El club de la lucha c¨®mica
Los humoristas Santiago Alver¨² y Lalo Tenorio organizan con Comedy Fight Club una batalla de chistes basada en el formato estadounidense conocido como ¡®roast¡¯
![](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/AXHVREEKM63MBHLW4UIT73TN6I.jpg?auth=eacfcbe87b7dd6295d3fd4bcd0b4eb2d477029df47900183c962f15e59d48b81&width=414)
La primera norma de El Club de la Lucha, esa pel¨ªcula de 1999 convertida inmediatamente en cl¨¢sico, consist¨ªa en no hablar del club de la lucha. Todo quedaba en secreto dentro de aquellos lugares en que los congregados se golpeaban sin guantes ni protectores. Los c¨®micos Santiago Alver¨² y Lalo Tenorio han querido agarrarse a ese precepto para presentar Comedy Fight Club, un ¡°duelo de hostias verbales¡± que no se hace p¨²blico, y donde lo que magulla son los chistes. Bebiendo del formato estadounidense conocido como roast, los organizadores proponen una competici¨®n de humor salvaje el pr¨®ximo jueves en el Palacio de la Prensa.
El torneo enfrenta a 16 c¨®micos poni¨¦ndose a parir. En asaltos de tres chistes y con el escenario como cuadril¨¢tero, los asistentes soportan insultos frente a un p¨²blico y un jurado encargados de determinar el vencedor, seg¨²n la gracia o el ingenio. Alex O¡¯Dogherty, Pilar de Francisco, Antonio Castelo o el propio Lalo Tenorio ejercer¨¢n de ¨¢rbitros en las citas planeadas, pudiendo acelerar el tiempo del duelo o decidir las eliminaciones. Entre los participantes se encuentran Jaime Caravaca y Jaime Lorente, guionistas de La Resistencia (Movistar Plus), la actriz Virginia Riezu o la monologuista Eva Soriano.
¡°El formato viene de mediados del siglo XX, cuando ya el Rat Pack¡±, con Sammy Davis Jr. o Frank Sinatra, ¡°aprovechaban sus espect¨¢culos para insultarse y levantar risas¡±, cuenta Santiago Alver¨² con respecto a la idea. ¡°Naci¨® de una reuni¨®n de amigos, lo probamos el a?o pasado y funcion¨® muy bien¡±, a?ade el protagonista de Selfie, filme por el que fue nominado a Mejor Actor Revelaci¨®n. En realidad, ya hab¨ªa surgido en canales como Comedy Central y en algunos espacios m¨¢s reducidos, sin llegar a instalarse en la agenda cultural. ¡°Poco a poco va ampli¨¢ndose. Creo que funciona porque hemos avanzado mucho en el humor. Cada vez podemos ir m¨¢s a lo oscuro, al roast¡±, comenta. La traducci¨®n de este t¨¦rmino, de hecho, es asar, como si se horneara al contrincante a base de burlas.
A lo largo de las dos horas de duraci¨®n planeadas, los 16 c¨®micos pasan eliminatorias. Hay semifinales y final, como en un campeonato deportivo. Llevan chistes pensados de antemano, pero se facilita el vuelo a la improvisaci¨®n y el derecho a r¨¦plica. ¡°Empieza como una elegante pelea de esgrima entre caballeros, pero al final ya es una pelea de barro¡±, sintetiza Alver¨². No hay filtros ni censura.
¡°No se enfadan nunca¡±
Las mofas suelen dirigirse al aspecto o la vestimenta, a cosas del pasado o incluso a fracasos y temas controvertidos que se prefieren mantener ocultos. ¡°Es incre¨ªble lo que sale, las cosas que se llegan a decir¡±, exclama el organizador, que subraya el talante de los concursantes. ¡°No se enfadan nunca. A veces pedimos que suba gente del p¨²blico y tambi¨¦n se lo toman fenomenal¡±, se?ala.
Cuesti¨®n, quiz¨¢s, del car¨¢cter nacional. ¡°Somos un pa¨ªs muy sat¨ªrico, que se toma todo a broma¡±, remarca Alver¨², aunque duda de si influye el momento. ¡°No s¨¦ si se podr¨ªa haber hecho hace a?os. Lo seguro es que pasa lo contrario a ese futuro negro que se pinta del fin de la comedia. El humor es un arte y tiene una funci¨®n esencial¡±, insiste. Volviendo al nombre, a ese Comedy Fight Club que se asocia con la pel¨ªcula de Brad Pitt y Edward Norton, Alver¨² afirma que mantiene ¡°el esp¨ªritu de pegarse sin decir nada¡±. Y culmina: ¡°Es el Tinder del humor negro: te juntas con 200 personas viendo algo ¨²nico, que no se televisa ni se sube a internet. Lo que pasa en el teatro se queda ah¨ª¡±.
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