La gesti¨®n de los disturbios tensiona a¨²n m¨¢s al Govern

El c¨®mo abordar el rechazo a los focos de violencia en las marchas contra el fallo al juicio al 'proc¨¦s' y la actuaci¨®n de los Mossos han abierto m¨¢s brechas en las ya de por s¨ª tensionada relaci¨®n entre Junts per Catalunya y ERC. El 'president' Quim Torra rompi¨® ayer tibiamente su silencio y tuite¨® que la violencia ¡°no le representa¡± si bien sigue sin referirse concretamente a los altercados que se han producido durante las protestas. El vicepresidente Pere Aragon¨¨s tom¨® la voz cantante y pidi¨® ¡°alejarse de las actitudes violentas¡± y ¡°depurar responsabilidades¡±.

La gesti¨®n del operativo de los Mossos puso en el ojo del hurac¨¢n a su m¨¢ximo responsable pol¨ªtico, el consejero de Interior Miquel Buch. Tras dos noches de disturbios en varios puntos de Catalu?a, el neoconvergente sali¨® indemne del comit¨¦ de urgencia convocado ayer por la ma?ana por Torra y donde tambi¨¦n estuvieron Aragon¨¨s; la portavoz, Meritxell Bud¨® y la titular de Justicia, Ester Capella. ¡°No fue una reuni¨®n f¨¢cil pero no ha sido tensa¡±, aseguran fuentes presentes en el encuentro. La cabeza de Buch no se puso sobre la mesa.

Dentro de Junts per Catalunya, sin embargo, hay cierta molestia por el doble juego de ERC. La pelea por la hegemon¨ªa del independentismo no para. Mientras que Aragon¨¨s quiso dar una imagen m¨¢s institucional, otras voces del entorno republicano no dudaron en cargar fuertemente contra Buch, como Gabriel Rufi¨¢n. El malestar se centra en un comunicado de ERC en el que, sin mencionar a Buch y alegando ¡°lealtad institucional¡±, exigen que se lleven a cabo investigaciones ¡°de todas las actuaciones injustificadas¡± de los Mossos y que ¡°se depuren responsabilidades¡±. El PDeCAT anunci¨® ayer medidas contra sus cargos que cuestionaran a Buch. Hoy los partidos se ver¨¢n las caras en la comparecencia parlamentaria de Torra.

Tambi¨¦n hay un enfrentamiento en el discurso. Desde que en el pasado septiembre se produjeron los arrestos de siete miembros de los autodenominados Comit¨¦s en Defensa de la Rep¨²blica (CDR), que supuestamente preparaban ataques con explosivos para estos d¨ªas, Torra ha tenido que lidiar con mantener la coherencia de su discurso. En su entorno, al igual que en el de Esquerra, defienden de una manera f¨¦rrea el esp¨ªritu pac¨ªfico y democr¨¢tico del independentismo. Consideran que, incluso un rechazo de manera preventiva implicaba ¡°comprar el marco mental¡± del Gobierno y de la oposici¨®n en Catalu?a sobre la supuesta violencia del movimiento secesionista. ¡°Es como aceptar la sentencia¡±, defiende una fuente del Palau de la Generalitat.

La fuerza de los hechos, sin embargo, ha hecho que el discurso tenga que acoplarse a la realidad aplastante de 250 hogueras ardiendo por el centro de Barcelona al amanecer de ayer. Aragon¨¨s rompi¨® el mutismo del Govern, marcando perfil propio: ¡°Alej¨¦monos de todas las actitudes violentas y depuremos las acciones no justificadas¡±.

El mensaje del l¨ªder de Esquerra, muy jaleado en los chats del partido al compararlo con la pasividad de Torra, abri¨® la veda a que otros consejeros criticaran la violencia. ¡°Reclamamos que ninguno use la violencia en nombre de los presos pol¨ªticos¡±, dijo el titular de Territorio, Dami¨¤ Calvet. Tambi¨¦n hubo mensajes en contra de la violencia desde las cuentas de los l¨ªderes independentistas condenados. Junts per Catalunya, el grupo parlamentario donde est¨¢ Torra, tambi¨¦n envi¨® un comunicado en el que se condenaban los atentados ¡ª¡°no encajan con el car¨¢cter no violento de las reivindicaciones pol¨ªticas¡±pi¡ª y se trasladaba apoyo a Buch.

Toda esta presi¨®n hizo que Torra se moviera solo unos pocos cent¨ªmetros de su posici¨®n. ¡°Unidos, c¨ªvicos y pac¨ªficos. La violencia no nos representa y el sentido de justicia nos empuja¡±, escribi¨® en Twitter en respuesta a un mensaje del exlehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe, con quien hizo un trayecto de una de las marchas convocadas por la ANC. Antes, al comienzo de la caminata reivindicativa, Torra rehus¨® comentar los des¨®rdenes en Barcelona.