?¡®Sorpasso¡¯ en el Nuevo Mundo?
De no mediar un resultado que favorezca la cooperaci¨®n y el acuerdo, se dar¨ªa el que caso descrito por nuestro c¨¦lebre Nicanor Parra. Esto es, parafraseando, que la (extrema) izquierda y la (extrema) derecha unidas, jam¨¢s ser¨¢n vencidas
El domingo Chile enfrenta una nueva elecci¨®n, para escoger por segunda vez en dos a?os representantes que escriban un nuevo proyecto de Constituci¨®n, que ser¨¢ plebiscitado en diciembre. Los resultados pueden sorprender.
El contexto, de usual, no tiene nada. Esta ser¨¢ la s¨¦ptima vez que los chilenos van a las urnas en tan solo 36 meses, para elegir a ocho diferentes tipos de autoridades y votar en dos plebiscitos nacionales.
Esta fiebre de elecciones ha sido, en parte, la manera de canalizar institucionalmente los hechos gatillados a partir del 18 de octubre de 2019 ¨C el estallido social, violento y abrumador para las instituciones y autoridades pol¨ªticas. En ellas se han advertido los vaivenes de humor pol¨ªtico. La aprobaci¨®n por un 78% para escribir una nueva Constituci¨®n con 7,5 millones de votantes ¨Cy un escu¨¢lido 22% para los representantes de derecha¨C parec¨ªa anunciar un ciclo que entregaba una mayor¨ªa social y pol¨ªtica a las ideas de la nueva coalici¨®n de izquierdas.
Pero aquello fue frenado en seco con el apabullante triunfo del rechazo en el plebiscito constitucional de septiembre pasado, cuando un demoledor 62% desriel¨® el proyecto refundacional impulsado por las izquierdas. Hubo una participaci¨®n previamente inimaginable de 13 millones de personas.
Este mazazo a la propuesta constitucional izquierdista se explica, en parte, por la radicalidad identitaria que prim¨® en su proceso, a la exclusi¨®n y cancelaci¨®n de las derechas por parte de una izquierda hipermoralizante, la lejan¨ªa de las propuestas con los problemas cotidianos de las personas y el desprecio que se mostr¨® ¨Cen forma y fondo¨C con la tradici¨®n chilena.
Por cierto, a¨²n quedan quienes no reconocen la derrota y culpan a todo salvo a s¨ª mismos, tratando a los votantes de ignorantes, de atrasados frente a lo progresista de los cambios, dando un espect¨¢culo de ¨¦lite pat¨¦tico como pocos.
Dado que la cuesti¨®n constitucional estaba lejos de haberse terminado, la centroderecha cumpli¨® su compromiso: ¡°Con esta no, pero con una buena Constituci¨®n, s¨ª¡±. Y firm¨® un acuerdo con las izquierdas y el Gobierno para un segundo proceso constituyente. A diferencia del proceso anterior, el Partido Comunista s¨ª se sum¨® y vot¨® a favor en el Congreso, empujado por el propio presidente Gabriel Boric y el Gabinete del que forman parte. En tanto, el derechista Partido Republicano volvi¨® a votar en contra de cambiar la Constituci¨®n actual.
As¨ª, llegaremos a este 7 de mayo a una elecci¨®n con desinter¨¦s generalizado en el tema propiamente constitucional ¨Cdonde ni el Gobierno ha sido especialmente proactivo en llamar a votar¨C, pero que, dado que ser¨¢ una elecci¨®n con voto obligatorio, seguramente representar¨¢ la segunda m¨¢s alta participaci¨®n electoral de nuestra historia.
Hay muchas razones que explican este desinter¨¦s: el cansancio ciudadano derivado de la larga y p¨¦sima experiencia del proceso anterior, la seguidilla de elecciones, la lejan¨ªa con que se percibe hoy el tema constitucional versus la crisis de seguridad y los malos datos econ¨®micos.
Sin embargo, existe una causa que, si bien no es especial ¨²nicamente a Chile, tiene componentes idiosincr¨¢ticos que la han agudizado. Me refiero al efecto que tiene en las personas y la sociedad en su conjunto la permanente incertidumbre en que nos encontramos, que podr¨ªamos denominar como repliegue y presentismo.
Ya lo dec¨ªamos: el estallido social, la pandemia, un proceso constitucional fracasado, inestabilidad de las reglas institucionales, m¨²ltiples elecciones, la percepci¨®n de que la inseguridad p¨²blica y la inmigraci¨®n irregular que est¨¢n fuera de control, realidades econ¨®micas complejas (como el aumento del costo de vida, la baja en salarios reales, aumento del desempleo), cambios tecnol¨®gicos que generan incertidumbre y un largo etc¨¦tera, hacen que nuestra sociedad est¨¦, de forma t¨¢cita, en punto de ebullici¨®n.
El repliegue implica que las personas se vuelcan a s¨ª mismos, a espacios que le son m¨¢s seguros y controlables, como el propio hogar, su familia y su pasado, incluyendo sus tradiciones o costumbres, as¨ª como la pertenencia a una idea de pa¨ªs. Mientras, el presentismo es el vivir en el aqu¨ª y ahora, como en un ciclo interminable que se repite una y otra vez y donde el futuro percibido se expresa en unos pocos meses, donde s¨®lo cabe lo urgente que invade todas las esferas de la vida cotidiana.
En este escenario de sobrevivencia ¨Csumado a la frustraci¨®n de expectativas y descr¨¦dito de la pol¨ªtica para entregar una soluci¨®n esperanzadora¨C hay un m¨ªnimo espacio para las preocupaciones de largo plazo, a la vez que se hacen populares las medidas efectistas de la inmediatez. Es un escenario que alimenta un potencial populismo.
Las encuestas muestran que la oposici¨®n ¨Cy m¨¢s bien las fuerzas del rechazo del plebiscito anterior¨C est¨¢n cerca de obtener los tres quintos del consejo constitucional que ser¨¢ elegido este domingo. Es decir, conseguir¨ªa el qu¨®rum necesario para escribir normas en el borrador constitucional. El Gobierno, en tanto, ratificar¨ªa su minor¨ªa social y pol¨ªtica con cerca de un 40% de los esca?os.
Una de las posibles sorpresas es que, dentro de la oposici¨®n, sea el Partido Republicano el que obtenga casi la misma cantidad de consejeros que la centroderecha. Incluso, algunos se entusiasman con la idea de un sorpasso en la derecha, que reconfigurar¨ªa la discusi¨®n pol¨ªtica inmediata.
Al mismo tiempo, ya hay varios intelectuales y grupos pol¨ªticos de una izquierda radical que, advirtiendo el viento en contra, han comenzado a desembarcarse del proceso, a poner en cuesti¨®n su legitimidad, por tener demasiados contornos predefinidos como para ser la base de un proceso refundacional (refundaci¨®n que, est¨¢ de sobra recordar, no es lo que quieren los chilenos).
Finalmente, mirando hacia la otra punta, algunos temen que se repitan los mismos excesos de la izquierda del proceso pasado, pero ahora con signo contrario, llevando inevitablemente a que haya una alta posibilidad de un nuevo rechazo en el plebiscito de salida de diciembre.
De no mediar un resultado que favorezca la cooperaci¨®n y el acuerdo, se dar¨ªa el que caso descrito por nuestro c¨¦lebre Nicanor Parra. Esto es, parafraseando, que la (extrema) izquierda y la (extrema) derecha unidas, jam¨¢s ser¨¢n vencidas.
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