El dolor ya no es lo que era
La ciencia actualiza por primera vez desde 1979 la definici¨®n de dolor para reconocer a ancianos y beb¨¦s, que pueden sufrirlo aunque no puedan describirlo
¡°?Te duele?¡±, es una pregunta que hacemos a menudo y no solo en los centros m¨¦dicos. Y es una pregunta que constata una realidad tan humana como cient¨ªfica: el dolor es una experiencia personal. Solo quien lo sufre puede describirlo. ¡°No existe una prueba objetiva que pueda probar o refutar si alguien est¨¢ experimentando dolor¡±, explica Judith Turner, directora del Centro para el Alivio del Dolor de la Universidad de Washington. ¡°La ¨²nica forma en que otra persona puede inferir si una persona tiene dolor es por sus comportamientos verbales o no verbales. Nadie puede saber directamente c¨®mo siente el dolor otra persona¡±, a?ade Turner. Y precisamente por eso, porque tambi¨¦n sienten dolor quienes no pueden explicarlo, Turner puso en marcha en 2018 un grupo de trabajo para redefinir el concepto m¨¦dico de dolor. Entonces era la presidenta de la Asociaci¨®n Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), que acaba de aprobar la nueva definici¨®n que trata de incluir a los que no tienen voz.
La nueva definici¨®n, revisada por primera vez desde 1979, queda as¨ª en la traducci¨®n que ha hecho la Sociedad Espa?ola del Dolor (SED) del original en ingl¨¦s: ¡°Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada con da?o tisular real o potencial¡±. Cada palabra, cada ambig¨¹edad, cada aparente redundancia est¨¢ perfectamente medida, despu¨¦s de meses de trabajo con m¨¦dicos, pero tambi¨¦n fil¨®sofos y ling¨¹istas, para reconocer todos los matices de lo que debe entenderse como dolor en la pr¨¢ctica m¨¦dica. Porque el dolor, explican, es una experiencia personal y subjetiva influenciada por factores biol¨®gicos, psicol¨®gicos y sociales. Y solo quien lo sufre sabe lo que sufre. ¡°Convierte al paciente en el centro del concepto mismo del dolor¡±, resume Juan Antonio Mic¨®, catedr¨¢tico de la Universidad de C¨¢diz y presidente en funciones de la SED.
¡°Una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada con da?o tisular real o potencial¡±
Las principales novedades de la definici¨®n son dos. La primera y m¨¢s importante, para integrar a todo el mundo se elimina una coletilla que explicaba que la experiencia dolorosa era ¡°descrita¡± por quien la sufre. ¡°Si no lo expresan, ?qu¨¦ pasa, que no sienten dolor? Si la sensaci¨®n deb¨ªa ser explicada, eso dejaba fuera a beb¨¦s, personas mayores con problemas mentales que les impidan verbalizar su dolor, incluso gente con trastornos del espectro autista¡±, se?ala Mic¨®. De esta forma, se logra involucrar a todas estas personas que no tienen voz para expresar lo que sufren, reconociendo que tambi¨¦n es dolor aunque no lo puedan describir.
La segunda novedad se refiere a las complejidades m¨¦dicas y cient¨ªficas del dolor, pero se condensa en una ¨²nica palabra: ¡°similar¡±. El dolor suele proceder del ¡°da?o tisular¡±, de una lesi¨®n en el organismo, por eso dice que la experiencia est¨¢ ¡°asociada¡± a ese da?o, pero tambi¨¦n hay casos en los que el dolor solo se parece al que causa ese da?o o no es del todo perceptible. ¡°Por ejemplo¡±, indica Mic¨®, ¡°cuando nuestros receptores del dolor se estropean, si enferman, el dolor es igual aunque sea primario¡±. Este especialista form¨® parte del grupo de trabajo que hace cuatro a?os trat¨® de definir lo que algunos llaman el ¡°dolor fantasma¡±, personas afectadas de dolor cr¨®nico en las que no es posible identificar da?os en los tejidos ni lesiones estructurales, como la fibromialgia, algunos dolores viscerales, el s¨ªndrome de colon irritable y algunos casos de artrosis con dolor desproporcionado.
