Lecciones sonoras de los animales para seducir
Las hembras eligen al macho que haga el ruido m¨¢s largo, potente y frecuente porque indica mayor calidad reproductiva
¡°Entender el cerebro de los animales es entendernos a nosotros¡±. Fernanda G. Duque, investigadora del Instituto de Neurociencia de la Universidad Estatal de Georgia, en Estados Unidos, est¨¢ convencida de ello y asegura que las aves se comunican de la misma manera que el ser humano. En un estudio reciente publicado en Current Biology, la experta ha demostrado que una especie de colibr¨ª llamada Estrellita Ecuatoriana (Oreotrochilus chimborazo) es capaz de cantar a frecuencias m¨¢s altas de lo esperado, es decir, a m¨¢s de 13,4 kilohercios. Hasta ahora, se pensaba que los p¨¢jaros no superaban los 8. ¡°Esto ha retado nuestro conocimiento. Durante mucho tiempo, pensamos que los mam¨ªferos ten¨ªan un rango auditivo m¨¢s amplio por tener una c¨®clea m¨¢s larga. Este estudio nos hace repensar en las otras formas que tiene el cerebro para adaptarse a los retos en su ambiente y generar una respuesta¡±, explica. La ac¨²stica en el mundo animal es muy amplia y esencial para la supervivencia, tanto para cazar, proteger su h¨¢bitat y criar como para reproducirse.
Existen unas cinco especies de colibr¨ªes capaces de generar altas frecuencias y es posible que no sean las ¨²nicas. Un aspecto curioso del estudio es que algunos de estos sonidos, destinados en parte a atraer a una pareja, no llegan al o¨ªdo de otros p¨¢jaros ni al del ser humano. Las hembras son la clave del sistema: deciden con qu¨¦ macho quieren aparearse en funci¨®n de su canto. Cuanto m¨¢s alto y largo, mejor. Estas melod¨ªas son m¨¢s f¨¢ciles de escuchar e indica que el macho se est¨¢ esforzando m¨¢s, que tiene m¨¢s energ¨ªa y mejor salud porque puede hacer ese esfuerzo adicional. Adem¨¢s, los p¨¢jaros saben reconocer las notas y su calidad. Tienen una percepci¨®n auditiva mucho m¨¢s precisa que el ser humano, seg¨²n afirma la autora del estudio, que public¨® tambi¨¦n en Science Advances la capacidad que tiene esta especie para o¨ªr esas altas frecuencias. Ser¨ªa interesante ampliar este hallazgo a otras especies, ver c¨®mo escuchan y cu¨¢les son sus l¨ªmites.
Uno de los aspectos que m¨¢s apasiona a Duque es la diversidad de sonidos y cantos que existen en el mundo de las aves. La hembra recibe una multitud de se?ales que ser¨ªa interesante analizar, pues supone un reto a la hora de elegir pareja. ¡°Los p¨¢jaros tienen un repertorio muy elaborado y complejo, pero siempre se ha investigado a los machos pensando que ellas son pasivas, pero en realidad son las que deciden y es importante ver c¨®mo lo hacen y de qu¨¦ depende¡±, insiste.
Los p¨¢jaros saben reconocer las notas y su calidad. Tienen una percepci¨®n auditiva mucho m¨¢s precisa que el ser humano
?Cabe la posibilidad de que un macho que no sepa cantar se quede sin pareja? La respuesta es s¨ª, pero algunos quiz¨¢s tengan alguna oportunidad de encontrar su media naranja en funci¨®n de la ¨¦poca reproductiva, pues la exigencia de las hembras var¨ªa. Si todav¨ªa no ha logrado tener cr¨ªas y el final se acerca, la hembra puede ser m¨¢s tolerante. La soledad de algunos machos tambi¨¦n puede deberse a que ayudan al macho dominante a seducir. Los gallitos de las rocas (Rupicola peruvianus), por ejemplo, montan coros y danzas para desplegar un sistema de cortejo elaborado. ¡°Los m¨¢s j¨®venes aprenden y probablemente un d¨ªa tomen el papel de dominante y consigan aparearse. Pero es verdad que algunos nunca lo lograr¨¢n¡±, asume la experta.
Otra v¨ªa de investigaci¨®n para entender mejor la orquesta que anima el cielo, son los duetos en los cuales las hembras tambi¨¦n cantan. Ese fen¨®meno sirve para reforzar el v¨ªnculo de la pareja (en caso de que se trate de una ave mon¨®gama) y proteger el territorio. ¡°Quedan todav¨ªa muchas cosas por descubrir¡±, dice Duque.
En el aire, hay otras especies que tambi¨¦n dependen de la calidad de sus sonidos para ganarse a una hembra, as¨ª como los saltamontes y los mosquitos. Los resultados de un estudio demostr¨® que tanto el tama?o corporal como la armon¨ªa de sus se?ales sonoras son determinantes del ¨¦xito del apareamiento masculino en los mosquitos Aedes aegypti.
Del aire a la charca
Para las ranas, las operaciones colectivas para atraer a las hembras son esenciales. Ignacio de la Riva, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), explica que los machos utilizan dos tipos de notas. Las primeras se podr¨ªan definir como las agresivas mientras que las otras ser¨ªan las atractivas. Unas son para proteger el territorio y alejar competidores, y las segundas, para seducir. En los anfibios, el criterio de selecci¨®n es parecido al de las aves. Cuanto m¨¢s potente sea el canto y con mayor cantidad de chasquidos, m¨¢s le gustar¨¢ a la hembra. ¡°Unas especies tienen un saco vocal enorme para amplificar el sonido y otras, estructuras dobles¡±, describe el experto en anfibios.
