Tapear con un Borb¨®n cuesta 1.000 euros
Los ricos que visitan Madrid pueden comer con nobles, visitar el Prado en solitario o disponer del mejor cortador de jam¨®n del mundo a golpe de tarjeta de cr¨¦dito


Hay una forma de conocer Madrid al alcance de muy pocos. Visitar en soledad el Museo del Prado, recibir clases de cocina de un reputado cocinero, asistir a una corrida de toros privada, contratar al mejor cortador de jam¨®n del mundo para una cena ¨ªntima o irse de tapas con una prima del Rey son algunos de los planes que los ricos que visitan la ciudad pueden hacer suyos a golpe de tarjeta de cr¨¦dito.
Este viajero, separado del resto de turistas por el cristal de lo exclusivo, recibe una atenci¨®n personal constante. Es el que viaja en jet privado o al que las aerol¨ªneas agasajan por megafon¨ªa d¨¢ndoles las gracias por volar en primera en la zona de embarque. En el negocio del lujo se le conoce como high-net-worth, gente con ch¨®fer en la puerta, que recibe asistencia de un concierge y a quienes les muestran la ciudad reputados paisajistas y catedr¨¢ticos de historia.
Maite Pinedo, profesora de historia del arte, no olvidar¨¢ nunca a la neoyorquina que contrat¨® para ella sola El Prado. Conseguir esa quietud en uno de los museos m¨¢s importantes del mundo cuesta 4.300 euros. La mujer dedic¨® toda la hora a una sala, la de Las Meninas. Era el sue?o de su vida estar ante este cuadro. En un momento dado rompi¨® a llorar. Pinedo, colaboradora de protocolo en el museo, tambi¨¦n ha acompa?ado en estas visitas exclusivas a rostros conocidos como el del cineasta Martin Scorsese, que limit¨® su visita a ver tres crucifixiones, las de Vel¨¢zquez, Goya y El Greco. Gast¨® cinco minutos en cada una. En total, un cuarto de hora. Y tambi¨¦n recuerda a un importante coleccionista chino que se paraba en todas las obras: ¡°?Hasta en las de Guido Reni! ?En esas todo el mundo pasa de largo!¡±.
No muy lejos de la pinacoteca se encuentra la suite real del hotel The Westin Palace. Una semana en esa habitaci¨®n cuesta m¨¢s de 18.000 euros. Incluye recogida en un jet privado en el pa¨ªs de origen del turista, una cena en un restaurante dos estrellas Michel¨ªn y una visita a elegir, arquitect¨®nica o de compras. Uno de los d¨ªas se organiza una cena en un lugar in¨¦dito, donde nunca antes se haya hecho. Los hu¨¦spedes tienen a su completa disposici¨®n un estilista que los peina y maquilla a diario. Como pinceles, hacen un tour por el Madrid de Ava Gardner.
¡°Madrid est¨¢ en su momento. El 20 del 20 es su a?o. Abren Four Seasons, Mandarin Oriental (antiguo Ritz) y el W. Seguramente el Museo de las Colecciones Reales tambi¨¦n se inaugura el a?o que viene. Son muchas cosas pasando a la vez. La oferta de lujo se multiplicar¨¢¡±, avanza Virginia Irurita, fundadora de la agencia de viajes de lujo Made for Spain and Portugal.
Irurita ofrece viajes a medida con la precisi¨®n de un sastre. No hay dos iguales. A un matrimonio jud¨ªo interesado en mostrar a sus hijos el reverso del Holocausto les concret¨® una charla con una nieta de ?ngel Sanz-Briz, el diplom¨¢tico espa?ol que salv¨® a miles de h¨²ngaros de la muerte. Su haza?a no tiene nada que envidiarle a la de Oskar Schindler. Para los que sienten curiosidad por el Madrid de la nobleza, organiza una ruta de tapas con una Borb¨®n. Dos horas de palique palaciego cuestan 1.000 euros.
En una ocasi¨®n, una multimillonaria norteamericana de viaje entre Sevilla y Granada quiso hacer una parada. El ch¨®fer se detuvo en el bar de un pueblo castellano. La mujer congeni¨® con los se?ores que andaban por all¨ª jugando al domin¨® y bebiendo carajillos. Se pas¨® la tarde jugando a la m¨¢quina tragaperras. ¡°Ha sido uno de los cinco mejores d¨ªas de mi vida¡±, escribi¨® en la rese?a de sus vacaciones.
El perfil del visitante de lujo en Madrid tiene una renta per c¨¢pita de 197.000 euros, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola del Lujo. La capital concentr¨® el 22% de las ventas de este tipo de art¨ªculos en 2018, por detr¨¢s de Barcelona y Marbella. La asociaci¨®n, en su memoria anual, se?ala que la evoluci¨®n del mercado le ha llevado a definir cinco tipos de consumidores: Seniors Bombers (tercera edad activa); Adultescentes (adultos con s¨ªndrome de Peter Pan); Masstigio (nuevos ricos); Bobo?s (burgueses bohemios); y Dinkis (doble sueldo sin hijos).
Para atraerlos, los operadores tambi¨¦n les ofrecen unas horas de clases de cocina con los chefs estrella de los mejores restaurantes espa?oles. Las empresas no facilitan nombres, dicen que trabajan en estricta confidencialidad. Un cr¨ªtico gastron¨®mico consultado dijo haber o¨ªdo algo respecto pero no supo concretar qui¨¦n se dedicaba a este negocio.

