Encuentran un gemelo de la V¨ªa L¨¢ctea en la infancia del Universo
La galaxia SPT0418-47 ya era un objeto gigantesco y estable cuando el cosmos solo ten¨ªa 1.400 millones de a?os, 4.500 millones antes de lo que cabr¨ªa esperar
Hace 12.000 millones de a?os, cuando el universo solo ten¨ªa el 10% de su edad actual y se podr¨ªa decir que estaba en su infancia, las primeras galaxias llevaban unos pocos cientos millones de a?os existiendo. Las nubes hidr¨®geno que surgieron del Big Bang se hab¨ªan enfriado por fin y durante los primeros mil millones de a?os de existencia del cosmos hab¨ªan empezado a formar las primeras estrellas y galaxias. Los astr¨®nomos esperaban que los extremos procesos astrof¨ªsicos y las condiciones de aquel universo temprano diesen lugar a galaxias muy diferentes de las actuales, m¨¢s calientes e inestables, afectadas a¨²n por las fusiones de galaxias y las explosiones de supernovas habituales en aquel tiempo. Sin embargo, en un trabajo que hoy se publica en la revista Nature, un grupo de investigadores liderados desde el Instituto Max-Planck de Astrof¨ªsica en Garching, Alemania, muestra que, al menos en algunos casos, se pueden encontrar sorpresas en el tiempo profundo.
Para acercarse a una de esas primeras galaxias, los astr¨®nomos utilizaron la red de radiotelescopios ALMA (Atacama Large Millimeter/submilimeter Array), un conjunto de 66 antenas dise?adas para funcionar como una sola gigantesca, construido a m¨¢s de 5.000 metros de altura en el desierto de Atacama (Chile). Desde all¨ª, recibieron la se?al de un objeto muy lejano, de cuando el cosmos solo ten¨ªa 1.400 millones de a?os de edad (ahora tiene 13.700). Para su sorpresa, no era ca¨®tico e inestable sino que se parec¨ªa a la V¨ªa L¨¢ctea, la galaxia en la que surcamos el universo.
Hasta ahora se pensaba que las grandes galaxias se forman tras violentas fusiones de otras m¨¢s peque?as
¡°Este resultado muestra que las estructuras que observamos en las galaxias espirales cercanas ya exist¨ªan hace 12.000 millones de a?os¡±, ha afirmado en un comunicado del Observatorio Europeo Austral Francesca Rizzo, primera firmante del art¨ªculo de Nature. Aunque la galaxia, bautizada como SPT0418-47, no tiene los brazos caracter¨ªsticos de la V¨ªa L¨¢ctea, tiene un disco giratorio y un bulbo gal¨¢ctico, un rasgo que no se hab¨ªa observado antes en galaxias de este periodo.
El hallazgo se a?ade al del Disco de Wolfe, otra galaxia parecida a la nuestra que ya exist¨ªa hace m¨¢s de 12.000 millones de a?os. Su descubrimiento, publicado en mayo de este a?o en Nature, ya mostr¨® la posibilidad de que las galaxias masivas en el universo temprano pod¨ªan ser estables. Las teor¨ªas m¨¢s aceptadas y algunas observaciones sugieren que las primeras grandes galaxias se formaron a partir de la fusi¨®n de otras m¨¢s peque?as y la acumulaci¨®n de gas caliente en procesos a menudo violentos.
Normalmente, para que una galaxia empiece a tener un disco bien formado como el de la V¨ªa L¨¢ctea, son necesarios unos 6.000 millones de a?os, cuatro veces la edad de SPT0418-47, pero los descubrimientos recientes indican que las galaxias pueden crecer muy r¨¢pido de otras maneras, como la acumulaci¨®n de gas fr¨ªo. Adem¨¢s, tanto la nueva galaxia como el Disco de Wolfe, tienen una capacidad de formar estrellas a un ritmo muy elevado, algo que indica que, pese a su estabilidad, en su interior tienen lugar procesos extremadamente energ¨¦ticos.
Pese a que ahora contiene rasgos similares a los de la V¨ªa L¨¢ctea, dentro de miles de millones de a?os, si se vuelve a mirar en aquella direcci¨®n, la ahora joven SPT0418-47 se habr¨¢ convertido en una galaxia el¨ªptica, sin brazos espirales como la nuestra. En los pr¨®ximos a?os, el estudio de este objeto y de otros similares ayudar¨¢ a ajustar a la realidad las ideas que se tienen sobre la infancia del universo y la formaci¨®n de las primeras galaxias.
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