Bajo su punto de vista, es muy interesante estudiar las vocalizaciones de estos animales, ya que est¨¢n dise?ados para evitar cruces de especies err¨®neos, como un mecanismo de aislamiento. ¡±Para un tax¨®nomo que intenta describir especies es ¨²til ver las diferencias de par¨¢metro de canto porque son bastante fijas y permiten distinguirlas¡±, explica. El experto pide que se destruya el mito de que las ranas solo hacen croac, pues la variedad de sonidos es inmensa. ¡°Tienen una paleta muy ampl¨ªa que utilizan en funci¨®n de sus necesidades y del contexto social. Si hay muchos ejemplares, sus ruidos ser¨¢n mucho m¨¢s intensos, por ejemplo¡±, asevera de la Riva.
De la charca al bosque
Los mam¨ªferos son m¨¢s atractivos cuando son m¨¢s grandes que sus rivales y lo saben. Por eso, algunos son capaces de fingir un mayor tama?o jugando con las frecuencias graves, seg¨²n recuerda un estudio recopilatorio publicado en Nature Communications. Juan Carranza, experto en ungulados desde hace m¨¢s de 20 a?os y catedr¨¢tico de la Universidad de C¨®rdoba, explica que con los ciervos pasa algo parecido, pues la potencia de la berrea del macho (que ocurre a mediados de septiembre) revela su calidad. Un estudio demostr¨® que las hembras suelen sentirse atra¨ªdas por los machos que berrean durante m¨¢s tiempo y con m¨¢s fuerza y son capaces de adelantar su ovulaci¨®n al escucharlos. Es lo que llaman, seg¨²n relata Carranza, el ¡°efecto macho¡±, ya que su presencia induce el celo de la hembra. Para demostrar eso, los investigadores reprodujeron artificialmente el sonido de la berrea y constataron que las hembras que lo escuchaban, ovulaban antes que las que no.
Otro grupo de cient¨ªficos hizo el mismo experimento ¨²nicamente con machos. Al difundir una grabaci¨®n de un sonido de tasa peque?a, los ciervos ven¨ªan a atacar porque pensaban que se trataba de un rival poco peligroso. En cambio, una berrea fuerte y larga indica que el macho suele ganar peleas. Por lo tanto, si se reproduc¨ªa un ruido con una tasa alta, los que lo escuchaban se retiraban. Cuenta Carranza que los sonidos permiten entender el comportamiento del ciervo. Cada sonido del animal va asociado a una cosa o a un movimiento. El ciervo produce tres sonidos distintos, uno largo para mostrar su potencia, otra m¨¢s ronco que sale de la garganta y una especie de ladrido entrecortado para alejar a sus rivales.
Un estudio de la Universidad de Cornell (Nueva York, Estados Unidos), basado en datos de nueve a?os, ha cambiado ideas preconcebidas: los pandas gigantes no son silenciosos. Todo lo contrario. Producen sonidos durante la temporada de reproducci¨®n para coordinarse y expresar sus preferencias. Los resultados del trabajo muestran el potencial de las vocalizaciones de las cuales depende su ¨¦xito de apareamiento.
De la tierra al mar
El agua es un medio eficaz para transmitir sonido e informaciones a largas distancias. Los peces tambi¨¦n hacen lo que se nombra ¡°llamadas de apareamiento¡± como se registr¨® en tres especies llamadas Prochilodus argenteus, P. costatus y P. lineatus, seg¨²n se public¨® hace tres a?os. Por otra parte, una decena de crust¨¢ceos son capaces de emitir sonidos. Los cangrejos son un ejemplo curioso. Todav¨ªa muy misteriosos en cuanto a su estructura y su anatom¨ªa, estos animales tambi¨¦n recurren a sonidos bajo el agua a la hora de reproducirse, tanto el macho como la hembra. Frente a todo esto, para Francesco Filiciotto, autor de un estudio sobre la especie Neohelice granulata e investigador del Consejo Nacional de Investigaci¨®n de Italia, el foco m¨¢s importante es el impacto que tiene el ser humano sobre estas comunicaciones vitales.
¡°Es el gran problema. El nivel de ruido en el agua ha aumentado unos 50 decibelios en los ¨²ltimos 30 a?os¡±, explica Filiciotto. Sin embargo, los mensajes de los cangrejos, que recorren unos 200 metros, por ejemplo, no suelen superar los seis decibelios. En definitiva, el ser humano contribuye a reducir la comunicaci¨®n que les permite alimentarse, protegerse y reproducirse. ¡°La contaminaci¨®n ac¨²stica hace que el agua se convierta en un desierto¡±, concluye el cient¨ªfico. Otra de las especies que m¨¢s le intrigan son los moluscos que producen sonidos, pero el c¨®mo lo hacen es un misterio todav¨ªa.
Estos son tan solo algunos ejemplos de animales que utilizan los sonidos como m¨¦todo de seducci¨®n para asegurarse una descendencia de la mejor calidad posible. La lista es larga.
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