Una tortuga hallada en Gal¨¢pagos desmiente la extinci¨®n de su especie hace 100 a?os
Fernanda, una hembra de unos 90 a?os encontrada en la isla Fernandina, comparte genes con el ¨²ltimo ejemplar registrado en 1905
Fernanda ha pasado sola los casi 100 a?os de vida que tiene. Ha estado encerrada en un corral natural formado por lava en la isla Fernandina de Gal¨¢pagos, una de las m¨¢s inh¨®spitas e inaccesibles debido a la constante actividad volc¨¢nica. Como no pod¨ªa salir de ese kil¨®metro cuadrado aislado, que es como una isla de bosque seco en medio de un paisaje lunar, es una tortuga hembra m¨¢s peque?a de lo normal. Para ser una tortuga gigante, su caparaz¨®n mide 54 cent¨ªmetros. ¡°Es muy probable que haya tenido falta de acceso de alimentaci¨®n y agua durante todos esos a?os¡±, cuenta Danny Rueda, director del Parque Nacional de Gal¨¢pagos. No solo ha vivido como n¨¢ufraga hasta 2019, cuando fue hallada por una expedici¨®n, sino que lo es tambi¨¦n respecto de su especie. Es el ¨²nico ejemplar vivo de Chelonoidis phantasticus, lo que desmiente que su familia se hubiese extinguido por completo hace m¨¢s de 100 a?os.
El ¨²ltimo macho fue registrado en 1906 por la Academia de Ciencias California. Pero Fernanda es hoy la muestra de que podr¨ªa haber m¨¢s como ella. Es la esperanza del Parque Nacional de Gal¨¢pagos de encontrar a otras tortugas gigantes de su estirpe con las que poder repoblar la ¨²nica isla del archipi¨¦lago que no ten¨ªa hasta ahora una variedad propia. ¡°Necesitamos al menos una hembra y un macho m¨¢s, porque si solo encontramos un macho, la descendencia podr¨ªa tener luego problemas gen¨¦ticos al tratarse de un cruce entre hermanos¡±, comenta el director del Parque Nacional.
El l¨ªder de la expedici¨®n de siete cient¨ªficos que encontr¨® a Fernanda, Washington Tapia, a¨²n recuerda lo improbable de aquel hallazgo. ¡°Llev¨¢bamos cuatro d¨ªas recorriendo la zona oeste de la isla. Un helic¨®ptero te deja all¨ª por la ma?ana y te recoge por la tarde. El ¨²ltimo d¨ªa, casi por descarte, fuimos hasta ese coral. Era el ¨²ltimo parche de vegetaci¨®n que nos quedaba por ver, pero para llegar hasta ah¨ª tuvimos que atravesar como un anillo de cinco kil¨®metros de lava seca¡±. Mereci¨® la pena el esfuerzo, reconoce Tapia. Fernanda estaba ah¨ª. Camuflada bajo unos arbustos, prepar¨¢ndose para dormir. ¡°Pasaron al lado de ella varias veces sin verla¡±, apunta Rueda, el director del Parque. ¡°Decidimos que ten¨ªamos que llevarla a la isla de Santa Cruz porque si la dej¨¢bamos all¨ª las probabilidades de volverla a ver eran m¨ªnimas¡±, explica Tapia.
Una vez trasladada al Centro de Crianza de Tortugas Gigantes y puesta en cuarentena, le extrajeron muestras gen¨¦ticas que son las que hoy, seg¨²n la Universidad de Yale, han confirmado la coincidencia entre los genomas de Fernanda y los del macho que est¨¢ conservado en California desde hace un siglo.
Hay 14 especies oficiales de tortugas reconocidas en el archipi¨¦lago que se convirti¨® en el laboratorio natural de Charles Darwin para formular su teor¨ªa de la evoluci¨®n. Una familia por isla. Menos en Fernandina. En paralelo, hab¨ªa una tortuga macho gigante en la Academia de Ciencias California conservada desde 1905 que no se hab¨ªa podido relacionar hasta ahora con ninguna de esas 14 familias. Que no ten¨ªa parientes identificados. Hasta que apareci¨® Fernanda. Adem¨¢s de demostrar que su especie sigue viva, confirma que tambi¨¦n la isla Fernandina tiene una variedad de tortugas propia. La Chelonoidis phantasticus es una de las que tienen caparaz¨®n de montura -otras tienen forma de c¨²pula- y forma parte de las tortugas gigantes de Gal¨¢pagos que pueden llegar a medir 1,5 metros. ¡°Hace 100 a?os no hab¨ªa registros como ahora. En las bit¨¢coras de los piratas o balleneros, al menos, no se habla de comercio o extracci¨®n de tortugas desde Fernandina como s¨ª pasaba en otras islas¡±.
Lo que ha llevado a los cient¨ªficos a pensar que podr¨ªa haber otras Chelonoidis phantasticus a¨²n vivas, aparte de Fernanda, son los rastros encontrados. ¡°Se ha visto una especie de cama que hacen las tortugas para dormir, aunque muy antigua. En 1967, un cactus con lo que parece ser un mordisco de tortuga y, en 2014, heces aparentemente de tortuga, que son muy f¨¢ciles de confundir con las de iguana¡±, explica Tapia. Y resulta que esos restos se han encontrado en otras zonas, muy alejadas del corral en el que estaba Fernanda. ¡°Teniendo en cuenta que ella no pod¨ªa salir, porque las tortugas no pueden escalar¡±, matiza Rueda, el director del Parque Nacional, es posible que haya otros ejemplares que han sido invisibles hasta ahora para los investigadores que han explorado la isla Fernandina. ¡°No ser¨¢n muchos, puede que tres o, como m¨¢ximo, cinco¡±, reconoce Tapia. Encontrarlos en un mar de lava seca de 600 kil¨®metros cuadrados, dice, es la ¨²nica esperanza de recuperar la poblaci¨®n de esa especie.
Para eso, el Parque Nacional Gal¨¢pagos y la ONG Gal¨¢pagos Conservancy, que se dedica a buscar fondos para las investigaciones, volver¨¢n a la isla Fernandina en octubre con un gran contingente. El objetivo es recorrer ese inh¨®spito terreno de punta a punta en busca de familiares de Fernanda. ¡°Ser¨¢n al menos 12 d¨ªas con 50 cient¨ªficos en tierra y unas 40 personas m¨¢s para la log¨ªstica, un helic¨®ptero y un barco anclado que haga de base y helipuerto. Eso supone unos 500.000 o 600.000 d¨®lares por cada misi¨®n¡±. Y, seg¨²n Tapia, har¨¢n falta dos o m¨¢s megaexpediciones como esa para peinar toda la superficie y averiguar si, definitivamente, Fernanda est¨¢ sola en el mundo o si puede ser la pieza clave del resurgir de su especie.
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