Space X consigue aterrizar con ¨¦xito su Starship por primera vez
La compa?¨ªa de Elon Musk recupera intacta una nave en el noveno intento tras elevarla 10 kil¨®metros
Ha costado nueve intentos, pero al final Space X, la compa?¨ªa de Elon Musk, ha conseguido su objetivo: recuperar intacta una nave Starship, en este caso, el Starship SN15, tras haberla elevado hasta 10 kil¨®metros de altura. El primer ensayo ocurri¨® a finales de 2019. Ese y los siete que siguieron terminaron en un RUD, siglas que, con un amargo sentido del humor, corresponden a Rapid Unscheduled Disassembly, Desmontaje R¨¢pido no Previsto, y que resumen un impacto destructivo contra el suelo.
Acostumbrados a ver c¨®mo se recuperan de forma rutinaria los cohetes orbitales Falcon, puede sorprender esta cadena de desastres que ahora, por fin, ha culminado con ¨¦xito. Pero es que los cohetes Starships son otra clase de m¨¢quinas completamente distintas. No se limitan a aterrizar verticalmente como sus hermanos peque?os, sino que previamente realizan una ins¨®lita maniobra poni¨¦ndose horizontales durante la ca¨ªda solo para enderezarse al llegar a unos pocos cientos de metros sobre el suelo.
Precisamente la maniobra de transici¨®n a vuelo horizontal (¡°giro de panza¡±, en el argot de Space X) es fundamental para la reentrada en la atm¨®sfera. En esa posici¨®n, la nave presentar¨¢ mucha m¨¢s superficie al rozamiento del aire y el frenado ser¨¢ m¨¢s efectivo. De hecho, cuando ejecute vuelos orbitales, la mitad de su fuselaje ir¨¢ cubierto con losetas de protecci¨®n t¨¦rmica, similares a las que recubr¨ªan al transbordador Challenger, el primer veh¨ªculo espacial de este tipo, que era capaz de aterrizar como un avi¨®n y que estall¨® en el transcurso de una misi¨®n hace 35 a?os.
Todas las losetas ser¨¢n iguales, de forma hexagonal, puesto que el fuselaje cil¨ªndrico del Starship es f¨¢cil de recubrir con ellas. En contraste, el fuselaje del transbordador, m¨¢s parecido a un avi¨®n, ten¨ªa tantos recovecos que exig¨ªa miles de piezas de formas y tama?os diferentes. Unos t¨¦cnicos las ten¨ªan que colocar a mano, una a una, precisamente en su lugar como un inmenso puzzle.
La capacidad de encender tres motores en pleno vuelo ha sido uno de los grandes problemas en el desarrollo de esta nave
En el caso del Starship, las primeras losetas tambi¨¦n se instalar¨¢n a mano, pero cuando los vuelos se generalicen (son naves reutilizables), SpaceX prev¨¦ que sea un robot el que se encargue de esa tarea. Una forma m¨¢s de acelerar y abaratar el proceso.
Contra lo que pueda suponerse, las ¡°alas¡± que adornan proa y popa del Starship no son superficies de sustentaci¨®n. Por el contrario, son flaps que se despliegan m¨¢s o menos para ofrecer resistencia al aire, controlar el descenso en horizontal y, luego, el enderezado para situar la nave en posici¨®n vertical con la ayuda de tres motores, que est¨¢n apagados durante los primeros kil¨®metros de ca¨ªda. Solo se encienden unos segundos para recuperar la verticalidad y para el frenado final.
Correcci¨®n de fallos
Esta capacidad de encenderse en pleno vuelo ha sido uno de los grandes problemas en el desarrollo de esta nave. Al despegue, los propergoles (mezcla de metano y ox¨ªgeno l¨ªquidos usada para propulsar el cohete) est¨¢n asentados en el fondo de los dep¨®sitos, donde se encuentran los conductos de alimentaci¨®n de los motores. Pero al pasar a vuelo horizontal en ca¨ªda libre, el combustible se bambolea y distribuye a lo largo de todo el dep¨®sito. Las bombas se desceban, con lo que los reactores no podr¨ªan volver a arrancar. Ha sido necesario inventar unos dep¨®sitos auxiliares, con gas a presi¨®n que act¨²a como si fuera una enorme jeringa, inyectando combustible en los motores durante los segundos finales. El fallo de uno de esos tanques de metano fue el culpable de que se estrellasen los dos ¨²ltimos vuelos.
Hace unas semanas la NASA, seleccion¨® al Starship como veh¨ªculo de aterrizaje en la Luna, misi¨®n prevista para dentro de muy pocos a?os. Pero el sue?o de Musk es mucho m¨¢s ambicioso. Seg¨²n su visi¨®n, una nave similar es la que alg¨²n d¨ªa deber¨¢ llevar astronautas a Marte y traerlos de regreso. Por eso sus motores consumen metano, porque es un combustible que, en principio, podr¨ªa sintetizarse a partir del CO? de la atm¨®sfera marciana.
En los vuelos lunares no ser¨¢ necesario ejecutar el peligroso ballet del aterrizaje. All¨ª no hay atm¨®sfera y por lo tanto, la ¡®Starship¡¯ descender¨¢ en vertical, como lo llevan haciendo los Falcon desde hace a?os. Ser¨¢, pues, una maniobra mucho m¨¢s sencilla y que ya parece bastante dominada
Lo parad¨®jico es que en los vuelos lunares no ser¨¢ necesario ejecutar el peligroso ballet del aterrizaje. All¨ª no hay atm¨®sfera y por lo tanto, el Starship descender¨¢ en vertical, como lo llevan haciendo los Falcon desde hace a?os. Ser¨¢, pues, una maniobra mucho m¨¢s sencilla y que ya parece bastante dominada.
Por otra parte, el Starship lunar no regresar¨¢ a la Tierra, por lo que tampoco necesitar¨¢ losetas de protecci¨®n. La idea es que quede en ¨®rbita alrededor del sat¨¦lite para servir solo de ferry a los astronautas en sus descensos y posteriores despegues desde la superficie. El viaje de ida y vuelta a la Tierra se har¨¢ mediante c¨¢psulas Ori¨®n, que la NASA est¨¢ desarrollando, pero todav¨ªa no ha probado.
Para m¨¢s adelante, el programa Artemisa prev¨¦ la construcci¨®n de una peque?a base orbital ¨Dla Gateway¨D que girar¨¢ en torno al sat¨¦lite. A ella se acoplar¨ªan tanto las c¨¢psulas Ori¨®n como el veh¨ªculo de descenso, en este caso el Starship.
La Ori¨®n admitir¨¢ entre cuatro y seis astronautas y la Gateway otros tantos o poco m¨¢s. Sin embargo, la nave de Musk, que solo ha de jugar el modesto papel de ¡°ascensor¡± para bajar y subir de la Luna, puede llevar a docenas de ocupantes. Hasta un centenar, en sus versiones marcianas seg¨²n los primeros sue?os de Musk. Por no hablar de su enorme capacidad de carga e incluso de su tama?o: cuando est¨¦ acoplada a la estaci¨®n orbital ser¨¢ como una ballena curioseando con una z¨®diac.
Muchos se preguntan ya si el Starship no habr¨¢ dejado obsoleto a todo el programa lunar americano (c¨¢psula, cohete y hasta estaci¨®n orbital) antes de que llegue a levantar el vuelo.
Rafael Clemente es ingeniero industrial y fue el fundador y primer director del Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona (actual CosmoCaixa). Es autor de Un peque?o paso para [un] hombre (Libros C¨²pula).
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