Los pueblos que se apartaron del porcentaje general

?Da usted su acuerdo a la ratificaci¨®n de la iniciativa prevista en el art¨ªculo 151 de la Constituci¨®n a efectos de su tramitaci¨®n por el procedimiento establecido en dicho art¨ªculo?. A esta cr¨ªptica pregunta que se formul¨® a los andaluces en el refer¨¦ndum auton¨®mico del 28 de febrero de 1980, un 87,52% vot¨® que S¨ª frente al 5,4% que marc¨® el no. Ese el cuadro general de los porcentajes, pero hace 40 a?os en varios rincones de Andaluc¨ªa se descuadr¨® esa media. Benitagla, escarbado en la sierra de Los Filabres, en Almer¨ªa, fue el ¨²nico municipio de la comunidad en el que el no se impuso al s¨ª; Jubrique, puerta de entrada al Valle del Genal, en M¨¢laga, fue, con un 97,5%, la localidad con mayor apoyo para la autonom¨ªa; Cumbres de Enmedio, el pueblo con menos habitantes de la regi¨®n (52 censados), en pleno parque natural de la sierra de Aracena, en la frontera entre Huelva y Badajoz, nadie vot¨® que no, algo que no pas¨® en ninguna otra circunscripci¨®n.

M¨¢s informaci¨®n

El fr¨¢gil equilibrio entre turismo y conservaci¨®n

Naturaleza, agricultura y arte contra la Andaluc¨ªa vaciada

El recuerdo de la efem¨¦ride del 28-F es desigual en estos territorios, que en las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas no han podido burlar la inercia de la despoblaci¨®n y se han adaptado como mejor han podido a las urgencias impuestas por una modernizaci¨®n inexorable que en algunos aspectos se ha resistido a asentarse del todo.? En Cumbres de Enmedio a media ma?ana de un d¨ªa laborable de febrero solo el piar de los p¨¢jaros rompe el silencio de sus calles anchas, empedradas y perfectamente cuidadas. De la decena larga de vecinos que vive habitualmente en el municipio, la mayor¨ªa est¨¢n en el campo trabajando. Es el caso del marido de Trinidad Fern¨¢ndez, de 75 a?os. Hace 40, como muchos de los 112 habitantes que entonces ten¨ªa el pueblo, tuvieron que marcharse para buscarse la vida. ¡°Nos fuimos a Candasnos, en Huesca, a trabajar en la construcci¨®n de la carretera nacional¡±, explica mientras barre las escaleras de su portal. ¡°Pero votamos por correo, aunque no ¨¦ramos conscientes de su trascendencia. A m¨ª el alcalde me envi¨® el sobre, lo mismo que me envi¨® otro para contribuir a arreglar la iglesia, y los env¨ªe los dos¡±, dice con sorna.

El alcalde al que se refiere es Eulogio P¨¢ez, que dej¨® su cargo como regidor en las ¨²ltimas municipales de 2019, despu¨¦s de 40 a?os al frente del Ayuntamiento de Cumbres de Enmedio, primero con UCD y despu¨¦s con el PSOE. Lo ha sustituido su hija, Reyes P¨¢ez, que no iba como cabeza de lista, pero que recibi¨® el apoyo de sus vecinos. Eulogio est¨¢ delicado de salud y atiende a EL PA?S en respuesta a una llamada telef¨®nica de su hija. ¡°El pueblo nunca ha sido muy pol¨ªtico, hab¨ªa que votar el 28-F y todos fuimos a una, que era lo que hab¨ªa pedido el partido entonces [UCD]¡±, recuerda. ¡°No hice campa?a, la verdad, pero la gente lo ten¨ªa claro¡±, se?ala. Como su hija, ¨¦l fue elegido alcalde en 1979 pese a ser el ¨²ltimo de la lista. ¡°Me cas¨¦ el 15 de abril y el 21 me nombraron alcalde, me qued¨¦ sin luna de miel¡±, bromea. En enero de 1980 naci¨® Reyes. ¡°Tengo justo 40 a?os, pero en casa apenas se ha hablado del refer¨¦ndum¡±, reconoce.

