¨ªfica construirla desde valores compartidos por diferentes culturas. La celebraci¨®n hoy del D¨ªa Internacional de las Personas Migrantes recuerda esta obviedad, tan irrebatible como dif¨ªcil de alcanzar. Los desaf¨ªos identitarios de la diversidad cultural y su v¨ªnculo con sentimientos latentes como el de reivindicaci¨®n nacional, ponen en evidencia las dificultades de establecer dichos valores comunes en un mundo fragmentado y la necesidad de hacerlo desde los principios del Estado democr¨¢tico de Derecho.

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Hablar de diversidad cultural supone apelar a diversos factores que dan lugar al desarrollo de grupos sociales diferenciados, con vocaci¨®n de proyectar sus diferencias en el espacio p¨²blico y mantenerlas en el privado, y con una cierta dosis de voluntad de presencia pol¨ªtica. Para articular la pluralidad en positivo, es necesario superar la a¨²n vigente dial¨¦ctica hegeliana del amo y el esclavo, aquella que pone de manifiesto que lo propio del ser humano es imponerse sobre los dem¨¢s, como el amo domina al esclavo, neg¨¢ndolo.

La diversidad que viene de la inmigraci¨®n genera recelo y fomenta un discurso que nos retrotrae a la par¨¢bola de Malthus. Al abordar la pluralidad cultural, se insiste en unirla a la inmigraci¨®n y de ah¨ª a la pol¨ªtica de control de fronteras, seguridad y mercado de trabajo. Se dejan as¨ª desatendidas cuestiones que tienen que ver con la igualdad en los derechos. Asimismo, es notable la falta de consenso para afrontar las confrontaciones vinculadas a la diversidad, m¨¢s all¨¢ de un discurso xen¨®fobo o racista que parece aumentar.

Cualquier propuesta que se realice para propiciar una convivencia pac¨ªfica est¨¢ destinada a generar problemas ineludibles, pero en buena medida, previsibles, negociables y resolubles. Esos conflictos que se asocian muchas veces a la inmigraci¨®n, en palabras de Parekh, no son m¨¢s que las reivindicaciones leg¨ªtimas de unidad y diversidad, para lograr unidad pol¨ªtica sin uniformidad cultural, ser inclusivas sin ser asimilacionistas, cultivar un sentido de pertenencia respetando las leg¨ªtimas diferencias culturales, y albergar identidades culturales plurales sin debilitar la identidad de la ciudadan¨ªa compartida. Por eso hay que afrontarlos y gestionarlos.

Para reflexionar sobre las m¨²ltiples preguntas que surgen entorno a esta cuesti¨®n, el Instituto de Derechos Humanos organiza, en el d¨ªa Internacional del Migrante, la presentaci¨®n del libro ¡°Derechos y Culturas. Los retos de la diversidad en el espacio p¨²blico y privado¡±, ?ngeles Solanes, Tirant lo Blanch, Val¨¨ncia, 2018, en la que intervendr¨¢n, junto a la autora, Javier de Lucas, director del Instituto de Derechos Humanos y Mar¨ªa Elena Olmos, secretaria general de la Universitat de Val¨¨ncia.

Los retos vinculados a la gesti¨®n de la diversidad cultural exigen abordar la tensi¨®n existente en las sociedades plurales entre libertad e igualdad, as¨ª como la controvertida noci¨®n de cultura y su relaci¨®n con la identidad. Desde esta perspectiva, pueden examinarse y afrontarse los conflictos culturales que surgen tanto en el espacio p¨²blico como privado. Este encuentro, a las 19.30 horas en el colegio mayor Rector Peset de Val¨¨ncia, propone, a partir del mencionado estudio, ahondar en el significado y alcance de la diversidad cultural y los derechos humanos con un triple prop¨®sito: observar la realidad, analizarla y aprehender los retos que plantean las actuales barreras para la convivencia en perspectiva jur¨ªdico-pol¨ªtica, permitiendo as¨ª un di¨¢logo conjunto, ni exclusivo ni excluyente.

?ngeles Solanes, catedr¨¢tica de Filosof¨ªa del Derecho y Filosof¨ªa Pol¨ªtica. Instituto de Derechos Humanos de la Universitat de Val¨¨ncia.