La gran farsa de los ¡°pisos colmena¡±
Marc Oliv¨¦ ha tra¨ªdo a Madrid su historia llena de mentiras sobre unas viviendas con c¨¢psulas para dormir que no existen, seg¨²n advierte el que fue su socio
Marc Oliv¨¦ contesta al tel¨¦fono y lo primero que se escucha es su voz en una pelea con el camarero. El hombre que grita pidiendo que no le toquen las narices es el mismo personaje espigado, con lentes y barba, que ha aparecido cientos de veces en televisiones, radios y peri¨®dicos de medio mundo diciendo que su empresa, Haibu 4.0., va a revolucionar el mercado inmobiliario. Ha dicho que en Madrid habr¨¢ este mismo a?o 600 personas viviendo en los llamados "pisos colmena", con peque?os habit¨¢culos para dormir, y 1.500 en Espa?a. Al tel¨¦fono desde Barcelona, Oliv¨¦ se disculpa porque dice que le ha tocado un camarero nuevo que no le conoce.
¡°Estoy aqu¨ª en una cafeter¨ªa gigante donde he hecho 3.000 reuniones y enchufo el m¨®vil y me dice que tengo que comer y yo, ?te quieres esperar pollo?¡±.
Oliv¨¦, de 45 a?os, es un hombre lleno de energ¨ªa que puede pasarse sin almorzar una hora y 12 minutos, hablando sobre su proyecto, pero no se caracteriza por la diplomacia. A una periodista de eldiario.es le pareci¨® insinuar que si el alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, no regularizaba en cuatro meses sus viviendas recurrir¨ªa a unos mercenarios. ¡°Como me toque las narices van a venir mis amigos rusos a verlo¡±.
Esa agresividad no es su ¨²nico defecto. Oliv¨¦ es un mentiroso compulsivo, un narcisista y un estafador que lleva meses vendiendo humo a la prensa sobre pisos que en realidad no existen, seg¨²n la persona que le ayud¨® a crear esta burbuja, Eduardo Jausi, el administrador ¨²nico de Haibu 4.0. Jausi, de 66 a?os, habla por primera vez con la prensa de la verdad sobre Haibu 4.0. y sobre Oliv¨¦, su amigo y socio con quien rompi¨® hace dos meses, cuando este ¨²ltimo desembarc¨® en Madrid y comenz¨® a actuar sin permiso en nombre de la empresa.
Desde entonces Oliv¨¦ ha impactado en la agenda de algunos grandes medios con sede en Madrid donde tertulianos han dedicado mucho tiempo a hablar sobre infravivienda y los pisos colmena. El alcalde Mart¨ªnez-Almeida ha dicho que no dar¨¢n licencias para estos habit¨¢culos y su concejal en temas de urbanismo, Mariano Fuentes, lo?ha tachado de "hacinamiento del sureste asi¨¢tico". El Ayuntamiento de la ciudad m¨¢s rica de Espa?a, Pozuelo, tambi¨¦n ha salido al paso porque Oliv¨¦ ha anunciado un piso de este tipo en ese municipio que bordea Madrid por el oeste.
Es una historia que conocen bien en Barcelona, donde comenz¨® en agosto de 2018 un proyecto cargado de mentiras y exageraciones que ha llegado demasiado lejos.
Oliv¨¦ sin embargo, no quiere poner freno. Asegura por tel¨¦fono que el proyecto avanza a un ritmo imparable. Dice que este mismo fin de semana entrar¨¢n a vivir 75 personas en pisos en Madrid cuya ubicaci¨®n no puede desvelar para que no se los cierren las autoridades ni les monten una protesta los "perroflautas". Tiene, asegura, inversores en Francia, Per¨², Corea del Sur, Costa de Marfil y Sierra Leona. Algunos, dice, son pa¨ªses donde no les van a poner impedimentos legales porque "all¨ª? todo es can pixa", (cachondeo en catal¨¢n).
Tambi¨¦n revela un proyecto con la mayor cadena de supermercados del mundo, Walmart. Afirma que van a construir sus pisos colmena sobre los aparcamientos de los establecimientos de esta empresa estadounidense, que tiene 11.503 tiendas por todo el mundo. Como prueba, muestra unos dise?os subidos a su web en los que aparece un prototipo sobre un supermercado de Walmart. Seg¨²n ¨¦l, es un win-win?(ambos ganan): "Tendr¨¢n a 400 residentes viviendo en el parking que van a ser potenciales consumidores", dice ¨¦l, pronosticando un mundo lleno de colmenas en lugares insospechados.
