Cantautores espa?oles y Chile: no hay belleza sin bondad
Serrat intent¨® ingresar a Chile en 1983 y en 1988 y en ambas ocasiones la dictadura chilena no se lo permiti¨®, pues tem¨ªa que agitara a la disidencia
?Qu¨¦ nos pasa con algunos cantautores espa?oles que los sentimos como parte nuestra? Porque les otorgamos el valor de ser el vecino de habla cotidiana y profunda, y cada creaci¨®n, reflexi¨®n social o reconocimiento que reciben es de alguna manera una satisfacci¨®n personal. Ocurre que nos emociona sentir el talento, la sabidur¨ªa de sus canciones, admiramos el c¨®mo y cu¨¢ndo las han cantado, y el saber estar cuando la vida se ha puesto dif¨ªcil.
A fines de abril nos enteramos de que Joan Manuel Serrat fue distinguido con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2024, sentimos orgullo y c¨®mo no sentirlo si, probablemente, es la estampa y voz m¨¢s destacada de su generaci¨®n y del v¨ªnculo amistoso de Espa?a con Latinoam¨¦rica.
Hombre que no s¨®lo se limit¨® a cantar sus poemas y musicaliz¨® los de otros, tambi¨¦n supo estar cuando no se deb¨ªa estar. Serrat intent¨® ingresar a Chile en 1983 y en 1988 y, en ambas ocasiones, la dictadura chilena no se lo permiti¨®, pues tem¨ªa que agitara a la disidencia; sin embargo, nunca supieron que su sola intenci¨®n de ingresar a Chile fue un estar aqu¨ª, un est¨ªmulo para la libertad y su prohibici¨®n f¨ªsica dio m¨¢s fuerzas para luchar por ella.
C¨®mo no advertir complacencia ante un cantautor, trovador, juglar, cronista o cantante que desde sus inicios sembr¨® una relaci¨®n ¨¦tica y pol¨ªtica basada en la comprensi¨®n mutua, en la valoraci¨®n de lo diverso, en el respeto a la identidad, a la costumbre, en la integraci¨®n de su m¨²sica con la otra m¨²sica; as¨ª lo dicen sus reversiones de Maz¨²rquica mod¨¦rnica (1969) de Violeta Parra o El Cigarrito de V¨ªctor Jara (2000), el actuar de Serrat revela a un hombre que busca virtud en los mundos y no le asusta que ¡°en cada valle una gente y cada cala esconde vientos diferentes¡±.
Joan Manuel Serrat fue la avanzada espa?ola, luego se sumaron otros como Paco Ib¨¢?ez (1977) que musicaliz¨® a Neruda; inspirado por el mismo poeta chileno, Luis Eduardo Aute, bautiz¨® su ¨¢lbum recopilatorio 20 canciones de amor y un poema desesperado (1986), y en tierras chilenas, en dictadura, Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel tuvieron el atrevimiento de cantar del poeta cubano Nicol¨¢s Guillen, el poema musicalizado por Quillapay¨²n La Muralla (1986), entre otros cantautores que han encontrado en Chile una fuente de inspiraci¨®n.
Compromiso con la realidad social y pol¨ªtica, densidad po¨¦tica, cr¨ªtica al autoritarismo, adscripci¨®n a los desvalidos, solidaridad con quienes resist¨ªan y un discurso en pro de la libertad, eran las caracter¨ªsticas que prevalec¨ªan en estos cantautores espa?oles que, mientras reconoc¨ªan su propio proceso democr¨¢tico, quer¨ªan irradiar la experiencia a la Am¨¦rica Latina que soportaba un hilo de dictaduras militares asimiladas al r¨¦gimen de Francisco Franco.
El albor de las democracias latinoamericanas lleg¨® a fines de la d¨¦cada de los 80, las dictaduras fueron sucumbiendo y con ello se produjo un encuentro f¨ªsico entre los artistas y su p¨²blico, el periodo coincidi¨® con la ca¨ªda de la llamada Europa del este y la sentencia de que las utop¨ªas hab¨ªan muerto.
El triunfalismo del statu quo capitalista confundi¨® la ca¨ªda de los pa¨ªses del este europeo con la supuesta ca¨ªda de las utop¨ªas y decret¨® que el sue?o de la justicia social, de la libertad, de la igualdad en la diferencia, no tendr¨ªan espacios en la construcci¨®n de un nuevo mundo.
En la d¨¦cada de los noventa, Latinoam¨¦rica constru¨ªa democracias en donde el mercado y el capital se alzaban como el progreso de unos pocos, y el crecimiento econ¨®mico como el discurso que mermaba las demandas sociales. En resumen y en particular en Chile, la democracia hab¨ªa tra¨ªdo virtudes en ¡°la medida de lo posible¡± y con ello, un tremendo h¨¢lito de desesperanza.