Para los interesados en conocer la Espa?a de grana y oro, las ganader¨ªas abren sus puertas. Sobre todo para turistas mexicanos con mucho dinero. Diego Carretero, ganadero salmantino de la ganader¨ªa Mat¨ªas Carretero, tiene acondicionada una plaza para tentar becerras y machos. Se ha dado el caso de gente que quer¨ªa ver matar a un toro y se ha concertado una especie de pase privado. Un novillo de unos 400 kilos cuesta 1.800 euros. Carretero ha llegado a tratar con un se?or que contrat¨® a cuatro para una tarde. Los toreros o aspirantes a tomar la alternativa lo ven como una oportunidad para practicar. Si el mismo turista tiene experiencia y arrojo, como es el caso de un ganadero mexicano que viene todos los a?os de visita, ¨¦l mismo agarra el capote.
La corrida privada m¨¢s extravagante ocurri¨® una d¨¦cada atr¨¢s. Dos empresarios rusos quer¨ªan ver una faena entre semana. Llamaron a las oficinas de Las Ventas y all¨ª les dijeron que solo hab¨ªa corridas los domingos. Un ganadero avispado se ofreci¨® a organizarles una en exclusiva. ?El precio? 36.000 euros. Alquil¨® la plaza de toros de El Casar, en Guadalajara. Se hizo el pase¨ªllo con banda de m¨²sica y la presencia de una pareja de la Guardia Civil, como dios manda. Los rusos disfrutaron del espect¨¢culo en un palco de honor enmoquetado en rojo, flanqueados por dos azafatas y una int¨¦rprete. Un servicio de catering se ocup¨® de que no les faltara de nada. Se abrieron las puertas de la plaza para darle color a las gradas.
¡°Se llen¨® de jubilados y curiosos¡±, recuerda el torero Jes¨²s de Alba, uno de los dos que lidi¨® aquella ma?ana. Entusiasmados, los visitantes se llevaron las banderillas y los trajes de luces de los matadores. Uno era el vestido de faena de Alba, el otro de Fandi?o, que muri¨® hace dos a?os en Aire-Sur-l¡¯Adour (Francia) tras ser corneado en el costado. Se fue convertido en mito del toreo. En un ba¨²l de Mosc¨² puede que est¨¦ guardado el traje lleno de polvo que se enfund¨® aquel d¨ªa, cuando apenas empezaba su carrera.
Con igual pasi¨®n que un torero, Florencio Sanchidri¨¢n maneja los cuchillos. Considerado el mejor cortador de jam¨®n del mundo, recibe a menudo el encargo de turistas que quieren probar el producto estrella espa?ol. Ha cortado para Obama y el Papa, una publicidad que lo ha hecho muy conocido, sobre todo en Estados Unidos. Una de sus catas cuesta entre tres y cuatro mil euros. Si la hace para una pareja en una cena rom¨¢ntica corta de cuatro jamones de distinta denominaci¨®n de origen. Cada plato va acompa?ado de un vino de su mismo a?o. En ocasiones echa mano de un sumiller. Este tipo de p¨²blico VIP le pide que no haga fotos y guarde su anonimato.

Hay clientes que quisieran acompa?ar la velada con m¨²sica pero ¨¦l prefiere el silencio. ¡°Hago una cata intelectual. Es algo muy t¨¦cnico. Sacar el aroma de un jam¨®n requiere los cinco sentidos. Le desnudo el alma a la pata. El jam¨®n es un papel en blanco y el cuchillo, un l¨¢piz. En cada loncha hay que escribir un poema¡±, dice Sanchidri¨¢n por tel¨¦fono. Se toma muy en serio su oficio. Un d¨ªa crey¨® haber tenido un mal d¨ªa y, con mucha ceremonia, pidi¨® perd¨®n a su p¨²blico. ¡°No estuve a la altura del jam¨®n¡±, recuerda.
Ese af¨¢n de perfecci¨®n tambi¨¦n lo persiguen el paisajista Eduardo Mencos y su esposa, Anneli Bojstad, la encargada de organizar al mil¨ªmetro los tours de su marido. Mencos lleva a turistas a jardines que ¨¦l mismo ha creado y a otros hist¨®ricos, como el Alc¨¢zar de Sevilla o La Granja en Segovia. Sus clientes son sobre todo anglosajones. "Para ellos el aut¨¦ntico lujo es almorzar en una casa particular con los propietarios o conocer rincones escondidos y aut¨¦nticos de nuestro pa¨ªs", explica por correo electr¨®nico.
Los australianos, dice, trabajan con mucha antelaci¨®n sus viajes. En ocasiones con a?os de anticipaci¨®n. Y no escatiman en ning¨²n gasto. Bojstad supervisa personalmente los hoteles, restaurantes y casas por las que van a pasar. "Son viajeros experimentados, preparados. Lo contrario al turista de sol y playa. Saben mucho de Espa?a, de su cultura, sus jardines. Hay que darles rigor y profundidad", contin¨²a. En una ocasi¨®n, un australiano que hab¨ªa recorrido los mejores palacios y jardines durante tres semanas reconoci¨® que lo mejor de su viaje hab¨ªa sido una larga siesta que se hab¨ªa echado en una pradera de Extremadura. Con el sonido de los cencerros y las ovejas de fondo.
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