La justicia chilena condena a 23 a?os de c¨¢rcel a H¨¦ctor Llaitul, l¨ªder de la primera organizaci¨®n violenta mapuche

La justicia chilena ha condenado este martes a 23 a?os de c¨¢rcel a H¨¦ctor Llaitul, l¨ªder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), la primera organizaci¨®n mapuche en Chile que comenz¨® a usar la violencia en la reivindicaci¨®n de tierras en la zona sur de Chile a fines de los a?os 90. Llaitul, de 56 a?os, ha sido sentenciado por el Tribunal Oral en Lo Penal de Temuco, ciudad ubicada a unos 640 kil¨®metros al sur de Santiago, en la regi¨®n de La Araucan¨ªa, por hurto de madera, usurpaci¨®n de tierras y atentado contra la autoridad. Al haber sido invocada la Ley de Seguridad Interior del Estado, las penas son m¨¢s altas pues implican delitos contra el orden p¨²blico.

El l¨ªder y fundador de la CAM fue detenido por dos detectives de la polic¨ªa de Investigaciones en agosto de 2022 en Ca?ete, en la regi¨®n del Biob¨ªo, cuando entr¨® al almorzar a un local, la Cociner¨ªa del Sur. La organizaci¨®n que fund¨® cometi¨® su primer atentado el 1 de diciembre de 1997, cuando fueron incendiados tres camiones en Lumaco, en La Araucan¨ªa. Fue un hito que dio inicio a la violencia en la Macrozona Sur chilena, pues en adelante se fue extendiendo tambi¨¦n a otras regiones, como la del Biob¨ªo y Los R¨ªos. Hoy al menos hay otros seis grupos radicales que usan la violencia en esos sectores, reivindicando el conflicto por las tierras, y que han quemado casas y predios y tomas de terrenos.

En su lectura del fallo, el juez Jorge Gonz¨¢lez se?al¨® que se le conden¨® a 15 a?os como autor delito consumado y reiterado contra el orden p¨²blico, cinco a?os como autor del delito consumado de hurto de madera a empresas forestales y a otros tres como autor del delito consumado de atentado en contra de la autoridad.

La ministra del Interior, Carolina Toh¨¢, ha dicho que el Gobierno considera esta condena como ¡°un logro importante¡± y que ¡°hoy, se marca un hito¡±. ¡°En lo que ha sido la historia de este conflicto, que es una historia larga, de siglos, la CAM ha cumplido un papel muy emblem¨¢tico porque tras el retorno de la democracia en 1990 fue quiz¨¢ la primera org¨¢nica que fue tomando el camino de la violencia como v¨ªa para hacer la reivindicaci¨®n. Nosotros esperamos que esta sentencia ayude a dejar atr¨¢s esa etapa¡±.

Llaitul ya hab¨ªa sido declarado culpable por el tribunal el 22 de abril y este martes han sido precisados sus a?os de prisi¨®n, los que debe cumplir en forma efectiva, seg¨²n estableci¨® la justicia chilena. Ese d¨ªa renunci¨® a su derecho de guardar silencio: ¡°Nos hemos levantado con el leg¨ªtimo derecho a reclamar y no porque se me condene van a terminar con esta reclamaci¨®n (...) y con nuestra verdad, que les duele al empresariado y al sistema colonial¡±.

La condena a Llaitul ha implicado diversas medidas de seguridad en la Macrozona Sur de parte de las autoridades, donde ha sido declarada una alerta roja ante posibles atentados. Es un sector que se encuentra desde hace dos a?os con estado de excepci¨®n constitucional, que implica la presencia de las Fuerzas Armadas. Pero con un resguardo especial desde hace dos semanas, luego que el 27 de abril, en Ca?ete, en la regi¨®n del Biob¨ªo, tres carabineros fueron asesinados a balazos y luego calcinados al interior de la camioneta que patrullaban. Sus cad¨¢veres fueron abandonados en la compleja ruta P 72 y la Fiscal¨ªa y la polic¨ªa est¨¢n en b¨²squeda de sus autores y mantiene varias hip¨®tesis abiertas por los asesinatos, entre ellas el crimen organizado.

La investigaci¨®n de los delitos por los que Llaitul ha sido condenado fue liderada por el fiscal Roberto Garrido, jefe regional de La Araucan¨ªa, quien tambi¨¦n ha sido nombrado por el Ministerio P¨²blico para indagar el crimen de tres carabineros en la localidad de Ca?ete. El Ministerio hab¨ªa pedido 25 a?os de c¨¢rcel para Llaitul, pero se le han concedido 23 de prisi¨®n.

Garrido dijo que las pruebas que se obtuvieron durante la investigaci¨®n, para lograr la condena, no solo fueron ¡°de car¨¢cter testimonial¡±. Explic¨® que tambi¨¦n se sumaron ¡°peritajes, geolocalizaci¨®n del imputado en el lugar, an¨¢lisis de los tr¨¢ficos telef¨®nicos y de la informaci¨®n obtenida de su tel¨¦fono¡±, lo que ¡°permiti¨® demostrar la participaci¨®n que ten¨ªa en esos hechos y que el imputado faltaba a la verdad cuando declaraba, por ejemplo, no tener ning¨²n contacto con armas de fuego o realizar gestiones para conseguirlas¡±.

Seg¨²n el fiscal, la sentencia contra Llaitul marca un antes y un despu¨¦s, pero que no implica que se haya desbaratado a la CAM: ¡°Esta es una org¨¢nica que opera hace mucho tiempo, que tiene personas que simpatizan con ella y que, obviamente, van a estar dispuestas a seguir operando en la zona y que no renuncian la v¨ªa violenta y a una declaraci¨®n de guerra como una forma de acci¨®n¡±. Y agreg¨® que, ¡°en definitiva, los ¨²nicos beneficiados con esa violencia son los integrantes de estas organizaciones¡±. Por lo tanto, dijo el fiscal, como han labrado una forma de subsistencia a trav¨¦s de los delitos que cometen, es probable que sigan en la misma senda. Por eso el desaf¨ªo de las autoridades, asegur¨®, es reorganizarse tambi¨¦n: ¡°Estar atentos a los mercados delictuales que pretenden abordar para poder perseguirlos y obtener sentencias como la que acabamos de conseguir¡±.

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