Y entonces seguimos, escuchamos canciones y o¨ªmos que los cantautores espa?oles actualizaron su mensaje y nos ayudaron a decir lo que quer¨ªamos decir y no encontr¨¢bamos c¨®mo decirlo: ¡°Ay Utop¨ªa, c¨®mo te quiero, porque les alborotas el gallinero¡±, (1992) dec¨ªa Serrat alzando nuevamente las banderas de la transformaci¨®n y V¨ªctor Manuel, relevaba un pasado de luchas y conquistas sociales y sentenciaba; ¡°no puedo vivir sin memoria, sin memoria de cada paso que anduvimos, de tantas cosas que he vivido¡± (1996) y, unos a?os antes, Luis Eduardo Aute hab¨ªa compuesto una canci¨®n de indignaci¨®n hacia quienes voltearon sus utop¨ªas para integrarse en el mundo de Wall Street y de ratificaci¨®n: ¡°reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo, ese viaje hacia la nada, que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza¡± (1989).
En Chile, a Luis Eduardo Aute lo conoc¨ªamos de manera indirecta, en los tiempos del vinilo y el casete la masividad de un artista era dada por las compa?¨ªas discogr¨¢ficas y las radioemisoras, y Aute no era considerado en ese acuerdo; lo m¨¢s conocido era Rosas en el mar, canci¨®n masificada por Massiel que pod¨ªa entenderse como parte de esas obras que dicen sin decir: ¡°Voy pidiendo libertad y no quieren o¨ªr, la libertad, la libertad.... Derecho de la humanidad¡± (1966), luego, en democracia y producto del desarrollo tecnol¨®gico tuvimos el agrado de disfrutar una porci¨®n de su obra.
Compartir¨¦ una an¨¦cdota que explica por qu¨¦ este sentir hacia algunos cantautores espa?oles: En enero del a?o 2000 y en el marco de un ejercicio audiovisual para el Instituto de la Radio y Televisi¨®n Espa?ola, partimos un grupo de periodistas j¨®venes a entrevistar a Luis Eduardo, iniciamos la caminata cerca del parque de la Quinta de la Fuente del Berro, cada 50 metros le pregunt¨¢bamos a una persona si sab¨ªa d¨®nde viv¨ªa, hasta que un muchachito que jugaba f¨²tbol en la calle les dice a sus compa?eros: ¡°Buscan al cantante¡±, y nos llev¨® a la puerta de su casa.
Lo entrevistamos dos veces y prometimos el di¨¢logo en un video y entreg¨¢rselo en el mes de mayo del mismo a?o, cuando viniera a Santiago junto a Silvio Rodr¨ªguez a presentar el disco Mano a mano y, bueno, pas¨® lo que pasa con muchas promesas: los artistas no vinieron a Santiago y nosotros no hicimos el video ¡°cutre¡±, como lo llamo antes de despedirse.
Veinticuatro a?os seguimos sin el video, pero las palabras del m¨²sico las difundimos en un podcast, una obra sonora que alojamos en las plataformas y hemos llamado Luis Eduardo Aute, no hay belleza sin bondad. Cr¨®nica de una entrevista reencontrada. Junto a la periodista Carolina Trejo quisimos mostrar al mundo sus reflexiones y ese querer que no es caprichoso, pues un intelectual profundo, un artista vers¨¢til, un ser humano que milita por la humanidad, merece ser conocido en su vida y su obra.
Luis Eduardo Aute reflexiona sobre sus obras en el cine, la escultura, pintura, poes¨ªa y la canci¨®n, y desde ese lugar se hace preguntas filos¨®ficas sobre el amor, dios, la libido, el sexo, la mujer y la libertad. Como una persona esc¨¦ptica ¨Caclara que no es igual a ser pesimista¨C, analiza las democracias, la creaci¨®n y el mercado, es un n¨ªtido cr¨ªtico de la colonizaci¨®n anglosajona. Rechaza la muerte de las utop¨ªas del siglo XX y aboga por la b¨²squeda de nuevos modelos de desarrollo, entre otros temas vinculados a su trayectoria art¨ªstica.
La emisi¨®n del podcast confirma las cualidades de este pu?ado de cantautores que ampliaron las fronteras de su pa¨ªs, mirando a Latinoam¨¦rica no como un mercado a conquistar, sino como un territorio que recibe y entrega una cultura en donde las personas y su bienestar son el centro del mensaje; la cr¨ªtica propositiva indica horizontes; el lenguaje crea universos est¨¦ticos inabordables y sus trayectorias est¨¢n acordes a la belleza de sus obras.
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