La nueva regidora quiere revitalizar su municipio, que fue escogido por el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, para su mensaje de Navidad. ¡°Esto ha atra¨ªdo la atenci¨®n de la gente, pero no tenemos ning¨²n alojamiento rural en el que puedan pernoctar¡±, explica. Las casas de Cumbres de En medio son amplias y est¨¢n muy bien cuidadas. Muchos de los hijos de quienes las habitaron y tuvieron que emigrar a Madrid, Extremadura o a la capital andaluza las han rehabilitado y acuden los fines de semana y en las fiestas. Es el caso de Antonio Chaves, hermano del expresidente de la Junta de Andaluc¨ªa, cuyo bisabuelo se instal¨® all¨ª. ¡°Mis primos y yo hemos rehabilitado varias viviendas, tambi¨¦n la familiar. Yo siento esto como mi pueblo porque ven¨ªamos todos los fines de semana con mi abuelo¡±, cuenta desde el interior de su casa. ¡°Para el puente del 28-F aqu¨ª pueden estar unas 100 personas¡±, dice Juan Antonio Vargas, de 46 a?os e hijo de Trinidad. Recuerda que en Los Monegros oscenses donde viv¨ªa cuando el refer¨¦ndum, los aragoneses no entend¨ªan la votaci¨®n. ¡°Pensaban que nos quer¨ªamos independizar, pero no era eso, era luchar por mejorar lo nuestro, aunque al final no s¨¦ si ha servido para mucho¡±, dice. ?l trabaja como pe¨®n en el pueblo, ¡°arreglando muros, podando, nos llaman cuando nos necesitan". Tiene dos hijos de 19 y 12 a?os, el vecino m¨¢s joven del municipio.

Como Cumbres de Enmedio, Benitagla es un pueblo de persianas bajadas, a la espera de que llegue el verano o, a lo sumo, algunos fines de semana a partir de la primavera. Hasta que se asome el buen tiempo y las vacaciones, las calles seguir¨¢n vac¨ªas. El municipio almeriense tiene alrededor de 180 viviendas, seg¨²n el alcalde, Juan Padilla, pero nueve meses al a?o supera en poco los 20 habitantes. A final de los 50 comenz¨® una emigraci¨®n a Catalu?a que esquilm¨® el pueblo de gente joven. Muchos de esos emigrantes retornaron 40 a?os despu¨¦s. Pero su vuelta fue ya jubilados, con la fuerza justa, intentando dejar atr¨¢s el asfalto y con el deseo de volver al lugar donde crecieron, un lugar que pr¨¢cticamente no existe. Tambi¨¦n dejaron los hijos atr¨¢s. Benitagla es hoy un pueblo vac¨ªo y envejecido.

En el refer¨¦ndum de Andaluc¨ªa de febrero de 1980, ten¨ªa 58 personas con derecho a voto. 45 votaron No, 13 no votaron y 8 lo hicieron por el S¨ª. Hoy, nadie recuerda eso. Ni siquiera el alcalde, del Partido Popular. En realidad, porque todos estaban fuera entonces, incluso el regidor. Y los que estaban, hoy ya no est¨¢n. Encarna y su hijo Jos¨¦ Antonio pasean una tarde de febrero por el pueblo. Ella se fue a Almer¨ªa, la capital, en 1971. Su marido puso una panader¨ªa y la mantuvieron hasta su jubilaci¨®n 30 a?os despu¨¦s. Su hijo sali¨® a los 17 con ellos y ya solo vuelve de visita. Acaba de cumplir 65. Ninguno recuerda el dato del No masivo a la autonom¨ªa andaluza. Como todos los dem¨¢s, no estaban por el pueblo entonces. Encarna, como los otros poco m¨¢s de 20 residentes de septiembre a junio, vive de la jubilaci¨®n. En Benitagla se subsiste de la pensi¨®n. No hay trabajo, pero tampoco trabajadores. La edad media es alta y solo hay una ni?a, hija de unos emigrantes, explica Manuel Padilla, de 58 a?os y jubilado por enfermedad.

