David Quammen: ¡°Somos m¨¢s abundantes que cualquier otro gran animal. En alg¨²n momento habr¨¢ una correcci¨®n¡±
Entrevista con el divulgador cient¨ªfico, autor de ¡®Contagio¡¯, libro de referencia para entender el coronavirus
Son las cinco de la tarde en Bozeman, peque?a ciudad de Montana (Estados Unidos), donde los espacios son vastos y el distanciamiento social no necesita imponerse a la fuerza, porque forma parte del paisaje desde tiempo inmemorial.
David Quammen, de 72 a?os, cultiva su jard¨ªn cuando suena el tel¨¦fono. ¡°Paseamos al perro por el barrio, saludo a los vecinos desde la otra acera y en tres semanas no he estado m¨¢s cerca de seis pies [dos metros] de otra persona, aparte de mi esposa¡±, dice a EL PA?S este veterano reportero y divulgador cient¨ªfico que hace a?os recorri¨® los cuatro rincones del planeta persiguiendo a los virus zoon¨®ticos, es decir, que saltan de los animales a los humanos.
El resultado fue Spillover. Animal infections and the next human pandemic (Contagio, en la traducci¨®n espa?ola que la editorial Debate publica el 23 de abril en ebook y el 14 de mayo en papel). El libro fascina y espanta. Por lo que cuenta: el mundo de las infecciones de origen animal. Y por lo que predice: una pandemia humana muy parecida a la del virus que causa la covid-19. Ahora es una de las obras de referencia para entender el ente microsc¨®pico que ha paralizado al mundo.
Pregunta. ?Le sorprende lo que est¨¢ ocurriendo?
Respuesta. En absoluto. Todo ¡ªel virus procedente de un murci¨¦lago que despu¨¦s pasa a los humanos, la conexi¨®n con un mercado en China, el hecho de que se trate de un coronavirus¡ª era predecible. Es lo que los expertos a los que entrevist¨¦ para mi libro me dec¨ªan.
P. ?Nada le sorprende?
R. S¨ª, la falta de preparaci¨®n de los Gobiernos y los sistemas sanitarios p¨²blicos para afrontar un virus como este. Me sorprende y me decepciona. La ciencia sab¨ªa que iba a ocurrir. Los Gobiernos sab¨ªan que pod¨ªa ocurrir, pero no se molestaron en prepararse.
P. ?Por qu¨¦?
R. Los avisos dec¨ªan: podr¨ªa pasar el a?o pr¨®ximo, en tres a?os, o en ocho. Los pol¨ªticos se dec¨ªan: no gastar¨¦ el dinero por algo que quiz¨¢ no ocurra bajo mi mandato. Este es el motivo por el que no se gast¨® dinero en m¨¢s camas de hospital, en unidades de cuidados intensivos, en respiradores, en m¨¢scaras, en guantes.
P. Sin esta falta de preparaci¨®n, ?no estar¨ªamos todos confinados?
R. En efecto. La ciencia y la tecnolog¨ªa adecuada para afrontar el virus existe. Pero no hab¨ªa voluntad pol¨ªtica y, por tanto, el dinero, y la coordinaci¨®n entre Gobiernos locales y nacionales, y entre Gobiernos en el mundo. Tampoco hay voluntad para combatir el cambio clim¨¢tico. La diferencia entre esto y el cambio clim¨¢tico es que esto est¨¢ matando m¨¢s r¨¢pido.
P. ?Por qu¨¦ el murci¨¦lago se vincula al origen de tantos virus, desde el SARS hasta el ¨¦bola, y tambi¨¦n el SARS-CoV-2?
R. Los murci¨¦lagos parecen sobrerrepresentados como anfitriones naturales de estos virus peligrosos. Por varios motivos. Primero, est¨¢n sobrerrepresentados en la diversidad de los mam¨ªferos. Una de cada cuatro especies de mam¨ªferos es una especie de murci¨¦lago.
P. ?Esto significa que hay muchos murci¨¦lagos?
R. No es simplemente que haya muchos en cuanto al n¨²mero, sino que hay una gran diversidad de murci¨¦lagos. Y es posible que cada diferente especie de murci¨¦lago tenga sus propias especies de virus. Esta diversidad de especies ofrece un margen amplio para la diversidad de virus.
P. ?Qu¨¦ otros motivos explican que los murci¨¦lagos sean el origen de tantos virus?
R. Los murci¨¦lagos viven mucho. Uno del tama?o de un rat¨®n puede vivir 18 o 20 a?os. Un rat¨®n vive uno o dos a?os. Los murci¨¦lagos anidan juntos en colonias multitudinarias. He visto 60.000 en una cueva, todos apretujados. La longevidad y la masificaci¨®n son circunstancias ¨®ptimas para que los virus pasen sin cesar de un individuo a otro. Y otra cosa: hay pruebas ahora, aunque no es seguro, que indican que los murci¨¦lagos tienen sistemas de inmunidad que han evolucionado para ser m¨¢s hospitalarios ante cuerpos ajenos.
P. Y cada vez est¨¢n m¨¢s cerca de zonas urbanas, ?no?
R. As¨ª es. En particular los grandes murci¨¦lagos de los tr¨®picos y subtr¨®picos. Estamos destruyendo sus h¨¢bitats y ellos buscan comida en ¨¢reas humanas donde haya huertos y ¨¢rboles frutales en los parques. Todo esto les acerca a los humanos, lo que, a trav¨¦s de sus heces y su orina, aumenta las posibilidades de que los virus se extiendan directamente o a trav¨¦s de los animales dom¨¦sticos.
