Cuando Cervantes despierte, la errata seguir¨¢ ah¨ª
La placa de la supuesta tumba del escritor tiene un error que a nadie le da la gana de arreglar
Tuvimos un desacertado ministro de Cultura apellidado Wert, que en marzo de 2015 hizo un pron¨®stico muy loco: imagin¨® un peregrinaje tur¨ªstico a la tumba de Cervantes en el convento de las trinitarias igual al que genera la de William Shakespeare en la iglesia de la Sant¨ªsima Trinidad de Stratford-upon-Avon (Inglaterra). Eso pretendieron hacer creer. Eso vendieron a la prensa; que la tumba que le fabricaron al autor del Quijote iba a arrastrar un impacto tur¨ªstico sin precedentes, unos jugosos ingresos para el convento y colas de visitantes que pr¨¢cticamente dar¨ªan la vuelta a la manzana. Sandro Rey no lo hubiera hecho peor.
La tumba de Shakespeare, cuidada desde el principio por ser quien era, promocionada por las autoridades culturales, y que no ha dejado de recibir visitas desde que aquel primer turista llamado Washington Irving pas¨® por all¨ª hace dos siglos, se parece a la de Cervantes como un huevo a una casta?a. Empezando con que, sea mucho o poco, la l¨¢pida de Shakespeare cubre a Shakespeare, y la de Cervantes guarda tres cajas con huesecillos de al menos 17 individuos entre los que, qui¨¦n sabe... puede que, con un poco de suerte, haya algo del autor del Quijote. Como acertadamente titul¨® un diario digital cuando nos intentaron enredar con un hallazgo que nunca se produjo, "Cervantes est¨¢, pero no lo han encontrado".
Ana Botella sali¨® de la Alcald¨ªa de Madrid con su objetivo cumplido: hacerse una foto con un obispo y unos militares frente a la supuesta tumba de Cervantes en el interior de la iglesia. Y hasta enred¨® a la Real Academia Espa?ola (RAE) para que pagara una l¨¢pida donde luce eso de "Yace aqu¨ª Miguel de Cervantes". Habr¨ªa que a?adir "o no", y, de paso, arreglar la errata.
La RAE, efectivamente, corri¨® con los gastos de la l¨¢pida y envi¨® al Ayuntamiento el texto que deb¨ªa grabarse: un fragmento del pr¨®logo de la ¨²ltima obra de Cervantes, Los trabajos de Persiles y Sigismunda. Alguien, no se sabe qui¨¦n porque todav¨ªa est¨¢n buscando al listo, decidi¨® que los de la Real Academia eran unos ignorantes, corrigi¨® lo de "Sigismunda" y puso "Segismunda". Los responsables de la RAE exigieron que se reparara semejante error en una l¨¢pida pagada y firmada por tan alta instituci¨®n cultural, pero una vez que Ana Botella se hizo su foto, a todo el mundo le trajo al pairo la errata, la RAE y las riadas de turistas que nunca llegaron.
Tampoco es que tengan f¨¢cil llegar, porque las puertas de la iglesia del convento est¨¢n cerradas a cal y canto la mayor parte del tiempo, y solo se puede acceder media hora antes de la misa una vez superada la cara de pocos amigos de una guardiana que vigila la entrada. Y quien quiera hacer la visita semanal que organiza el Ayuntamiento tiene que cumplir con un requisito: ser discapacitado.
Da igual. Puede que Cervantes ni siquiera est¨¦. Nos lo perdieron las trinitarias.
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