Un ¡®skyline¡¯ cutre
Para construir un 'skyline' decente no basta con levantar rascacielos: tienen que hacer bonito
El cielo de Madrid es famoso por su hermosura (de Madrid al cielo y desde all¨ª un agujerito para verlo) y ¨²ltimamente tambi¨¦n por sus picores. Y si nos pica el cielo son necesarios los rascacielos, as¨ª que, poco a poco, los vamos construyendo, ignorando la maldici¨®n de Babel. El skyline madrile?o ha sido tradicionalmente desangelado, diluido, cutr¨®n, como mal puesto a lo largo del poblach¨®n manchego, aunque se suela imprimir en algunos folletos y paneles promocionales.
Est¨¢ la Torre de Madrid, luego por Azca se levanta la torre Picasso y otras subalternas, m¨¢s al norte las torres KIO, s¨ªmbolo de Sat¨¢n (como se?al¨® Alex de la Iglesia), no se acaban de caer la una contra la otra y m¨¢s arriba a¨²n la ¨²ltima novedad: las Cuatro Torres Business Area. Ahora, con la pol¨¦mica Operaci¨®n Chamart¨ªn (llamada Madrid Nuevo Norte), se levantar¨¢n hasta otros tres: que no decaiga.
Antes los rascacielos eran una cosa como muy neoyorquina que ve¨ªamos en los p¨®steres de las hamburgueser¨ªas de barrio o en las pel¨ªculas transatl¨¢nticas
Habr¨ªa que tener en cuenta que para construir un skyline decente no basta con construir rascacielos, sino que hay que disponerlos de una manera determinada, que haga bonito, que nos haga parecer una verdadera ciudad global, aunque no necesariamente m¨¢s horizontal (en todos los sentidos). Lo escribi¨® el soci¨®logo Manuel Castells: los rascacielos "simbolizan el poder del dinero sobre la ciudad, a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa y de la confianza en uno mismo, y son las catedrales del periodo de auge del capitalismo empresarial".
Antes los rascacielos eran una cosa como muy neoyorquina que ve¨ªamos en los p¨®steres de las hamburgueser¨ªas de barrio o en las pel¨ªculas transatl¨¢nticas. Ahora si una ciudad quiere ser alguien en el tablero internacional tiene que tener sus buenos rascacielos. Los m¨¢s altos, horteras, posmodernos y espectaculares est¨¢n en Dubai, en Shanghai, en Taipei y por ah¨ª, porque Oriente va a dominar el mundo y as¨ª lo van avisando. En el sector del rascacielos la cuesti¨®n es quien lo tiene m¨¢s largo, y no parece que aqu¨ª vayamos a sobresalir por eso.
Es inquietante: en la lista de Wikipedia de los edificios m¨¢s altos del planeta proliferan las ciudades orientales; lo m¨¢s raro es que abundan esas ciudades chinas habitadas por millones de personas de las que la mayor¨ªa no conocemos ni el nombre: Changsa, Nanjing, Wuhan, Dalian, etc. Son enormes urbes con enormes rascacielos, colocadas en alg¨²n lugar de la enorme China, llenas de gente lejana, de la que no sabemos nada, como si aquello fuera otro planeta a descubrir.
Por lo dem¨¢s, igual lo mejor era ocuparse de otras cosas antes que del skyline. A m¨ª, a veces, hasta me parecen intrusivas esas Cuatro Torres, un poco Mordor, que se comen Madrid, que se ven entre la boina de esmog desde que uno entra por el t¨²nel de Guadarrama, que te vigilan mientras caminas por cualquier distrito de la zona norte, que te miran todo el rato por encima del hombro a ver qu¨¦ escribes en el WhatsApp.
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