P. ?Debemos temer a los murci¨¦lagos?
R. No, no. Son animales bellos, magn¨ªficos, necesarios para la integridad de los ecosistemas. La soluci¨®n no es quitarnos a los murci¨¦lagos de encima sino dejarlos en paz.
P. ?C¨®mo?
R. Esta pandemia es una oportunidad terrible para educar, para entender nuestra relaci¨®n con el mundo natural.
P. ?Somos responsables los humanos de lo que est¨¢ ocurriendo?
R. Sin duda. Todos los humanos, todas nuestras decisiones: lo que comemos, la ropa que vestimos, los productos electr¨®nicos que poseemos, los hijos que queramos tener, cu¨¢nto viajamos, cu¨¢nta energ¨ªa quemamos. Todas estas decisiones suponen una presi¨®n al mundo natural. Y estas demandas al mundo natural tienden a acercar a nosotros a los virus que viven en animales salvajes.
P. ?Es la revancha de la naturaleza?
R. No lo dir¨ªa as¨ª, porque soy un materialista darwiniano. No personalizo la naturaleza. No creo en una naturaleza con N may¨²scula capaz de revancha ni de emociones. Los humanos somos m¨¢s abundantes que cualquier otro gran animal en la historia de la Tierra. Y esto representa una forma de desequilibrio ecol¨®gico que no puede continuar para siempre. En alg¨²n momento habr¨¢ una correcci¨®n natural. Les ocurre a muchas especies: cuando son demasiado abundantes para los ecosistemas, les ocurre algo. Se quedan sin comida, o nuevos depredadores evolucionan para devorarles, o pandemias virales las derrumban. Pandemias virales interrumpen, por ejemplo, explosiones de poblaci¨®n de insectos que parasitan ¨¢rboles. Ah¨ª hay una analog¨ªa con los humanos.
P. ?Somos como estos insectos?
R. No. Somos mucho m¨¢s inteligentes que los insectos de la selva. Debemos ser capaces de ver lo que se nos viene encima y transformar el choque en un reajuste de nuestra manera de vivir en este planeta.
P. ¡°Ofrecemos m¨¢s oportunidades que nunca a los virus¡±, escribe usted.
R. Porque somos m¨¢s y porque estamos m¨¢s conectados entre nosotros. Cuando entramos en la selva y capturamos a un animal salvaje ¡ªun roedor, un murci¨¦lago, un pangol¨ªn, un chimpanc¨¦¡ª, y este animal tiene un virus, y este virus salta hacia nosotros, y descubre que en nuestro interior puede replicarse, y que puede transmitirse de un humano a otro¡ Cuando ha ocurrido todo esto, a este virus le ha tocado el Gordo. Se ha metido por una puerta que le ofrece una enorme oportunidad. Porque somos 7.700 millones de anfitriones potenciales para ellos y porque estamos hiperconectados: la peste bub¨®nica mat¨® quiz¨¢ a un tercio de la poblaci¨®n europea, pero en el siglo XIV no pod¨ªa pasar a Norteam¨¦rica ni a Australia. El virus que causa la covid-19 es uno de los virus de m¨¢s ¨¦xito del planeta, junto a la cepa pand¨¦mica del VIH. Y nosotros le hemos invitado a tener tanto ¨¦xito.
P. ?Qu¨¦ ha aprendido en los ¨²ltimos tres meses sobre los virus?
R. Algo que me sorprende es que, hasta ahora, este virus no est¨¢ evolucionando demasiado r¨¢pido. Algunos cient¨ªficos, como Trevor Bedford en Seattle, han tomado muestras de varias personas en diversos momentos y en distintas partes del mundo, y han dibujado un ¨¢rbol geneal¨®gico del virus. Han descubierto que los genomas del virus no var¨ªan mucho en el espacio y el tiempo. El virus no cambia porque no necesita hacerlo. Est¨¢ teniendo tanto ¨¦xito ¡ªyendo de un humano a otro, en todos los pa¨ªses del planeta¡ª que, desde el punto de vista de la evoluci¨®n, no est¨¢ sometido a ninguna presi¨®n para cambiar: ya le va bien siendo como es.
P. ?Durante cu¨¢nto tiempo puede tener tanto ¨¦xito?
R. Hasta que tengamos una vacuna. En este momento, es posible que intente evolucionar. No es que lo intente en realidad, porque no tiene intenci¨®n, solo es un virus. Pero por selecci¨®n natural es posible que, accidentalmente, encuentre maneras de esquivar la vacuna. Y entonces empezar¨¢ la carrera para encontrar vacunas mejores y nuevas. Pero es lo que ya hacemos con la gripe: necesitamos una vacuna nueva cada a?o porque cambia constantemente.
P. Mientras tanto, ?el distanciamiento social y el confinamiento tienen un efecto en el virus?
R. S¨ª. Al confinarnos, le retiramos una oportunidad de extenderse de manera tan amplia e intensa como ha hecho hasta ahora. Una manera de pensar en pandemias es la siguiente. En toda poblaci¨®n de v¨ªctimas potenciales, hay personas susceptibles al virus. Hay personas infectadas por el virus. Hay personas muertas. Y hay personas que se han recuperado. Y, una vez que se han recuperado, es m¨¢s dif¨ªcil que sean reinfectadas. De modo que se llega a un punto en el que el n¨²mero de muertos es alto, el n¨²mero de recuperados es alto y el n¨²mero de infectados puede ser todav¨ªa alto, pero el n¨²mero de personas susceptibles puede ser relativamente bajo y estar disperso. En ese momento, el virus que se encuentra en los infectados no tiene oportunidades de contactar con los susceptibles.
P. ?Y entonces?
R. En este punto, la pandemia tiende a terminar.
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