Un portavoz de Walmart le dice a este peri¨®dico que el departamento legal est¨¢ estudiando el uso indebido de su propiedad intelectual. ¡°Walmart no tiene tiendas ni otro tipo establecimientos en Espa?a y al parecer Haibu est¨¢ usando nuestro nombre y marca sin nuestro consentimiento. Vamos a analizar el asunto y estaremos en contacto con Haibu", dice el portavoz, Pedro Mucciolo.
Un inventor con muchos sue?os
Oliv¨¦ y Jausi son amigos desde hace m¨¢s de 12 a?os. Les uni¨® su pasi¨®n por la ingenier¨ªa, los inventos y las revoluciones sociales. Jausi pasaba por una etapa negra. Como revel¨® Vice en un reportaje el a?o pasado, fue imputado en el caso G¨¹rtel por su papel como contable de Special Events, una de las empresas dirigidas por Francisco Correa que consiguieron ilegalmente contratos de entidades p¨²blicas controladas por el PP. A¨²n hoy sigue imputado en una de las m¨²ltiples piezas a¨²n por juzgar, seg¨²n fuentes jur¨ªdicas que trabajan en el caso. Su nombre qued¨® manchado y por eso empez¨® a usar un seud¨®nimo, Eddie Wattenwil. ?l asegura que es inocente, uno de las decenas de empleados v¨ªctimas de las corruptelas del jefe Correa.
Oliv¨¦ era un inventor con proyectos idealistas que, seg¨²n su antigua web, so?aba con parar el cambio clim¨¢tico, modificar el capitalismo y conseguir agua para todos. Quer¨ªa idear un tren transoce¨¢nico, un embudo e¨®lico o una potabilizadora solar.
¡°La verdad es que me alegra el papel que me ha tocado en esta obra de teatro llamada Humanidad¡±, escribi¨®. Seg¨²n ¨¦l, los inventores son personas muy diferentes. ¡°Nos preocupamos por toda la humanidad como si fuese nuestra familia¡±.
En el verano de 2018 Oliv¨¦ y Jausi conversaron mucho sobre la injusticia que supone la falta de vivienda asequible en las grandes ciudades. Cre¨ªan que la soluci¨®n podr¨ªa venir aprovechando mejor el espacio dentro de las viviendas ya construidas, al estilo de los hoteles c¨¢psula japoneses, de ah¨ª que pensaran en el nombre Haibu, que en japon¨¦s significa colmena. Un d¨ªa de agosto Oliv¨¦ colg¨® carteles promoviendo la idea, seg¨²n Jausi, sin siquiera avisarle. No ten¨ªan dinero, ni oficinas ni nada. Pero El Peri¨®dico se fij¨® en ellos y el 1 de septiembre apareci¨® el primer art¨ªculo. En menos de una semana se hab¨ªan hecho eco medios europeos como France 24 o The Guardian. Lo ¨²nico que pod¨ªan mostrar era una maqueta, pero en televisi¨®n solucionaban esa carencia a?adiendo im¨¢genes de archivo de hoteles colmena en otros pa¨ªses o entrevistando a peatones espantados por la idea. Ellos apenas ten¨ªan tiempo para atender a todos los periodistas. Salieron en medios de Rusia, Jap¨®n, Am¨¦rica Latina, Estados Unidos y una larga lista que tienen compilada a modo de hemeroteca en su web.?Les ayud¨® en algunos programas una amiga de Oliv¨¦, Victoria Cerd¨¢n.?Jausi apareci¨® como Eddie Wattenwil?en El programa de Ana Rosa, entre otros espacios televisivos.
Hab¨ªan tocado una fibra sensible. Los llamados pisos colmena no dejaron a nadie indiferente. El Ayuntamiento de Barcelona de Ada Colau no tard¨® en descartarlos rotundamente porque consideraba indigno vivir en esas condiciones, pero otros vieron la idea con entusiasmo, seg¨²n Jausi, entre ellos voluntarios que se prestaron a colaborar y m¨¢s importante, inversores dispuestos a arriesgar su dinero.
