?Felices 211, Darwin!
El Museo Nacional de Ciencias Naturales celebra el cumplea?os del naturalista brit¨¢nico por todo lo alto
El evento del invierno se celebr¨® la semana pasada. La prensa no se ha hecho eco hasta ahora, pero, para eso estoy. As¨ª que en el Museo Nacional de Ciencias Naturales me plant¨¦ y al 211? cumplea?os de Darwin me invit¨¦.
Quien crea que exagero, que hace nada se han celebrado las galas m¨¢s glamurosas del mundo del cine y que la pr¨®xima semana la noche madrile?a ser¨¢ un ir y venir de gente cool que asista a las fiestas m¨¢s coolturetas con motivo de Arco y de todas las ferias de arte contempor¨¢neo que tomar¨¢n la ciudad, que repase en cu¨¢ntos de esos eventos correr¨¢n cerveza, ginebra, impresoras 3D, hamburguesitas, pinzones (un tipo de p¨¢jaros que tienen que ver con el viaje de Darwin en el Beagle. No los hermanos que atravesaron el Atl¨¢ntico con Col¨®n, ellos no estaban), cucuruchos de fish and chips (el anfitri¨®n era brit¨¢nico), reproducciones de cr¨¢neos de homo heidelbergensis o de la pieza estrella del museo, el megaterio (mam¨ªfero herb¨ªvoro que se extingui¨® en el Pleistoceno, hace entre 8.000 y 10.000 a?os, y que pod¨ªa medir hasta seis metros y pesar cerca de cinco toneladas). Tambi¨¦n hab¨ªa alguna calavera de homo sapiens (adem¨¢s de las que los invitados llevaban sobre sus hombros y bajo el bomb¨ªn) para el disfrute de cient¨ªficos, un elefante, divulgadores, decenas de roedores, curiosos, un esqueleto de ballena ¡ªentre otros esqueletos¡ª, educadores, erizos, rinocerontes y ?hasta un mentalista!
El museo se reconvirti¨® en un gabinete de curiosidades donde se mezclaron todas las especies nombradas y alguna m¨¢s en lo que es la perfecta evoluci¨®n de un cumplea?os que empez¨® a celebrarse a principios del siglo XIX, si es que el peque?o Darwin lo celebraba, y se ha adaptado al XXI, convirti¨¦ndose en una fiesta multitarea. Tan pronto jugabas a ordenar cronol¨®gicamente los cr¨¢neos de distintos hom¨ªnidos, aprend¨ªas a diferenciar a los pinzones de las Gal¨¢pagos por las formas de sus picos: muy fino para los que se alimentan de sangre o fuerte para los que comen semillas... Te quedabas ensimismada observando c¨®mo una impresora 3D reproduc¨ªa la mand¨ªbula del megaterio o escuchando en qu¨¦ consiste el trabajo de Marta Barluenga Badiola, del Departamento de Biodiversidad y Biolog¨ªa Evolutiva, que durante un mes al a?o bucea en lagos de Nicaragua, donde toma muestras que analizar¨¢, estudiar¨¢ y conservar¨¢ en Madrid. Reivindicando su papel, y el de otras tantas, de cient¨ªfica, solo con su trabajo, que no es poco.
Est¨¢ en el aire esa lucha diaria por la igualdad. Antonio Calvo Roy ¡ªperiodista especializado en ciencia¡ª se?ala un cartel que dice: ¡°El origen del hombre¡±. ¡°?Y el de la de la mujer?¡±, pregunta ir¨®nico. ¡°Con lo f¨¢cil que ser¨ªa poner: ¡®Del ser humano o de la humanidad¡±, incide el que hasta finales de 2019 fue presidente de la Asociaci¨®n Espa?ola de Comunicaci¨®n Cient¨ªfica. Estaba feliz de celebrar a ¡°don Carlos¡±.
Y mientras algunos investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas ¡ªCSIC¡ª (del que depende el museo) hablan de la radiaci¨®n adaptativa con una minihamburguesa en una mano y una cerveza en la otra ¡ªpara legos: sobre c¨®mo aparecen distintas especies de un ancestro en un periodo corto de tiempo y en un espacio concreto como respuesta a la adaptaci¨®n al medio¡ª, los que mandan, por ejemplo, Jes¨²s Marco, vicepresidente de Investigaci¨®n Cient¨ªfica y T¨¦cnica del CSIC, y el director del museo, Santiago Merino, haci¨¦ndole la competencia a Darwin con bomb¨ªn, chaleco, chaqueta, corbata y una barba perfectamente recortada, intercambiaban opiniones formales en ese ambiente informal. Un ¡°?qu¨¦ necesita el museo?¡± por all¨ª, otro ¡°?c¨®mo atraer al p¨²blico adulto?¡±, por all¨¢. La petici¨®n de Pilar L¨®pez, vicedirectora de Comunicaci¨®n y Cultura Cient¨ªfica del museo, de dar estabilidad al personal que lleva mucho tiempo trabajando all¨ª pero de forma inestable. Ciencia y museos en precario. Darwin, ten piedad.
¡®Selfies¡¯ con el anfitri¨®n
Todo vigilado por el anfitri¨®n, dispuesto a fotografiarse con quien quisiera y que ofrec¨ªa a quien llegaba un bomb¨ªn. Pocas veces el esqueleto de ballena o el elefante, protagonistas habituales de la sala de biodiversidad, habr¨¢n visto a tanta biodiversidad con un hongo en la cabeza. Sombrero que daba a los hombres con barba y traje un aspecto decimon¨®nico, nada parecido en las mujeres. La evoluci¨®n de la indumentaria masculina va lenta.
La guinda del pastel lleg¨® con un espect¨¢culo de ilusionismo guiado por Pablo Raijenstein que nos dirigi¨® hacia un viaje temporal para acercarnos a la ¨¦poca de Darwin. Y a los que respetamos los museos como templos obligatoriamente franqueables y permeables y nos duele el vino que se derrama en una fiesta y parece sangre en el suelo de la sala o el amago de alguien de dejar un botell¨ªn sobre una vitrina, sentimos controversia ante una actuaci¨®n que tiene que ver con lo ?sensorial?, ?lo paranormal? en un ambiente cient¨ªfico. Eso s¨ª, el maestro de ceremonias deja con la mand¨ªbula desencajada hasta al mism¨ªsimo megaterio al jugar y adivinar los pensamientos de los espectadores. A pesar de la insistencia, y mucha, de este diario, es decir, de la esc¨¦ptica que escribe, no revel¨® ni media palabra de sus trucos, que no poderes.
Cifras y letras
LA FRASE:
"Con lo f¨¢cil que ser¨ªa poner 'el origen del ser humano o de la humanidad", Antonio Calvo Roy, ante un cartel que dec¨ªa: "El origen del hombre".
EN N?MEROS:
211 a?os hubiera cumplido Charles Darwin el pasado 12 de febrero. La obra fundamental del naturalista brit¨¢nico (1809-1882) es El origen de las especies.
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