Jorge Toro: el h¨¦roe que ganaba herido
El volante de la selecci¨®n chilena en 1962 falleci¨® en Santiago. Campe¨®n como jugador y t¨¦cnico, su legado se goz¨® tambi¨¦n en Italia
El 16 de junio de 1962, Chile salt¨® a la cancha del Estadio Nacional a concretar la mayor haza?a de su historia futbol¨ªstica: alcanzar el tercer lugar en una Copa del Mundo. Yugoslavia era el rival y la labor fue enormemente complicada. En el minuto 19 del primer tiempo, Jorge Toro, la figura clave del mediocampo, sufr¨ªa una lesi¨®n que le imped¨ªa desplazarse con normalidad. Rengueando y limitado, Toro permaneci¨® en el campo debido a la imposibilidad de realizar cambios. Faltando dos minutos para el final, y con un equipo diezmado por las lesiones, su compa?ero Eladio Rojas marc¨® el gol que llevar¨ªa a ese equipo a la inmortalidad.
Pocos d¨ªas antes, en ese mismo campo, Toro hab¨ªa dado la mejor muestra de habilidad en el torneo al comandar a los chilenos en el triunfo ante Italia, en un pleito que se gan¨® el apelativo de La Batalla de Santiago, por la violencia demostrada por los jugadores de ambos bandos en el campo de juego. Toro, de estilo elegante y fino, no rehuy¨® las fricciones, pero marc¨® las diferencias al anotar un gol con remate de distancia y ganarse los aplausos por las escasas acciones t¨¦cnicas de la brega. Los italianos quedaron tan impresionados que la Sampdoria lo contratar¨ªa, convirti¨¦ndose as¨ª en el primer futbolista chileno en militar en el calcio.
El 28 de octubre de 1962, en el Luigi Ferraris de G¨¦nova, Jorge Toro replicar¨ªa la historia. Con un brazo inhabilitado desde los primeros minutos del partido, jug¨® con cabestrillo el lapso restante, convirtiendo el gol del triunfo ante el poderoso Milan a cinco minutos del final. Ungido como h¨¦roe, los xeneixes jam¨¢s olvidar¨ªan su bravura.
Tras su paso por G¨¦nova milit¨® en el Hellas Verona y el M¨®dena, pero su mayor dolor fue no ser convocado al Mundial de 1966 en Inglaterra, pese a que atravesaba por su mejor momento. Volvi¨® a Chile en 1971 para integrarse a Colo Colo, su cuadro formador, con el que se hab¨ªa consagrado campe¨®n en 1960. Levant¨® una nueva corona con la Uni¨®n Espa?ola en 1973, dirigido por Luis Santib¨¢?ez y se retirar¨ªa para convertirse en entrenador.
Sagaz, ladino y con la cultura del calcio muy asimilada, consagr¨® campe¨®n a Cobreloa en 1985, con un equipo que mezclaba la experiencia de los dobles subcampeones de la Libertadores 81/82 con la juventud de figuras como Juan Carlos Letelier, Hugo Rubio o Juan Covarrubias. Toro fue un baluarte de la Generaci¨®n del 62, pero, como tantos otros, muri¨® esta semana reclamando que le hab¨ªa dado m¨¢s al f¨²tbol de lo que el f¨²tbol le dio a ¨¦l.
Pionero y serio, las nuevas generaciones pudieron conocer de su talento en las repeticiones de los partidos de la Copa del Mundo del 62 emitidos durante la pandemia, con el f¨²tbol mundial en receso. Y encontraron a un volante mixto h¨¢bil, veloz y gran habilitador. Su exquisita pegada le permiti¨® marcar de tiro libre, y, sobre sus ¨²ltimos trabajos, ejercer como formador de jugadores en Colo Colo, donde figuras como Jorge Valdivia o Mat¨ªas Fern¨¢ndez supieron de sus consejos.
El paso de la historia ya fue tajante. Toro fue capaz de ganarse el coraz¨®n de las hinchas por sus goles, su talento pero, por sobre todo, porque se convirti¨® en h¨¦roe cuando parec¨ªa herido irremediablemente.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S Chile y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.