Se montaron sobre la ola, narra Jausi. La idea era beneficiarse de esa atenci¨®n gratuita para captar financiaci¨®n. Cuando todo se calmara usar¨ªan los resquicios del sistema para legalizar sus pisos. Podr¨ªan conseguir una licencia de hostal, pero en lugar de turistas, ah¨ª vivir¨ªan inquilinos permanentemente. Lo que propon¨ªa Haibu.4.0. en el fondo no era tan diferente de los "hoteles cabina" que ya existen en Bilbao, Nueva York o Tokio, por eso Jausi nunca entendi¨® tanto revuelo. "En vez de tener literas donde hueles los pedos y los pies del vecino, lo nuestro eran habitaciones privadas".
Unos amigos de Oliv¨¦ se gastaron 400.000 euros en dos pisos colmena en Barcelona, uno comprado y otro alquilado. Son los dos ¨²nicos que Haibu 4.0. ha tenido realmente, seg¨²n Jausi. Uno para tres personas estaba en la calle Constituci¨®n 114, en el distrito de Sants-Montju?c, y otro para una decena, en la Calle Rossell¨® 25, en el municipio colindante de L'Hospitalet.
Operaron durante meses sin siquiera haber constituido la empresa. Dieron ese paso en marzo cuando la registraron como una sociedad limitada. Pero para entonces todo pintaba oscuro. Las autoridades barcelonesas les cerraron los pisos. Oliv¨¦ y Jausi se peleaban a menudo sobre la estrategia. Jausi cre¨ªa que hab¨ªa que guardar un perfil bajo, pero Oliv¨¦ quer¨ªa armar ruido y hacer declaraciones incendiarias. "All¨ª por donde pasas nos cierran las puertas de los ayuntamientos por tus comentarios sin sentido", le reproch¨® Jausi.
Oliv¨¦ hizo caso omiso. Lleg¨® a Madrid en diciembre con la idea de replicar lo que hicieron en Barcelona. Inflaba cifras de demandantes, hablaba de proyectos inexistentes, se plantaba en un solar y le dec¨ªa a sus acompa?antes, periodistas, inversores, quien fuera, que all¨ª mismo iban a construir uno de sus pisos, una t¨¢ctica muy usada por otros empresarios charlatanes.
Est¨¢ recaudando 300 euros de se?al a madrile?os que quieran vivir en estas supuestas viviendas. Dice que les devolver¨¢ el dinero si los planes se frustran. Seg¨²n ¨¦l tiene 3.000 interesados. Tambi¨¦n misteriosos inversores por medio mundo. "Est¨¢ todo el planeta mir¨¢ndonos con expectativa".?
En la web, que ¨¦l controla porque se maneja bien con la inform¨¢tica, muchas fotos son falsas. Nomo Studio, los arquitectos barceloneses de una casa en Menorca que ha aparecido en una prestigiosa revista de arquitectura se llevaron esta semana una sorpresa al encontrar una foto de la lujosa vivienda en la web de Haibu 4.0.
Jausi, desde una playa en Tarragona, dice que todo es mentira. No hay m¨¢s pisos colmena y nadie deber¨ªa fiarse de Oliv¨¦. "Tuvimos inversores, cr¨¦eme. Pero t¨² como inversor ?qu¨¦ har¨ªas si ves que insultas a un alcalde y le retas?", dice su exsocio.
"Acabar¨¢ debajo de un puente. Para m¨ª que le queda poca cuerda. Lo que me ha extra?ado es que ha llegado a Madrid y le crean". Ya ha advertido a su viejo amigo que tomar¨¢ acciones legales contra ¨¦l.?
Reflexiona sobre todo este ¨²ltimo episodio de su vida, y lamenta que pocos se hayan fijado en el fondo del asunto, el problema de dar un techo a gente que no tiene nada: "Nadie escribi¨® sobre el proyecto, todo eran comentarios superfluos de los dichos de unos y otros sin llegar al fondo de la cuesti¨®n, que era el de ver la realidad de lo que est¨¢ sucediendo en las ciudades espa?olas, unas 40.000 personas sin techo y sin soluciones por parte de los gobernantes".
Esta herramienta te permite conocer d¨®nde podr¨ªas alquilar de modo asequible
Las parejas j¨®venes solo pueden alquilar un piso asequible en 13 de los 128 barrios de Madrid: dos madrile?os de entre 30 y 34 a?os que cobren un salario medio solo pueden permitirse vivir en el 10% de la capital si no quieren dedicar m¨¢s de un tercio del sueldo al arrendamiento. Sigue leyendo y navega por la herramienta aqu¨ª.
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