Miguel Pi?era, el hermano m¨²sico del expresidente chileno: ¡°Sebasti¨¢n se sent¨ªa invencible¡±
A una semana de la muerte del exmandatario chileno habla de su p¨¦rdida y su historia en com¨²n. Y recuerda que, a?os atr¨¢s, su madre los hizo poner las manos sobre una Biblia y dijo: ¡°Sebasti¨¢n, t¨² te haces cargo de Miguel, el Negro¡±
Son cerca de las 22.00 horas del lunes 12 en un restaurante de sushi de la comuna de La Reina, un municipio en el sector oriente de Santiago. Miguel Pi?era (Santiago, 69 a?os), el ¨²nico de los hermanos del fallecido expresidente chileno Sebasti¨¢n Pi?era (74) que se dedic¨® a la m¨²sica y a los eventos nocturnos, est¨¢ sentando en este local. Ha pasado una semana desde el accidente en helic¨®ptero en el lago Ranco en el sur del pa¨ªs en el que el exmandatario de la derecha tradicional perdi¨® la vida. Dice reci¨¦n siente que puede hablar con m¨¢s tranquilidad de lo ocurrido.
Miguel Pi?era es el quinto de los seis hermanos Pi?era Echenique. Mientras Jos¨¦, Sebasti¨¢n y Pablo estudiaron Econom¨ªa en la Universidad Cat¨®lica, y Magdalena, Historia, ¨¦l inici¨® una carrera como cantante que, cuenta, lo llev¨® a recorrer el mundo como artista callejero. ¡°Me fui a Estados Unidos por tierra, cant¨¦ en el metro de Par¨ªs y pasaba el gorro. Me iba muy bien, porque hablo cuatro idiomas. Adem¨¢s, yo me considero un tremendo cantante, no s¨¦ qu¨¦ dice la gente, pero yo canto bonito. Tengo diez ¨¢lbumes¡±. A la lista de pa¨ªses agrega que ha cantando tambi¨¦n en Brasil, M¨¦xico y Hawaii.
Y sigue: ¡°En California cantaba en clubes. Viv¨ª muchos a?os en Estados Unidos, m¨¢s de 15 a?os, tambi¨¦n en Europa; mi padre fue embajador. Viv¨ª en Brasil, por eso es que hablo idiomas, no es porque sea inteligente. Los idiomas los aprend¨ª de chiquitito¡±, relata.
La rutina de el Negro Pi?era, como es conocido popularmente en Chile, tambi¨¦n es diferente a la del resto de su familia. Se despierta cuando se pone el sol, se re¨²ne con amigos, canta en diferentes clubes y se acuesta cuando amanece. ¡°Yo soy bohemio, soy vampiro, soy opus night, Sebasti¨¢n era opus day¡±, bromea. ¡°?l viv¨ªa de d¨ªa y yo de noche, pero no es que ¨¦l fuera del Opus Dei. Sebasti¨¢n siempre me apoy¨® en todas mis locuras. Era un buen hermano...lo voy a echar tanto de menos¡±.
Pregunta: ?C¨®mo se enter¨® del accidente?
Respuesta: Estaba en mi casa. Aqu¨ª en La Reina tengo mi estudio, donde grabo y compongo. Y me llamaron. A los cinco minutos, me llam¨® un vecino de Sebasti¨¢n en el Lago Ranco y me dijo: ¡°Negro, el helic¨®ptero de tu hermano se acaba de caer al lago. Y salieron tres personas a flote, dentro de ellas mi hermana Magdalena, y Sebasti¨¢n no sal¨ªa. O sea, ya no sali¨®... ya no sali¨®. Ya hab¨ªan pasado 10 minutos.
P. ?C¨®mo vivi¨® ese momento?
R. Me fui a negro, todav¨ªa estoy en negro. S¨ª, estoy choqueado. Ya no me quedan l¨¢grimas ni palabras para expresar todo lo que tengo en el coraz¨®n. Pens¨¦ en ir para all¨¢, pero lo tra¨ªan al d¨ªa siguiente, as¨ª que prefer¨ª no ir. Pero estuve todos los d¨ªas en el exCongreso [en el velatorio en Santiago] acompa?¨¢ndolo.
P. ?C¨®mo era su relaci¨®n?
R. Siempre fue un gran hermano, muy cari?oso conmigo. Mi mam¨¢, antes de morirse [en el 2000], cuando se dio cuenta que a ella le quedaba poco tiempo, nos llam¨®, sac¨® una Biblia, nos hizo poner la mano encima y le dijo: ¡°Sebasti¨¢n, t¨² te haces cargo de Miguel, el Negro¡±.
P. ?Era como un padre para usted?
R. Es mi pap¨¢. Me cuid¨® como un hijo. Me invit¨® siempre a todos los viajes. Le gustaban mucho los cruceros, hicimos el mar B¨¢ltico, el mar Adri¨¢tico, bajamos el Nilo, hicimos el mar de Alaska, el Mediterr¨¢neo muchas veces y el Caribe para qu¨¦ decir.
