¡°Cualquiera puede acabar necesitando un comedor social¡±
Carlos Bote dirige los comedores sociales de Santa Isabel, en Arg¨¹elles, y de Plaza El¨ªptica, ambos gestionados por la Comunidad de Madrid
Carlos Bote Llorente, 45 a?os, entr¨® a formar parte de la administraci¨®n madrile?a en 1995, donde trabaj¨® con personas discapacitadas y mayores antes de dirigir los comedores sociales de Santa Isabel, en Arg¨¹elles, y de Plaza El¨ªptica. Son dos de los cuatro gestionados por la Comunidad de Madrid, en la capital, sumando un total de cerca de 1.000 usuarios con plaza asignada a quienes se les sirven tres comidas diarias. El perfil de ¨¦stos es ¡°extremadamente variopinto¡±: ¡°Cualquiera, podr¨ªa verse en esa situaci¨®n¡±.
?A qu¨¦ tipos de personas atienden aqu¨ª?
Se suele pensar que est¨¢n en la calle, pero para la mayor¨ªa no es as¨ª. Varios llevan viniendo muchos a?os porque les resulta muy complicado incorporarse al mercado laboral. Comparten pisos de muchas habitaciones, y con lo que perciben de pensi¨®n les alcanza lo justo. Muchos tienen alg¨²n tipo de trastorno mental ¡ªTrastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), depresi¨®n...¡ª, y en situaciones tan vulnerables, tambi¨¦n es frecuente caer en adicciones. Un comedor social no es un sitio lleno de vagos; la gente que est¨¢ aqu¨ª [habla desde su despacho en Santa Isabel] no tiene otro remedio. Quieren salir pero no pueden.
?Cu¨¢les son los perfiles m¨¢s frecuentes?
En su gran mayor¨ªa ¡ªunos siete de cada diez¡ª son hombres en torno a los 50 a?os. Los hay m¨¢s j¨®venes, pero no suelen quedarse tanto tiempo, suelen irse antes. Tambi¨¦n hay mayores que no quieren entrar en residencias por no perder su autonom¨ªa. Los casos de adicciones son frecuentes. Tambi¨¦n hay muchos que llegaron a esta situaci¨®n despu¨¦s de un fracaso familiar: separados o divorciados casi siempre. Ocurre tambi¨¦n en el caso de las mujeres.
Est¨¢n solos.
La inmensa mayor¨ªa se quedaron solos por distintos motivos: familiares, financieros, sociales... Aqu¨ª hay usuarios que llegaron a tener gran capacidad econ¨®mica. O personas que con m¨¢s de 50 a?os le echaron de sus trabajos. O que rompieron con sus parejas. Algunos deprimidos. No es dif¨ªcil que te cuenten cosas como: ¡°Si me llegan a decir hace dos a?os que estar¨ªa as¨ª...¡±. Hay una idea muy equivocada de lo que es un comedor social. Como si fuera la cola de un sitio...
...ajeno a nuestra realidad cotidiana.
S¨ª. Y no tiene nada que ver. Como ya he dicho, es mucho m¨¢s com¨²n de lo que parece. Adem¨¢s aqu¨ª nos llamamos por nuestros nombres, conocemos nuestras vidas... Somos personas que se relacionan con otras personas que est¨¢n pasando un mal momento. Muchos te est¨¢n esperando para contarte sus cosas. La comida, sin ser en absoluto secundario, no es lo mismo darla en este entorno que en otro. Aqu¨ª abrimos desde por la ma?ana (a las 9.00) hasta la tarde (19.30). Al final pasan much¨ªsimo tiempo con nosotros: leyendo peri¨®dicos, viendo la televisi¨®n, discutiendo de pol¨ªtica...
Importa m¨¢s el calor de la gente que otras cosas.
Eso es. Aqu¨ª se les sirve en la mesa, y al final se desarrollan relaciones humanas. [El d¨ªa de esta conversaci¨®n, v¨ªspera de navidades, las mujeres que atend¨ªan las mesas llenas lo hac¨ªan cantando villancicos, con gorros de Pap¨¢ Noel]. Mucha gente encuentra un sitio. Nos buscan para que les ayudemos con papeles, para acompa?arles al m¨¦dico... Al final formas parte de su realidad cotidiana. Les conoces a todos aunque sean muchos: somos como una peque?a gran familia.
?Qu¨¦ mensaje le gustar¨ªa enviar a los lectores?
Que hay situaciones, como verte abocado a la calle, que nos pueden suceder a cualquiera de nosotros. A cualquiera: no importa lo que estemos haciendo ahora o que nos parezca imposible. Y que cuando uno tiene la nevera llena no se da cuenta de lo importante que es. Aqu¨ª se come todos los d¨ªas del a?o, no s¨®lo en navidades, y en Espa?a hay mucha necesidad.
Tambi¨¦n necesidad de otras cosas, como dec¨ªa.
S¨ª, la gente necesita que se le escuche. Aqu¨ª se emocionan a veces. ¡°?C¨®mo te puedo ayudar?¡±, preguntamoe. ¡°No lo s¨¦¡±, nos dicen, ¡°pero gracias por escuchar¡±. Cuando algun comensal falta varios d¨ªas, nos preocupamos, nos interesamos por ellos. A veces, alguien llama para decir que le den su comida a otro usuario. ?T¨² sabes el valor que le dan a esa comida? Porque no es la comida. Es que te acuerdes de ellos. Si quieres hacer felices a estas personas, ll¨¢males por tel¨¦fono.
Una ciudad con 524 personas sin hogar
Los comedores sociales de la Comunidad de Madrid dan desayuno, comida y cena en mesa de lunes a viernes; los fines de semana y festivos reparten cajas de v¨ªveres. Carlos Bote dirige dos de ellos en la capital, donde, seg¨²n el ¨²ltimo censo municipal, hay 524 personas sin hogar; en toda la Comunidad, la cifra supera las 2.500 personas: "Aqu¨ª viene mucha gente que tiene casa, pero no de comer", avisa el director.
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