Recuperado el material biol¨®gico m¨¢s antiguo de un f¨®sil humano
Un equipo cient¨ªfico internacional con destacada participaci¨®n espa?ola analiza las prote¨ªnas de un hom¨ªnido con cerca de un mill¨®n de a?os
Hace m¨¢s de 25 a?os, un grupo de arque¨®logos y paleont¨®logos espa?oles, con m¨¢s vocaci¨®n que medios, hallaba en Burgos los restos f¨®siles de una especie humana hasta entonces no descrita. Proclamaban haber encontrado a la madre de sapiens y neandertales y, sin tibieza, se atrev¨ªan a ponerle un nombre nuevo, Homo antecessor. Un cuarto de siglo despu¨¦s, un equipo cient¨ªfico internacional con destacada participaci¨®n espa?ola, en el que est¨¢n algunos de aquellos osados excavadores, ha sido capaz de recuperar y analizar las prote¨ªnas de este hom¨ªnido que, con cerca de un mill¨®n de a?os, se convierte en la evidencia molecular humana m¨¢s antigua jam¨¢s analizada. Adem¨¢s de la haza?a metodol¨®gica que supone extraer y descifrar prote¨ªnas de una antig¨¹edad en la que el ADN ya no se conserva, el nuevo estudio avala la hip¨®tesis, entonces temeraria, de que Homo antecessor estaba estrechamente relacionado con el origen de los humanos modernos, los neandertales y una tercera humanidad entonces desconocida, los denisovanos.
Acostumbrados siempre a empezar la narraci¨®n de los hallazgos cient¨ªficos con el manido ¡°este estudio echa por tierra lo que pens¨¢bamos¡±, esta vez la ciencia del futuro se asoma para hacerle un gui?o c¨®mplice a aquellos investigadores espa?oles de los noventa que creyeron en s¨ª mismos y en que los f¨®siles no ment¨ªan.
La paleoprote¨®mica representa un campo de investigaci¨®n emergente que capitanear¨¢ muchas de las revoluciones en el estudio de nuestros or¨ªgenes en un horizonte cercano. Espa?a, a trav¨¦s del Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre la Evoluci¨®n Humana (CENIEH) de Burgos y el Instituto de Biolog¨ªa Evolutiva (IBE) de Barcelona, y con Atapuerca como pionera, puede tener un protagonismo decisivo en los pr¨®ximos a?os si nosotros, nuestras administraciones y nuestros pol¨ªticos nos lo creemos con la misma intensidad con que crey¨® en s¨ª mismo el n¨²cleo duro del hoy tan conocido Equipo de Investigaci¨®n de Atapuerca. Siempre, y m¨¢s todav¨ªa en tiempos de incertidumbre como los que nos asolan con el coronavirus, la ciencia ser¨¢ la m¨¢s fiable portadora de buenas nuevas y esperanza a todos los niveles. Y no menos importante, la ciencia nos devolver¨¢ el amor propio que hace falta para creer en nuestra propia capacidad.
En sus Reglas y Consejos sobre Investigaci¨®n Cient¨ªfica, don Santiago Ram¨®n y Cajal nos alertaba de otros virus: ¡°Huyamos del pesimismo como virus mortal: quien espera morir acaba por morir¡±. Pero tambi¨¦n advert¨ªa: ¡°El so?ado porvenir no vendr¨¢ por s¨ª mismo, ni lo traer¨¢ la protecci¨®n del extranjero o la ciega loter¨ªa del azar; la futura renovaci¨®n ser¨¢ el galard¨®n de nuestro trabajo, de nuestra ciencia, de nuestro conocimiento de la realidad¡±.
Cuando esta pandemia pase ¨Cque pasar¨¢¨C habr¨¢ que comprobar de qu¨¦ est¨¢ hecho el esqueleto que nos mantuvo en pie
Cuando esta pandemia pase ¨Cque pasar¨¢¨C habr¨¢ que comprobar de qu¨¦ est¨¢ hecho el esqueleto que nos mantuvo en pie. Hay algo ¨¦pico en descubrir que, all¨ª donde algunos ven solo un pu?ado de huesos, est¨¢n escritos nuestro nombre y nuestro lugar en el mundo. La ciencia nos permitir¨¢ descodificar lo que la historia y la prehistoria pueden ense?arle al ser humano de ahora. ¡°Trabajad hoy m¨¢s que nunca por la creaci¨®n de ciencia original y castizamente espa?ola¡±, insiste don Santiago. Es posible, pero hay que cre¨¦rselo. Un mill¨®n de a?os despu¨¦s, Homo antecessor asiente.
Mar¨ªa Martin¨®n-Torres es directora del Centro Nacional de Investigaci¨®n sobre la Evoluci¨®n Humana (CENIEH)
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