Salvador Millaleo: ¡°La violencia, previsiblemente, va a escalar en la zona mapuche¡±
El autor del programa de Gabriel Boric en temas mapuches, y tras haber renunciado como asesor del Gobierno, analiza en entrevista con EL PA?S el conflicto en el sur de Chile
El constitucionalista mapuche Salvador Millaleo (Talca, 49 a?os), uno de los m¨¢s reconocidos abogados expertos en asuntos ind¨ªgenas, fue el hombre clave del programa presidencial de Gabriel Boric en estas materias. Militante de Revoluci¨®n Democr¨¢tica del Frente Amplio de izquierda, el acad¨¦mico de la Universidad de Chile ha sido uno de los cerebros de una propuesta de Constituci¨®n marcada por la plurinacional y debut¨® en marzo en La Moneda como coordinador de temas ind¨ªgenas del Ministerio del Interior, liderado por Izkia Siches.
Luego de un aterrizaje complejo de Siches en la cartera, marcado por un atentado en un viaje a una comunidad ind¨ªgena a tres d¨ªas de asumir, Millaleo renunci¨® al cargo tempranamente. En esta entrevista, la primera que concede desde entonces, analiza el conflicto ¡°entre el Estado chileno y el pueblo mapuche¡±, como lo llama, la decisi¨®n del Gobierno de decretar un Estado de excepci¨®n acotado en la zona ¨Cpese a las promesas de campa?a de sacar a los militares¨C y reivindica la v¨ªa pol¨ªtica. Todo, en medio de un recrudecimiento de la violencia en La Araucan¨ªa.
Pregunta. ?El Gobierno se encontr¨® con una realidad m¨¢s compleja en el tema ind¨ªgena?
Respuesta. El tema ind¨ªgena no es f¨¢cil para nadie. Se requiere mucha preparaci¨®n para desarrollar estrategias pol¨ªticas eficaces en un tema tan complejo. Se ha requerido tomar las cosas con mayor calma y mayor planificaci¨®n y, sobre todo, entender que esto no se puede hacer ¨Cni siquiera ahora¨C sin las fuerzas pol¨ªticas mapuche m¨¢s relevantes que est¨¢n dispuestas al di¨¢logo institucional. La posibilidad de acuerdo con los grupos radicalizados, en tanto, quiz¨¢s fue sobrevalorada.
P. ?C¨®mo describir¨ªa lo que ocurre en La Araucan¨ªa y en las zonas vecinas?
R. Es la profundizaci¨®n de un conflicto que tiene ra¨ªces hist¨®ricas, pero que ha sido tan mal tratado que ha generado derivaciones ahora mucho m¨¢s violentas. En t¨¦rminos internacionales, cuando uno lo explica en foros, este es un conflicto que sigue siendo de baja intensidad. De hecho, hay una variable de objetividad que se usa que es bastante cruel, el n¨²mero de muertos. Y el n¨²mero de muertos sigue estando en los est¨¢ndares de baja intensidad, aunque est¨¢ creciendo. Pero no es una guerra civil, no hay cientos de muertos.
P. ?Es una guerrilla?
R. No, no califica para un conflicto armado interno. Pero lo problem¨¢tico, por supuesto, es que la violencia se est¨¢ incrementando no solo en n¨²mero, sino en la calidad e intensidad. Porque cuando un conflicto como ¨¦ste de ¨ªndole ¨¦tnico-pol¨ªtico se maneja mal, empieza a expandirse y se entra en dimensiones m¨¢s dif¨ªciles de manejar, con nuevos factores de criminalidad organizada.
P. ?Piensa, entonces, que se est¨¢n dando las condiciones para hablar, ahora s¨ª, de terrorismo?
R. No creo, todav¨ªa. Me atemorizar¨ªa pensar que fuera una profec¨ªa que se auto cumpla. Que, si el Estado lo maneja todav¨ªa m¨¢s mal, alguna vez aparezca algo m¨¢s fuerte.
P. ?A qu¨¦ se refiere cuando habla de un mal manejo del Estado?
R. Una perspectiva que ha sido muy determinante en el mal manejo del conflicto ha sido el populismo penal, un punitivismo que ha tachado esto de terrorismo desde hace 20 a?os y que aplic¨® la Ley Antiterrorista cuando se produc¨ªan ataques a maquinarias y no compromet¨ªan la vida humana. Eso determin¨® que el Estado haya empezado a aplicar ciertas pol¨ªticas de criminalizaci¨®n que lo ¨²nico que hicieron fue agravar el conflicto hasta llegar a la actualidad donde, repito, los hechos han crecido en n¨²mero e intensidad.
P. ?C¨®mo se explica este aumento?
R. Hay dos factores. Uno, que la relaci¨®n con el pueblo mapuche se deteriora mucho. El Estado no logra generar un acuerdo con el pueblo mapuche. Por eso, a partir de 2010, la protesta pac¨ªfica pol¨ªtica y no violenta pierde intensidad, mientras que aumenta la violencia pol¨ªtica, lo que indica el fortalecimiento de los actores radicalizados.
P. ?Y el segundo factor?
R. Que cuando se retira el Estado, el espacio lo comienzan a llenar otros poderes ¨Ccomo el robo de madera¨C, que generan ingresos, recursos. No es, como dice la derecha, que todo el movimiento mapuche subversivo est¨¢ en esto o en el narcotr¨¢fico, pero s¨ª que hay ciertos grupos que tienen alg¨²n contacto y dentro de ciertos grupos, partes que s¨ª y partes que no.
