Ego, rencor y dinero a la sombra de las Torres
La renovaci¨®n del edificio de Col¨®n, un icono arquitect¨®nico obra de Antonio Lamela, enfrenta al hijo del arquitecto y a la propietaria del inmueble
Medio siglo despu¨¦s de su nacimiento, la pol¨¦mica persigue a Torres Col¨®n. La renovaci¨®n del edificio ¡ªun genuino proyecto de arquitectura suspendida de Antonio Lamela (1926-2017) inaugurado en 1976¡ª ha despertado la ira de Carlos Lamela, hijo del arquitecto. Considera que la renovaci¨®n, impulsada por Mutua Madrile?a, propietaria del inmueble, no respeta el alma del edificio. El proyecto de rehabilitaci¨®n es de Luis Vidal, arquitecto que trabaj¨® en Estudio Lamela: ¡°La obra adapta las torres a la actualidad y recupera el esp¨ªritu innovador con el que nacieron¡±, resume Vidal.
Aunque las torres se inauguraron en 1976, las obras hab¨ªan comenzado casi una d¨¦cada antes, en 1967. Fue entonces cuando surgi¨® el primer conflicto, cuando el Ayuntamiento, comandado por Carlos Arias Navarro, paraliz¨® los trabajos. El alcalde franquista lleg¨® a proponer demoler parte de la construcci¨®n, pero a mediados de los setenta, las torres se inauguraron. Enseguida, se convirtieron en un icono de modernidad, reflejo de una Espa?a con ganas de cambio.
¡°Queremos recuperar la lectura del edifico suspendido¡±, explica Vidal, que trabaj¨® con Antonio Lamela. Su propuesta recoge una inquietud ecol¨®gica: ¡°Las torres consumir¨¢n un 60% menos de energ¨ªa que un edificio convencional. Ser¨¢ el primer edificio de oficinas de consumo casi nulo de Espa?a¡±. El proyecto incluye, adem¨¢s, demoler parte de la zona inferior y a?adir cuatro plantas en lo alto del inmueble. Eso s¨ª, sin ganar ¡°ni un metro cuadrado ni aumentar la edificabilidad", matiza el responsable inmobiliario de la aseguradora, Emilio Colomina. Una explicaci¨®n que no convence a Carlos Lamela, que define ese agregado como un ¡°aut¨¦ntico mazacote¡±. ¡°Lo m¨¢s importante que tiene la construcci¨®n es que son dos torres, esbeltas e independientes¡±, resalta.
Las nuevas plantas har¨ªan desaparecer el enchufe, la corona que cubre ambas construcciones y que las une desde los a?os noventa. Esa intervenci¨®n ¡ªmuy contestada¡ª fue realizada en 1992 por Estudio Lamela, e incluy¨® una escalera de incendios entre ambas edificaciones y un recubrimiento aislante anaranjado. Elementos que desaparecer¨¢n con la reforma propuesta. ¡°Las intervenciones de los noventa eran provisionales¡±, apunta Lamela. Llevan ah¨ª 27 a?os.
Estudio Lamela actu¨® de nuevo en el edificio en el 2012. ¡°Siempre hemos estado ligados a esta obra; as¨ª fue hasta hace tres a?os¡±, relata Carlos Lamela. En 2016, ¨¦l mismo realiz¨® un proyecto para intervenir de nuevo las torres: parte se iba a convertir en un hotel (de la cadena Mandar¨ªn); el resto, en apartamentos. Esa propuesta inclu¨ªa quitar el enchufe y erigir en su lugar siete plantas m¨¢s. No sali¨® adelante. Cuando Mutua se plante¨® renovar el inmueble, Lamela reformul¨® su propuesta. ¡°Valoramos el proyecto de Carlos [Lamela], pero quer¨ªamos ver m¨¢s opciones; se la encargamos al estudio de Luis [Vidal]¡±, explican fuentes de Mutua Madrile?a.
?En abril de 2017, a los 90 a?os, muri¨® Antonio Lamela. A finales de ese a?o, Paloma Sobrini, entonces directora general de patrimonio de la Comunidad ¡ªahora forma parte del equipo del alcalde Almeida¡ª, inst¨® al Ayuntamiento a preservar las singulares torres. Casi a la vez, surgi¨® la Asociaci¨®n para la Protecci¨®n de las Torres Col¨®n. El Consejo Regional de Patrimonio Hist¨®rico propuso ¡°blindar la estructura interna del inmueble¡±.
Los tr¨¢mites se alargaron y, aunque el expediente sigue tramit¨¢ndose, la edificaci¨®n no cuenta con protecci¨®n alguna. ¡°Conf¨ªo en los t¨¦cnicos municipales y aceptaremos su dictamen¡±, asegura Lamela. ¡°Pero ?van a llevar la contraria al alcalde?¡±, se pregunta. Hace referencia a la presencia de Almeida y del concejal de urbanismo en la presentaci¨®n del proyecto. Para el alcalde, que en el acto se declar¨® "mutualista", las nuevas Torres Col¨®n ser¨¢n un ¡°emblema que va a definir el Madrid del siglo XXI¡±.
Por su parte, la aseguradora considera que ¡°el proyecto presentado es compatible con la protecci¨®n¡± marcada. Basan su afirmaci¨®n en un dictamen de la Comisi¨®n de Protecci¨®n de Patrimonio del Ayuntamiento. Para Lamela, as¨ª como para la Asociaci¨®n para la protecci¨®n de las Torres, ¡°la estructura interna es la estructura total¡±. Por ello se plantean emprender acciones legales contra la rehabilitaci¨®n.
La rehabilitaci¨®n de Vidal une ambas torres a trav¨¦s de una pasarela aumentando la superficie de las plantas: de 600 metros cuadrados (300 en cada torre) se pasa a unos 800. La empresa considera que ¡°as¨ª tienen una mayor salida en el mercado¡±. Esa uni¨®n tambi¨¦n escama a Lamela, que defiende que su padre siempre quiso que las torres fueran dos elementos separados. Mutua considera que la intervenci¨®n de 1992 ya fusion¨® de facto ambos edificios y se muestran sorprendidos pues la propuesta de reforma que les envi¨® el hijo de Lamela ¡°tambi¨¦n un¨ªa las plantas, pero con una pasarela m¨¢s estrecha¡±. Lamela lo niega.
¡°Eso [el proyecto que present¨®] fue antes de la muerte de mi padre y anterior a la protecci¨®n del edificio¡±, argumenta el arquitecto, ¡°adem¨¢s, no me invalida para querer proteger el edificio¡±. Lamela conoce a Vidal de la ¨¦poca en la que estuvo en el estudio. Descarta una lucha de egos por no realizar ¨¦l mismo la obra. ¡°Las relaciones con Vidal son correctas¡±, comenta, ¡°por el estudio han pasado 300 o 400 arquitectos. Casi todos buen¨ªsimos¡±. ?Es Vidal de los buenos? ¡°Yo solo hablo mal de m¨ª mismo¡±.
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