Todas las formas de luchar son v¨¢lidas
No es ser cobarde decidir que hoy no te vas a coger de la mano de tu pareja al cruzar entre un grupo de hombres cis
Hoy no. Fue lo primero que me dije antes de amanecer, de sacar el m¨®vil y meterme en Instagram, de prepararme un caf¨¦ de sobre de Nescaf¨¦. Es dif¨ªcil sentir orgullo cuando la violencia hacia nuestros cuerpos e identidades, est¨¢ tan presente y es tan evidente.
Y esa violencia se permea desde los gestos m¨¢s peque?os de la cara cuando cruzas la mirada con alguien en el metro hasta en las violencias institucionales, sociales, culturales¡ Como el v¨ªdeo de un hombre hom¨®fobo atacando verbalmente a otro en Barcelona durante el Orgullo ¡ª¡°Cuando salgas te voy a dar hostias y se te va a quitar la mariconer¨ªa¡±¡ª, o el ejecutivo de Nivea diciendo ¡°nosotros no hacemos cosas para gays¡±, seg¨²n public¨® The Times. O la Asociaci¨®n J¨®venes por Espa?a con su lona en el puente de Nuevos Ministerios con el lema ¡°Matrimonio es igual a hombre m¨¢s mujer¡±.
O Espa?a 2000 colgando una bandera de ¡°Orgullo Hetero¡± del balc¨®n del Ayuntamiento de Valencia. M. dice que ¡°el Orgullo es una caricatura denigrante¡±. Que no ve colores, ¡°ve personas¡±, pero lo ve para pintar la fachada del CIE de Aluche de amarillo cuando ocurre una redada racista; lo ve cuando se coloca las lentes para vulnerar los derechos de los migrantes con la Ley de Extranjer¨ªa, que te quiere ¡°ames a quien ames¡±, pero que ¡°este es un espacio p¨²blico y hay ni?os, comportaos y no os coj¨¢is de las manos ni mostr¨¦is afecto¡±.
As¨ª que hoy no. Nos ense?an a confrontarnos pero nuestra respuesta no siempre tiene que operar bajo la misma urgencia. Es igual de v¨¢lido luchar buscando refugio en espacios no mixtos, aquellos espacios que tejen grupos de resistencia, de cuidados y de empoderamiento para, como dice ¡®Locarconio¡¯, ganar confianza. Es igual de v¨¢lido luchar desde el secreto.
No estoy negando que la ciudad sea violenta. Lo es. Pero difiero de quienes dicen que la ¨²nica manera de responder es devolviendo un golpe m¨¢s fuerte. Creo en el radical softness, de Lora Mathis; creo, como dice Jota Momba?a, que el silencio no nos va a proteger, pero el secreto s¨ª. Y la nutrici¨®n del deseo de huir y de existir es tambi¨¦n resistencia.
En una ciudad donde se normaliza la violencia, no es ser cobarde aumentar el volumen de tus cascos y pretender que miras el m¨®vil cuando te gritan ¡°vete a tu puto pa¨ªs¡±. Ni lo es cuando encuentras seguridad en espacios no mixtos.
La confrontaci¨®n dura no es la ¨²nica soluci¨®n. El secreto no opera bajo el mismo nivel de urgencia. No es ser cobarde decidir que hoy no te vas a coger de la mano de tu pareja al cruzar entre un grupo de hombres cis [cuya identidad de g¨¦nero coincide con su fenotipo sexual] por la calle porque no te sientes segura o no salir del armario porque correr¨ªas el riesgo de que te echen de casa. Es decidir quererte porque descubres que ames a quien ames, Madrid no siempre te va a querer. Es nutrir el secreto.
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