Colau ha dictado 14 moratorias para reorientar el modelo de ciudad

En el Ayuntamiento de Barcelona, el que acaba es el mandato de las moratorias. La alcaldesa Ada Colau ha recurrido en 14 ocasiones a una suspensi¨®n de la concesi¨®n de licencias ¡ªpara abrir establecimientos o para construir¡ª con el objetivo de modificar planes de usos o urban¨ªsticos. O sea: para cambiar las reglas del juego all¨ª donde ha considerado que hab¨ªa concentraci¨®n de determinada oferta comercial o de ocio y deb¨ªa reequilibrarse; o para determinar qu¨¦ se pod¨ªa construir y qu¨¦ no. Hoteles, gasolineras, bares, restaurantes, tiendas de recuerdos, solares con destino a equipamientos e incluso f¨¢bricas del siglo XVIII figuran entre los afectados por las moratorias.

En los 42 meses que van de mandato, ha habido, de media, una moratoria cada tres meses. La primera fue un aviso a navegantes: tras solo dos semanas en el gobierno, Colau suspendi¨® las licencias para abrir establecimientos de alojamiento tur¨ªstico: hoteles, albergues y pensiones. Los apartamentos estaban suspendidos desde el mandato anterior. La pol¨¦mica fue lo nunca visto: BCom¨² acababa de llegar al poder y frenaba a los poderosos hoteleros. Congel¨® incluso 28 proyectos que hab¨ªan pedido licencia.

La respuesta del ejecutivo siempre fue que paraba para hacer una foto y decidir d¨®nde pod¨ªa crecer la oferta y d¨®nde no. El Plan Especial Urban¨ªstico de Alojamientos Tur¨ªsticos (PEUAT) se aprob¨® un a?o y medio despu¨¦s, en enero de 2017. La norma proh¨ªbe abrir hoteles en el centro y centrifuga la nueva oferta a la periferia o a las zonas que est¨¢n por urbanizar.

M¨¢s all¨¢ del plan de hoteles, la mayor¨ªa de moratorias del mandato se han dictado para redactar planes de usos en zonas que el Ayuntamiento cree que est¨¢n saturadas ¡ªo corren el riesgo de estarlo¡ª de oferta tur¨ªstica o de restauraci¨®n y ocio. El mayor plan de usos redactado fue el de Ciutat Vella, que proh¨ªbe abrir nuevas discotecas, bares, prost¨ªbulos, salas de juego, consignas o agencias de viaje. En Sant Antoni, se busc¨® evitar la desaparici¨®n de comercio de proximidad tras la apertura del renovado mercado. En la plaza de Osca y su entorno, se opt¨® por frenar la proliferaci¨®n de bares y restaurantes. Las moratorias de la calle gran de Sant Andreu y Paral¡¤lel se dictaron cuando se decidi¨® reurbanizar el espacio. Igual que, hace dos semanas, la calle de Girona y su entorno.

En otros casos se ha buscado proteger el patrimonio hist¨®rico: el del casco hist¨®rico de Gr¨¤cia (para analizar si conviene catalogar m¨¢s edificios de los que ahora gozan de protecci¨®n), o 26 casas-f¨¢brica del barrio del Raval de los siglos XVIII y XIX. Tambi¨¦n se han dictado para redactar nuevos planeamientos en Vallcarca o en los casos hist¨®ricos del distrito de Horta-Guinard¨®. Y las moratorias m¨¢s singulares han sido las que han afectado a nuevas licencias para gasolineras (para vigilar si encajan con su entorno) o a la apertura de tiendas de souvenirs en las zonas m¨¢s tur¨ªsticas, a lo que se ha puesto coto.

De las 14 suspensiones de licencias, siete se han levantado porque los planes de usos est¨¢n aprobados definitivamente en el plenario; tres se han levantado porque ha habido aprobaci¨®n inicial pero todav¨ªa hay prohibiciones hasta que sean definitivas; y cuatro siguen vigentes (Paral.lel, Girona, Gr¨¤cia y gasolineras).