P. ?Sal¨ªan juntos de noche tambi¨¦n?
R. Obvio, se iba a mi local a cantar. Al Entrenegros, al Seriatutix. Siempre. Le gustaba mucho cantar, lo invitaba al escenario siempre. Le grab¨¦ tres temas ahora dedicados a ¨¦l: Gracias a la vida, porque le gustaba mucho Violeta Parra; le grab¨¦ Con una pala y un sombrero de Gervasio. Y ahora le estoy componiendo una canci¨®n.
P. ?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que hablaron?
R. Yo hablaba con Sebasti¨¢n d¨ªa por medio y estuve comiendo en la casa de ¨¦l unos d¨ªas antes. Sebasti¨¢n iba y ven¨ªa desde Ranco a Santiago.
P. ?Lo retaba mucho?
R. Nunca me ret¨®. Me impresionaba eso de ¨¦l, porque de repente yo me portaba mal, pero nunca me ret¨®, jam¨¢s. Y eso que me he mandado hartos condoros [equivocaciones].
P. ?Cree que ¨¦l admiraba su libertad?
R. Obvio que s¨ª, porque yo he disfrutado mi vida a concho [al m¨¢ximo]. Por todo lo que trabajaba ¨¦l, yo disfrutaba la vida. Sebasti¨¢n trabajaba 16 horas y yo cantando, si mi pasi¨®n es la m¨²sica. Y trabajando de noche, ?d¨®nde voy a cantar de d¨ªa?
P. ?Le ped¨ªa consejos?
R. S¨ª, yo le aconsej¨¦ que cuando vino el presidente Obama a Chile (el a?o 2011) invitara a Los Jaivas. Son mis amigos, he cantado con ellos varias veces. Me hizo caso, y fue todo un ¨¦xito.
P. ?Y consejos pol¨ªticos?
R. Nunca me ha gustado la pol¨ªtica, la encuentro muy sucia. Nunca hablamos de pol¨ªtica, de otras cosas s¨ª.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le gustaba de ¨¦l?
R. No es que me gustara, es que me impresionaba, yo admiraba a Sebasti¨¢n por su capacidad, su fortaleza para trabajar. Yo abr¨ª un restaurante-discoteque en Playa del Carmen. Un lugar grande para 1.500 personas hace muchos a?os atr¨¢s. Y lo vi un d¨ªa en la tele cansado, estaba muy arrugado. Fui a su casa y le dije, ¡°?V¨¢monos a Canc¨²n! Yo te invito¡±. Y partimos; en esa ¨¦poca era senador. ?bamos por una semana y al tercer d¨ªa me levanto y pregunto: ¡®?Han visto a Sebasti¨¢n?¡¯. Y se hab¨ªa devuelto a Chile. Era trabaj¨®lico. No pod¨ªa estar relajado en una hamaca mirando mujeres guapas, no era su estilo.
P. ?Pelearon alguna vez?
R. No, nunca pele¨¦ con mi hermano. Bueno, todos somos muy apasionados los Pi?era, defendemos nuestras posiciones con mucha pasi¨®n, pero Sebasti¨¢n siempre me apoy¨® en todas mis locuras.
P. ?Qu¨¦ va a decir la canci¨®n que est¨¢ componiendo para ¨¦l?
R. No, calladito, no voy a decir nada hasta que no la tenga terminada. Tengo que trabajarla mucho, porque quiero que sea la canci¨®n m¨¢s linda que he hecho en mi vida. La voy a lanzar en una semana m¨¢s. Ya estoy componiendo. Pero va a hablar de sus fortalezas y virtudes, Sebasti¨¢n era una persona que no ten¨ªa rencor, cero rencor.
P. ?En qu¨¦ se ve¨ªa eso?
R. Perdon¨® a Boric que lo trat¨® muy mal, pero yo le agradezco al presidente por el mea culpa que hizo en el Congreso, y la ministra Toh¨¢ se port¨® muy bien. Ahora voy a apoyar a muerte a Evelyn Matthei. Es mi candidata. Sebasti¨¢n le dijo que la iba a apoyar en su campa?a.
P. ?Ella era su sucesora?
R. No, Sebasti¨¢n no tiene sucesora, ni sucesor. Es ¨²nico, era un personaje, su capacidad de trabajo y emprendimiento, su energ¨ªa, eran impresionantes. Bueno para el caballo, para la moto, para la pelota. Bueno para el tenis, nuestros partidos de tenis eran a muerte. Jug¨¢bamos en Caburgua (en el sur de Chile, en la Regi¨®n de La Araucan¨ªa).
P. ?Le ten¨ªa miedo a la muerte?
R. No, por eso hac¨ªa todos esos deportes extremos. Se met¨ªa a bucear a 40 metros, andaba a caballo, parapente, moto, era piloto. Se sent¨ªa invencible, era de otro planeta. Ten¨ªa 74 a?os y estaba mucho mejor parado que yo. Y yo creo que muri¨® en su ley.
P. Eso dijo tambi¨¦n su hermano Pablo.
R. ?Dijo eso? Me copi¨®. Muri¨® feliz, en su mejor momento, con su familia, sus nietos, en un lugar maravilloso, piloteando su nave. Ya veo c¨®mo tiene que haber luchado para sacarse el cintur¨®n (en el helic¨®ptero), y se lo sac¨® a final, despu¨¦s de cu¨¢ntos minutos abajo. La pele¨®, era un luchador.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Chile y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.