Revuelta vallecana contra el arzobispo
Centenares de feligreses de la comunidad cristiana de Villa de Vallecas protestan contra el Arzobispado de Madrid por la supresi¨®n de parroquias y el menosprecio de algunos sacerdotes
¡°Tienen el poder pero no la raz¨®n. Ah¨ª, debajo de la pancarta, est¨¢ una parte de la comunidad cristiana del barrio de Vallecas. Los nuevos p¨¢rrocos y el vicario han optado por el modelo de iglesia clerical, autoritaria y d¨®cil. Nosotros sobramos. Una comunidad, que lleva 40 a?os luchando con el barrio y viviendo la fe desde el compromiso, ha sido expulsada y forzada a salir de las instalaciones parroquiales¡±.
Este p¨¢rrafo, en boca de Francisco Catal¨¢n Murciano, uno de los cat¨®licos de la Villa de Vallecas, resume el estado de ¨¢nimo de cientos de cristianos, enfadados por los cambios que el Arzobispado de Madrid ha impuesto en las parroquias de este distrito de la capital, conocido como la Vicar¨ªa IV en el organigrama de la archidi¨®cesis.
Lamentan que el empe?o del papa Francisco por desclericalizar su Iglesia, dar protagonismo a los laicos y contra los abusos de poder, no prospere en Vallecas, en otro tiempo protagonista de un catolicismo comprometido y rompedor, famoso en toda Espa?a de la mano de sacerdotes ya m¨ªticos, como los jesuitas Jos¨¦ Mar¨ªa Llanos y Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªez-Alegr¨ªa, o los sacerdotes Julio Lois y Carlos Jim¨¦nez de Parga. Fueron los tiempos del obispo Alberto Iniesta, prelado auxiliar del cardenal Taranc¨®n y vicario de Vallecas, que acaba de dar nombre a uno de sus jardines por acuerdo un¨¢nime del Ayuntamiento que preside Manuela Carmena.
Aquellos curas y otros en activo o jubilados fueron adelantados del Concilio Vaticano II en las parroquias de Vallecas porque supieron rodearse de laicos de ambos sexos que asumieron el compromiso por una Iglesia viva y corresponsable. Como dicen las pancartas ¡ªcolocadas estrat¨¦gicamente cerca de dos parroquias vallecanas, la Santo Tom¨¢s de Villanueva y la San Ambrosio¡ª aquella Iglesia era del barrio, ¡°no del cura ni del vicario¡±.
?Qu¨¦ ha cambiado en la Vicar¨ªa de Vallecas? Asambleas de fieles, pancartas y manifiestos echan la culpa, de palabra y en escritos distribuidos por la zona, al vicario Juan Carlos Merino Corral, nombrado hace tres a?os por el cardenal arzobispo Carlos Osoro. Laicos de ambos sexos dicen estar sufriendo ¡°los abusos de un poder que se quiere omn¨ªmodo y multipresente¡±. A?aden una frase del papa Francisco: ¡°Decir no al abuso, es decir en¨¦rgicamente no a cualquier forma de clericalismo¡±,
Este es uno de los p¨¢rrafos del manifiesto de protesta: ¡°La nueva organizaci¨®n de la Vicar¨ªa ha cerrado algunas parroquias y ha anexionado otras, con un p¨¢rroco com¨²n, en las llamadas Unidades Pastorales, sin respetar los procesos propios de cada parroquia ni consultar al laicado.
En algunas parroquias con un importante desarrollo de un laicado comprometido se han colocado p¨¢rrocos autoritarios que entienden que en la parroquia se hace lo que ellos mandan, dando m¨¢s importancia a normas, ritos y preceptos que al evangelio de Jes¨²s. Han llegado fiscalizando y apropi¨¢ndose de las cuentas, cambiando cerraduras, y, en todo caso, menospreciando a las personas responsables de actividades pastorales y a los profesionales que all¨ª colaboraban desde hace a?os¡±.
Requerido por EL PA?S, el Arzobispado refuta radicalmente esas quejas y limita el conflicto a la salida de un grupo de feligreses de unos locales de la Iglesia: ¡°Se les ofrecieron numerosas alternativas¡±. Y a?ade: ¡°Dijeron que no a erigirse en grupo parroquial, dijeron que no a un acuerdo similar a los que existen con otros grupos, dijeron que no a usar otros locales donde hab¨ªa estado la parroquia¡ y al final se les invit¨® a buscar otro sitio, eso s¨ª dejando margen para hacerlo (hasta el 31 de diciembre de este a?o). Ahora, las cosas en la parroquia est¨¢n mucho m¨¢s tranquilas y en la vicar¨ªa se est¨¢ apostando por el trabajo conjunto de todo el pueblo de Dios: laicos, presb¨ªteros y vida consagrada, siguiendo los criterios del Papa y del cardenal Osoro de apostar por la sinodalidad¡±.
En la copiosa documentaci¨®n a la que ha tenido acceso EL PA?S ¡ªactas de reuniones de feligreses, comunicados y manifiestos, cartas al vicario y al cardenal, adem¨¢s de conversaciones con feligreses de las parroquias de san Eulogio, santo Tom¨¢s y san Ambrosio, y tambi¨¦n documentos de Eclesalia y Redes Cristianas¡ª, se aprecia c¨®mo la din¨¢mica parroquial se ha ido enrareciendo, hasta el punto de que personas nada sospechosas de conflictividad han salido llorando de una reuni¨®n.
Entre otras quejas, lamentan que se ignorase a la comunidad parroquial en los nombramientos, pero, sobre todo, que no se les escuche. ¡°El Cardenal no ha recibido a ninguna de las tres parroquias que le han escrito, aun habi¨¦ndole entregado, en el caso de Santo Tom¨¢s de Villanueva y San Ambrosio, una carta explicativa solicitando el cambio de p¨¢rroco con 600 firmas de feligreses y del barrio.
Como consecuencia del conflicto, desde el pasado octubre, los ¨²ltimos domingos de cada mes, los que a s¨ª mismos se llaman ¡°cristianos expulsados de las parroquias de San Ambrosio y Santo Tom¨¢s de Villanueva¡± son acogidos por la Asociaci¨®n de Vecinos Los Pinos de San Agust¨ªn para cumplir con la misa de precepto.
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