¡°No existe una prueba objetiva que pueda probar o refutar si alguien est¨¢ experimentando dolor¡±Judith Turner, directora del Centro para el Alivio del Dolor de la Universidad de Washington
No obstante, la definici¨®n de 1979 ya era revolucionaria en muchos sentidos, porque reconoc¨ªa el dolor como una experiencia que tambi¨¦n puede ser emocional y que solo puede enmarcarse desde la perspectiva que quien lo sufre, en lugar de un observador externo. En el grupo de trabajo constituido en 2018 por Turner volvieron a concluir que definirlo desde la perspectiva de un tercero era ¡°controvertido y pol¨ªtico¡±. ?Qui¨¦n tiene la autoridad para juzgar qui¨¦n sufre? ?M¨¦dicos, pacientes, compa?¨ªas farmac¨¦uticas, pol¨ªticos, gobiernos, estados, abogados, jueces? Es m¨¢s, se retir¨® la descripci¨®n del dolor como una experiencia ¡°subjetiva¡± porque podr¨ªa interpretarse con connotaciones negativas, como ¡°no objetivo¡± o ¡°no real¡±. Por eso se reformul¨® como una ¡°experiencia personal¡± en las notas complementarias a la definici¨®n.
¡°El dolor no es simplemente una sensaci¨®n, o se limita a se?ales que viajan a trav¨¦s del sistema nervioso como resultado del da?o tisular¡±, explica Srinivasa Raja, responsable del grupo de trabajo que ha cerrado la definici¨®n, formado por catorce especialistas. Raja, de la Universidad Johns Hopkins, recurri¨® a ling¨¹istas, bioeticistas y fil¨®sofos, como Peter Singer (Princeton), para lograr claridad y simplicidad en la definici¨®n. Por ejemplo, estos expertos externos sugirieron conceptos como ¡°indeseable¡± o ¡°aversivo¡±, pero se desecharon porque hay situaciones en las que el dolor no se pretende evitar, como sucede con los deportistas.
¡°Si no lo expresan, ?qu¨¦ pasa, que no sienten dolor? Si la sensaci¨®n deb¨ªa ser explicada, eso dejaba fuera a beb¨¦s, personas mayores con problemas mentales que les impidan verbalizar su dolor¡±Juan Antonio Mic¨®, catedr¨¢tico de la Universidad de C¨¢diz
El dolor es un padecimiento muy presente en nuestras vidas: el dolor cr¨®nico, considerado una enfermedad en s¨ª misma, afecta a doce millones de personas en Espa?a y a cien millones en Europa. Sin embargo, todav¨ªa quedan inc¨®gnitas y se sigue avanzando en definiciones m¨¢s precisas, m¨¢s integradoras y m¨¢s satisfactorias. En 2019, la OMS incluy¨® por primera vez una clasificaci¨®n del dolor cr¨®nico en su listado de enfermedades. Un contexto que provoca en muchos casos la frustraci¨®n de los pacientes que no ven aliviado como deber¨ªa su dolor, un derecho fundamental, como denuncia la IASP.
¡°Esperamos que los m¨¦dicos reconozcan la necesidad de evaluar los factores psicosociales y el impacto del dolor. Esperamos que todos los m¨¦dicos respeten las indicaciones del paciente sobre su dolor como real¡±, explica Turner. ?Esto no puede ser problem¨¢tico, solo porque alguien asegure sentir dolor los sanitarios deben tratarlo como cierto? ¡°Siempre cabe un caso enga?oso, pero lo importante es reconocer que a lo largo de la historia hemos tenido muchos casos en los que el dolor era real, pero la medicina no pod¨ªa entenderlo¡±, indica Mic¨®. Seg¨²n Turner, las personas que viven con dolor, su familia y los profesionales sanitarios deben comprender que el dolor puede ser resultado de factores distintos al da?o f¨ªsico que entendemos normalmente, y que dicho dolor ¡°es igual de real¡±.
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