Grabados de bisontes en cuevas espa?olas revelan una cultura art¨ªstica com¨²n en la antigua Europa

Diego Garate, doctor en Prehistoria por la Universidad de Cantabria y especialista en las expresiones art¨ªsticas de las sociedades del Paleol¨ªtico, se sorprendi¨® al ver el grabado de un bisonte de hace 27.000 a?os, de un metro y medio de largo, tapado por un grafiti en el que pon¨ªa ¡°salida¡± y una flecha que indicaba el camino para abandonar la caverna. El hallazgo, que se produjo en septiembre de 2015 en una cueva del cerro Aitzbitarte (Pa¨ªs Vasco), ha demostrado despu¨¦s de varios a?os de estudio la existencia de una cultura art¨ªstica com¨²n en la antigua Europa.

Garate cuenta que exploraba la caverna con un grupo de espele¨®logos con la sospecha de que all¨ª podr¨ªan encontrar alguna muestra de arte rupestre: "Pasamos por un peque?o arco, muy bajito, c¨®mo de 50 cent¨ªmetros, que daba a un corredor, y al levantar la cabeza vi un impresionante bisonte grabado en la piedra, cubierto por pintadas, con caracter¨ªsticas similares a las de otros bisontes encontrados en al menos 17 cuevas de distintas partes de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y de Centroeuropa¡±. El trabajo de Garate y su equipo, publicado esta semana en la revista Plos One, incluye observaciones de grabados de bisontes, caballos y un ave en tres cuevas de la zona que representan un estilo art¨ªstico previamente desconocido en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.

Garate comenz¨® a buscar grabados del Paleol¨ªtico en el Pa¨ªs Vasco hace una d¨¦cada. ¡°Es una regi¨®n en la que se conoc¨ªa muy poco arte rupestre en comparaci¨®n con zonas lim¨ªtrofes como Cantabria, donde est¨¢ la cueva de Altamira; o los Pirineos centrales, llenos de cavernas decoradas; o la Dordo?a francesa, famosa por sus grabados de bisontes y mamuts¡±, cuenta el investigador. En el centro de ese tri¨¢ngulo geogr¨¢fico est¨¢ Euskadi, que en ese momento, como ahora, era una zona de tr¨¢nsito entre la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y el resto del continente europeo. ¡°Era parad¨®jico que siendo un paso obligatorio para los hombres y mujeres de esa ¨¦poca hubiera tan poco arte rupestre¡±, explica Garate. En 2011, cuando comenz¨® su trabajo, hab¨ªa registro de solo seis cuevas decoradas en toda la comunidad vasca. Ahora hay 28 cavernas con muestras de arte rupestre.

Manuel Gonz¨¢lez Morales, investigador del Instituto Internacional de Investigaciones Prehist¨®ricas de Cantabria, afirma que el trabajo de Garate tiene un valor arqueol¨®gico e hist¨®rico ¡°extraordinario¡±, porque descubre ¡°m¨¢s localizaciones con arte paleol¨ªtico en una zona que aparec¨ªa hasta hace pocos a?os como relativamente vac¨ªa de este tipo de testimonios¡±. M¨¢s all¨¢ de las consideraciones meramente est¨¦ticas, dice Gonz¨¢lez, estos grabados representan ¡°nuevos ejemplos de la utilizaci¨®n de los espacios subterr¨¢neos, incluso algunos de complicado acceso, para el desarrollo de la actividad art¨ªstica¡±.

Garate afirma que el hallazgo de los grabados de bisontes en esa regi¨®n de Espa?a prueba que las poblaciones de la ¨¦poca intercambiaban ideas, compart¨ªan expresiones gr¨¢ficas y ten¨ªan temas de inspiraci¨®n recurrentes y similares. ¡°Descubrimos que los grupos humanos de la zona se comunicaban entre s¨ª. Por ejemplo, utilizaban las mismas herramientas de hueso para esculpir la piedra. Hallamos restos de esos instrumentos en las mismas grutas en las que encontramos los grabados¡±, explica Garate.

El estudio revela, adem¨¢s, que no eran los mismos humanos que se desplazaban o migraban de un lado a otro, sino que hab¨ªa redes de contacto y de intercambio. "Estos bisontes son una prueba de la que ser¨ªa una primera globalizaci¨®n a escala continental, desde Centroeuropa hasta la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, algo as¨ª como la primera Uni¨®n Europea hace 27.000 a?os¡±. Para Gonz¨¢lez Morales los hallazgos de Garate son una manifestaci¨®n de que los grupos de cazadores recolectores del Paleol¨ªtico superior se pon¨ªan en contacto con otros grupos e intercambiaban novedades t¨¦cnicas y estil¨ªsticas.

Una de las caracter¨ªsticas principales de estos grabados es que no usan la perspectiva como la conocemos actualmente. ¡°El tipo de arte que se desarrollaba en el continente hace 27.000 a?os era expresionista. Los artistas no intentaban representar la realidad tal como era, sino plasmar su propia interpretaci¨®n¡±, dice Garate. Por eso, los animales de estos grabados aparecen desproporcionados, tienen en las caras gestos grotescos, y la representaci¨®n de sus patas y de sus cuernos est¨¢ en un solo plano, sin perspectiva, sin profundidad, sin buscar la tercera dimensi¨®n, como el arte de los templos egipcios.

Garate explica que los grabados ten¨ªan ese estilo dif¨ªcil de apreciar en la actualidad no porque los humanos de la ¨¦poca no pudieran representarlos como los ve¨ªan, sino porque hab¨ªa una manera establecida por la sociedad, una norma. ¡°Nos da la sensaci¨®n de que era un arte controlado, sometido a reglas impuestas desde el poder. El artista ser¨ªa m¨¢s un artesano, no pod¨ªa hacer lo que se le ocurr¨ªa, sino lo que le ordenaban, era un arte colectivo, no del individuo¡±.

La pregunta que la investigaci¨®n a¨²n no ha podido resolver es qu¨¦ funci¨®n o significado ten¨ªan estos grabados. ¡°Hay m¨²ltiples interpretaciones y quiz¨¢s haya m¨¢s de una respuesta¡±, reconoce Garate. ¡°Sabemos que durante 30.000 a?os se representan animales, no plantas, ni humanos, ni astros. En ese periodo de tiempo hay varios grupos distintos, pero el arte se compone de una misma tem¨¢tica", cuenta Garate. Y a?ade: ¡°Sabemos tambi¨¦n que no representaban a los animales que cazaban y com¨ªan. Eso nos hace pensar que estos grabados tienen un mensaje muy fuerte, relacionado tal vez con la cohesi¨®n social, con esa necesidad de mantener al grupo unido para poder subsistir¡±.

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