Puente Alto, el feudo capitalino del nuevo votante: ¡°No vi la campa?a, pero veo c¨®mo est¨¢ Chile¡±
Un recorrido por el municipio de Santiago que m¨¢s sufragistas sum¨® tras la obligatoriedad del voto y el m¨¢s poblado del pa¨ªs sudamericano en la antesala del plebiscito constitucional
Es jueves, d¨ªa de cierre de las campa?as para el plebiscito constitucional en Chile, pero en las calles del santiaguino municipio de Puente Alto, el m¨¢s poblado del pa¨ªs (unos 650.000 habitantes), no se escuchan jingles del A favor o del En contra, sino villancicos navide?os. Y el ¨²nico rostro que parece promocionarse es el de Pap¨¢ Noel. La localidad ubicada a los pies de la Cordillera de los Andes y a 20 kil¨®metros del centro de la capital ¨Csu poblaci¨®n habla de ¡°viajar a Santiago¡±¨C tiene una particularidad clave para el refer¨¦ndum de este domingo: es la comuna de la Regi¨®n Metropolitana que aument¨® m¨¢s votantes cuando se restableci¨® el sufragio obligatorio en 2022 (131.163 nuevos, de 364.823, seg¨²n la plataforma DecideChile). El dato ha acaparado la atenci¨®n pol¨ªtica, porque en unos comicios con resultado incierto, los nuevos sufragistas pueden tener la llave del triunfo.
Puente Alto, un municipio de clase media pujante, es gobernada desde principios del milenio por alcaldes de Renovaci¨®n Nacional, RN, partido de la derecha tradicional. En la ¨²ltima elecci¨®n con voto voluntario, la segunda vuelta entre el l¨ªder republicano Jos¨¦ Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric, en diciembre de 2021, el 70% eligi¨® a Boric. Y en septiembre de 2022, en la primera votaci¨®n desde que se repuso el voto obligatorio ¨Cel plebiscito constitucional a la propuesta de la convenci¨®n dominada por la izquierda radical¨C, fue uno de los ocho municipios del pa¨ªs, de un total de 346, donde el Apruebo le gan¨® al Rechazo. Cuando Chile eligi¨® el pasado mayo a los redactores del texto que se plebiscita este domingo, respaldaron a la lista integrada por los partidos oficialistas de Boric (39,2%), seguido por el Partido Republicano, de la derecha dura (29,4%), y en tercer lugar al pacto de la derecha hist¨®rica (18,8%).
Pero lo que suceda el domingo resulta una inc¨®gnita.
A mediod¨ªa, con casi 30 grados de temperatura, hay dos grupos de vecinos que se esconden del sol bajo los ¨¢rboles de la Plaza de Puente Alto: los m¨¢s mayores y los j¨®venes. Los primeros, no quieren ni o¨ªr hablar del proceso constitucional, una postura predominante entre las decenas de entrevistados para este reportaje. ¡°Los pol¨ªticos roban, mienten y uno tiene que llegar a fin de mes igual¡±, afirma Jaime Oses, de 62 a?os, que trabaja en el rubro de mantenimiento. Manuel, de 64, desempleado, comparte el diagn¨®stico y a?ade: ¡°Creen que somos todos ignorantes, pero con la tecnolog¨ªa ahora podemos acceder a la verdad. Esta ma?ana ve¨ªa la detenci¨®n de los del caso Convenios, ?d¨®nde est¨¢ toda esa plata?¡±. Su esposa Delia, de 63, critica c¨®mo todos se llenan los bolsillos mientras ellos siguen esperando que construyan el Hospital Provincia Cordillera de Puente Alto, anunciado en 2013. No saben qu¨¦ van a votar, probablemente anulen o marquen En contra y, si no fuese obligaci¨®n, se quedar¨ªan en casa.
Un grupo de tres chicos de 18 a?os, por otro lado, est¨¢ hasta ilusionado de ejercer por primera vez su derecho a voto. Van por el A favor. No entienden que, tras los ¡°da?os millonarios¡± que dej¨® el estallido social de 2019 para cambiar la Constituci¨®n, ahora los que protestaron no quieran una nueva. Hablan con sus familias sobre pol¨ªtica, pero afirman que sus amigos est¨¢n muy desinformados, decidiendo el voto en base a v¨ªdeos que ven en Tiktok.