"Este siempre ha sido un pueblo reivindicativo", dice el alcalde de Jubrique, Alberto Ben¨ªtez, enfermero que a sus 27 a?os es el cuarto regidor m¨¢s joven de Andaluc¨ªa. Se deshace en elogios hacia su municipio, con un espectacular entorno natural y a poco m¨¢s de media hora de la Costa del Sol. ¡°Pero tenemos un gran problema: la despoblaci¨®n¡±, asegura. En las ¨²ltimas d¨¦cadas el municipio ha pasado de 843 a 528 habitantes. Por eso, cuando a los vecinos se les pregunta si viven ahora mejor que antes de votar en el refer¨¦ndum del 28-F mantienen silencio. Al cabo de unos segundos, lo rompen t¨ªmidamente. ¡°S¨ª, hay m¨¢s oportunidades, hay m¨¢s de todo. Pero ahora estamos m¨¢s solos, esto est¨¢ vac¨ªo¡±, subrayan Mar¨ªa Jes¨²s Ruiz y Carmen Andrade, con cierta tristeza.

La alegr¨ªa vuelve cuando los mayores, mientras toman caf¨¦ en el Hogar del Jubilado, recuerdan el esp¨ªritu solidario, las ganas de luchar y la vida en la calle de hace 40 a?os. Hab¨ªa poca riqueza y el pueblo estaba en ruinas, pero se ten¨ªan los unos a los otros. Recuerdan los sacos de cemento que compraba semanalmente el Ayuntamiento para que los vecinos arreglaran las calles, el saneamiento, las casas derruidas. ¡°Hab¨ªa un movimiento por el andalucismo, de gente muy reivindicativa. Los j¨®venes est¨¢bamos por la democracia y quer¨ªamos cambios. La conciencia pol¨ªtica era mayor que ahora¡±, relata Luciano S¨¢nchez, alcalde en 1980. Jos¨¦ Ruiz destaca que ese 28 de febrero ¡°fue muy especial¡± y de ¡°gran ambiente¡±. En la memoria colectiva el d¨ªa ha quedado marcado como el de una feria, que entonces celebraban quienes volv¨ªan tras trabajar todo el verano fuera y una cita que intentaban no perderse quienes hab¨ªan emigrado. Josefa Ruiz lo hizo a Australia, Mar¨ªa Guti¨¦rrez a Francia, Mar¨ªa Jes¨²s Ruiz a Bilbao.

¡°He estado en todos los sitios, salvo en la luna¡±, dice Antonio Romero. En los a?os 60 emigr¨® para enrolarse como marinero en barcos que le llevaron a China, Jap¨®n, Nueva Zelanda o Rusia. Amberes era entonces su casa, pero su hogar estaba en un humilde pueblo de Jubrique, del que tuvo que salir para buscarse la vida. Pero el 20 de febrero de 1980 acudi¨® al consulado espa?ol de la ciudad belga para votar por correo. ¡°Yo tambi¨¦n quer¨ªa participar en el refer¨¦ndum de autonom¨ªa¡±, recuerda. A m¨¢s de 2.000 kil¨®metros de carretera, sus vecinos tambi¨¦n lo hicieron: el S¨ª gan¨® en Jubrique con un aplastante 97,25%. Cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, el 28-F sigue siendo una jornada festiva donde suena el himno andaluz, se reparte gazpacho caliente y se promueven juegos tradicionales. ¡°Siempre nos hemos sentido andaluces. Y tambi¨¦n de Jubrique¡±, afirman los vecinos casi a coro mientras apuran sus caf¨¦s y felicitan a Nila Ram¨ªrez, teniente de alcalde, que est¨¢ embarazada. El futuro tambi¨¦n aguarda a este peque?o pueblo del Valle del Genal.