Reconstrucci¨®n tras el c¨¢ncer de mama en Chile: una promesa incumplida
No es justo que en un pa¨ªs como Chile, que ha avanzado tanto en muchas ¨¢reas de la salud, sigamos permitiendo que miles de mujeres deban esperar m¨¢s de una d¨¦cada por una prestaci¨®n que deber¨ªa ser inmediata
En Chile, el c¨¢ncer de mama es la principal causa de muerte oncol¨®gica en mujeres. Actualmente, hay m¨¢s de 7.000 casos diagnosticados y, aunque el pa¨ªs ha avanzado en detecci¨®n temprana y tratamientos, existe una deuda pendiente que afecta gravemente la calidad de vida de miles de mujeres: la reconstrucci¨®n mamaria. Esta prestaci¨®n, garantizada por ley desde el 2010, sigue siendo inaccesible para una amplia mayor¨ªa de las pacientes del sistema p¨²blico, quienes, despu¨¦s de haber vencido el c¨¢ncer, enfrentan la dura realidad de tener que esperar m¨¢s de 10 a?os para recuperar una parte esencial de su identidad y bienestar.
Este es un problema profundamente arraigado en la desigualdad que caracteriza a nuestro sistema de salud. Mientras las mujeres que cuentan con recursos y son atendidas en cl¨ªnicas privadas acceden a la reconstrucci¨®n mamaria de manera casi inmediata tras una mastectom¨ªa, aquellas que dependen del sistema p¨²blico deben enfrentarse a una espera que parece interminable.
Seg¨²n cifras no oficiales, porque en Chile a¨²n no tenemos un Registro Nacional del C¨¢ncer, al menos 3.000 mujeres est¨¢n actualmente en lista de espera para una cirug¨ªa reconstructiva, muchas de ellas por m¨¢s de una d¨¦cada. En el sector privado, esta espera es inexistente, porque el 95% logra su reconstrucci¨®n. ?Por qu¨¦, entonces, permitimos que nuestras pacientes del sistema p¨²blico sufran una doble penalizaci¨®n: primero, por el c¨¢ncer, y luego, por un sistema de salud que no est¨¢ a la altura de sus necesidades?
La reconstrucci¨®n mamaria no es un lujo, es una necesidad m¨¦dica y emocional para miles de mujeres que, tras una mastectom¨ªa, buscan no solo sobrevivir al c¨¢ncer, sino tambi¨¦n recuperar su calidad de vida. Es, en esencia, una prestaci¨®n que deber¨ªa garantizar el Estado, no solo porque est¨¢ consagrada en la ley, sino porque toca una fibra profunda en lo que respecta a la dignidad y al derecho de las mujeres a retomar sus vidas con normalidad despu¨¦s de haber enfrentado una enfermedad tan devastadora.
El hecho de que esta prestaci¨®n est¨¦ en la ley, pero no cuente con el financiamiento adecuado para ser implementada, es un problema que revela las profundas fallas de nuestro sistema. Las cifras son claras: solo el 30% de las pacientes del sistema p¨²blico logran acceder a una reconstrucci¨®n mamaria.
El caso es a¨²n m¨¢s preocupante cuando analizamos la falta de informaci¨®n que impide tomar decisiones estrat¨¦gicas para solucionar este problema. El Registro Nacional del C¨¢ncer, que deber¨ªa haberse implementado hace tiempo y que permitir¨ªa un seguimiento adecuado de las pacientes, a¨²n no existe. Sin un registro que nos indique cu¨¢ntas mujeres est¨¢n a la espera de una reconstrucci¨®n mamaria, cu¨¢ntas han sido diagnosticadas en etapas tempranas o avanzadas, o cu¨¢ntas han recibido tratamiento, es imposible planificar de manera eficiente los recursos y acciones necesarias para mejorar el sistema.
A esto se suma otro problema estructural: la falta de actualizaci¨®n de los c¨®digos Fonasa relacionados con las cirug¨ªas oncol¨®gicas. Hoy, un solo c¨®digo agrupa varios tipos de mastectom¨ªas, lo que impide hacer un seguimiento adecuado de los procedimientos realizados y, en consecuencia, asignar los recursos adecuados para cubrir las necesidades reales de las pacientes. Este es otro obst¨¢culo que impide que las mujeres del sistema p¨²blico accedan a la atenci¨®n que merecen y que retrasa, a¨²n m¨¢s, la resoluci¨®n de sus problemas.
Como diputada, me siento profundamente preocupada por esta situaci¨®n y, por lo tanto, hago un llamado al Ministerio de Salud que se aumente el presupuesto destinado a la reconstrucci¨®n mamaria en el sistema p¨²blico. No es justo que en un pa¨ªs como Chile, que ha avanzado tanto en muchas ¨¢reas de la salud, sigamos permitiendo que miles de mujeres deban esperar m¨¢s de una d¨¦cada por una prestaci¨®n que deber¨ªa ser inmediata. No es solo una cuesti¨®n de salud f¨ªsica, es una cuesti¨®n de salud mental, emocional y de dignidad.
La inequidad que existe entre el sistema p¨²blico y el privado en relaci¨®n con el acceso a tratamientos para el c¨¢ncer de mama es una muestra clara de que nuestro sistema de salud sigue siendo profundamente injusto. Ante este escenario, es urgente que el Estado asuma su responsabilidad y garantice que todas las mujeres, independientemente de su capacidad econ¨®mica, tengan acceso a los tratamientos y cirug¨ªas que necesitan. La reconstrucci¨®n mamaria no puede seguir siendo una promesa vac¨ªa para quienes no tienen los recursos para pagarse una cirug¨ªa privada. Debemos avanzar hacia un sistema de salud m¨¢s justo, donde todas las mujeres tengan las mismas oportunidades de recuperar su vida despu¨¦s del c¨¢ncer.
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