A unas calles de la plaza, en el centro comercial, en la zona de juegos, unos j¨®venes ya profesionales est¨¢n m¨¢s dubitativos, aunque tienden a aprobar. Alex Pizarro, de 27 a?os, primera generaci¨®n universitaria de su familia, trabaja en recursos humanos. Tiene coche y gana 1.200.000 (unos 1.380 d¨®lares). Dice que con sus amigos no conversan de pol¨ªtica, pero s¨ª de la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. ¡°El pensamiento generalizado es que est¨¢ todo mal y se asocia a este Gobierno, aunque hay varias cosas que se arrastran de antes¡±, apunta. Ricardo Mora, de 34 a?os, trabaja en telecomunicaciones y gana lo mismo que Pizarro. Tambi¨¦n es la primera generaci¨®n universitaria. Casado y padre de dos hijos, suele votar a la derecha, porque considera que apoyan el emprendimiento. ¡°Hay una gran incertidumbre ahora mismo. Yo he estado en distintas situaciones econ¨®micas y s¨¦ que hay desigualdad, pero no s¨¦ qu¨¦ opci¨®n es mejor¡±, sostiene. En el plebiscito anterior vot¨® Rechazo, pero se ley¨® el texto. Esta vez, acudir¨¢ a las urnas solo habiendo escuchado los temas m¨¢s pol¨¦micos de la propuesta.
Puente Alto, al sur oriente del Gran Santiago, sol¨ªa ser una zona rural, de campesinos. En la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) localizaron proyectos de vivienda social en territorios perif¨¦ricos para hacer frente al d¨¦ficit habitacional, uno de ellos el municipio precordillerano, lo que duplic¨® su n¨²mero de habitantes, hasta los 140.000 en a comienzos de los noventa. La llegada del metro en 2005 es un punto de quiebre en la memoria de los vecinos. Antes tardaban dos horas en llegar al centro de Santiago y, con la conectividad, tambi¨¦n llegaron los comercios minoristas y las grandes tiendas. Pas¨® de ser una comuna dormitorio, donde la gente trabajaba en otro sitio y solo iba a dormir, a convertirse en una suerte de ciudad, con f¨¢bricas y empresas, un motor para el empleo en la zona.
En las principales avenidas comerciales, la acera est¨¢ pr¨¢cticamente tomada por el comercio ambulante. Los productos de imitaci¨®n como zapatillas y ropa de marcas exclusivas se adue?an de las calles, al igual que puestos de comida o juguetes, mientras los vecinos cotizan o esquivan a los vendedores. Luisa Paz atiende su tienda de conveniencia a las afueras del centro. Reclama que los vendedores ambulantes le mataron el negocio. Tiene las m¨¢quinas frigor¨ªficas vac¨ªas, porque ya no vende. ¡°Yo pago patente y siempre doy boleta, mientras los ambulantes nada. Ese es mi enojo y mi tristeza¡±, dice la mujer que hered¨® el almac¨¦n de su madre. Cinco a?os atr¨¢s, ganaba 200.000 pesos diarios, hoy, 50.000 (230 d¨®lares y 57 d¨®lares, respectivamente). ¡°Nunca hemos estado peor. La delincuencia est¨¢ desatada. Ahora me pongo hist¨¦rica cuando tengo que atender sola. Ya no conozco a los clientes¡±, lamenta. ?Sobre el proceso constitucional? ¡°No vi la campa?a, pero veo c¨®mo est¨¢ Chile¡±, sostiene. Vota A favor.
Por el pr¨®spero barrio La Papelera, que debe su nombre a la compa?¨ªa manufacturera de cartones y papeles (CMPC), las fachadas de las casas se ven bien cuidadas y se respira tranquilidad. Por las noches, advierten sus vecinos, se escuchan los fuegos artificiales y disparos provenientes de la Poblaci¨®n Esperanza. Patricio Venegas, ingeniero mec¨¢nico de 65 a?os, hijo y nieto de papeleros, vive en la zona desde que era peque?o y todo lo que ve¨ªa a su alrededor era tierra. Hace un tiempo que cuida a su octogenaria madre y semanas atr¨¢s lo asaltaron con pistolas mientras conduc¨ªa su coche. Los ladrones se lo llevaron.
Venegas se define huaso [campesino] y durante d¨¦cadas practic¨® rodeo, una tradici¨®n que rechazan los animalistas que consiste en que una pareja de jinetes, montados sobre caballos, acumulan puntos seg¨²n c¨®mo y d¨®nde impactan a un novillo en una medialuna. D¨ªas atr¨¢s el ingeniero recibi¨® un correo de su club de rodeo donde advert¨ªan que ten¨ªan que votar A favor para ¡°preservar las tradiciones chilenas¡±. Advierte que todos sus amigos van a marcar esa opci¨®n.
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