P. ?Los financian?
R. El mito del populismo penal es que estos delitos son el gran motor de financiamiento de los grupos radicalizados, pero creo que todav¨ªa no es as¨ª. Todav¨ªa hay una oportunidad de conducir las cosas de otra manera.
P ?En el fondo del asunto sigue estando la restituci¨®n de tierras?
R. El tema de las tierras, efectivamente, es la base del conflicto hist¨®rico y el motor de las primeras org¨¢nicas. Pero esto ha ido evolucionando. Se agregan los conflictos socioambientales: se aprueban proyectos de inversi¨®n sin consulta ind¨ªgena y eso genera tensiones territoriales. Ahora, adem¨¢s, tienes una segunda generaci¨®n, donde ya tienes presos y parte del conflicto se explica por la situaci¨®n de los que fueron apresados los a?os anteriores.
P. ?Es nuevo el enfrentamiento entre los mismos mapuche?
R. Tiene que ver con la tensi¨®n entre los que tienen una l¨®gica pol¨ªtico-institucional, de participaci¨®n pol¨ªtica y protesta, versus la l¨®gica de la acci¨®n directa. Y un segundo elemento, la infiltraci¨®n de los fen¨®menos [del robo de madera y del narco] que provoca problemas internos incluso dentro de los grupos que est¨¢n por la v¨ªa armada.
P. ?Cree que seguir¨¢ aumentando la violencia en la zona mapuche?
R. La violencia previsiblemente va a escalar, porque no hay nada que se haya hecho que permita pensar lo contrario. Los factores de escalamiento ¨Cm¨¢s medios de violencia, no hay grandes transformaciones estructurales¨C no permiten decir que algo vaya a aplanar la curva. Aunque tengo esperanzas en que las transformaciones estructurales puedan partir con la nueva Constituci¨®n.
P. ?C¨®mo caracterizar¨ªa a los grupos que est¨¢n por la v¨ªa pol¨ªtica?
R. Fue un espacio que estuvo muy deca¨ªdo hasta el proceso constituyente, que logra generar un espacio institucional que estaba completamente anulado. Ese espacio ha seguido avanzando y, en el marco actual, si quieres buscar noticias positivas, est¨¢n todas en la convenci¨®n. La convenci¨®n ha generado normas que van en la direcci¨®n de solucionar las grandes demandas hist¨®ricas del movimiento mapuche e ind¨ªgena. Por cierto, esto est¨¢ amenazado por un establishment que no quiere una nueva Constituci¨®n y sigue apostando por un rechazo en el referendo
P. ?C¨®mo deber¨ªa implementarse la nueva Constituci¨®n?
R. Los actores pol¨ªticos, ya no la convenci¨®n, deben establecer un di¨¢logo con los dirigentes institucionales del mundo ind¨ªgena y llegar a grandes acuerdos con ellos. Es un camino correcto, aunque no un camino que vaya a producir m¨¢gicamente resultados por s¨ª mismo. Respecto al otro di¨¢logo, con los grupos violentos, hay que ser realistas: un di¨¢logo con todos los actores no es posible porque ellos mismos han cerrado la puerta.
P. ?Es una propuesta de Constituci¨®n indigenista, en un pa¨ªs con un 13% de ind¨ªgenas?
R. Es una propuesta de Constituci¨®n que toma en serio el tema ind¨ªgena. Quienes la catalogan de indigenista, irresponsables, son los mismos que piden que se recrudezca el Estado de excepci¨®n y quieren dejar sin espacio para generar la ¨²nica v¨ªa posible para una soluci¨®n del conflicto.
P. Lo pol¨ªtico parece ser el camino largo, pero ?qu¨¦ se hace en lo inmediato con la violencia en el sur?
R. Nuestro dilema est¨¢ en estos dos imaginarios que nos han distorsionado la visi¨®n para enfrentar el asunto. Est¨¢, por una parte, el populismo penal, que dice que el problema se va a resolver en la medida que el Estado incremente la criminalizaci¨®n y la disposici¨®n de recursos para perseguir criminal ¨Cy ahora militarmente¨C a las violencias. Y, por otra parte, un imaginario rom¨¢ntico, que uno no puede negar que est¨¢ presente en ciertos elementos de la izquierda: de pensar que estos grupos corresponden a revolucionarios que surgen de situaciones de inequidad. Esos dos elementos nublan el diagn¨®stico.
P. ?C¨®mo se debe analizar, seg¨²n usted?
R. Con realismo progresista. Aceptar que la situaci¨®n es compleja, que se ha recrudecido, que es necesario hacer un trabajo de seguridad, pero un trabajo de seguridad que funcione. El Estado de excepci¨®n es populismo penal puro, porque implica desplegar militares que son fuerzas que no tienen la preparaci¨®n para tratar con temas de orden p¨²blico. Es muy dif¨ªcil construir seguridad si no se hace en conjunto con el pueblo mapuche.
P. ?Por qu¨¦ cree que el Gobierno de Boric, pese a sus planes originales, decret¨® el Estado de excepci¨®n en la zona?
R. La presi¨®n ha sido muy fuerte ¨Cefectivamente hay un recrudecimiento de la violencia¨C, pero todav¨ªa tengo la confianza en la visi¨®n del presidente de que esto sigue siendo un problema fundamentalmente pol¨ªtico. Y el Gobierno va a recibir una segunda oportunidad muy importante para encauzar su estrategia a partir de la aprobaci¨®n de la nueva Constituci¨®n y su implementaci¨®n. Lo crucial es retomar el camino pol¨ªtico.
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