La civilizaci¨®n humana tiene cimientos de arena
El ritmo de extracci¨®n de materiales para infraestructuras y construcci¨®n se ha multiplicado por 23 desde 1900 y ya es insostenible, alertan los expertos
El hormig¨®n con el que se hacen las casas, el asfalto de las carreteras o el vidrio de vasos, m¨®viles y ventanas tienen algo en com¨²n: la arena con la que est¨¢n hechos. En 2020, la masa de lo fabricado por los humanos sobrepas¨® por primera vez a la de todos los seres vivos. Y la mayor parte estaba hecha de gravas y arenas. Su extracci¨®n se ha multiplicado por 23 desde 1900 y, ¨²ltimo dato, la OCDE estima que su demanda se doblar¨¢ en los pr¨®ximos 30 a?os. Para muchos, tal expolio no hay planeta que lo resista.
Tras el agua, la arena es el recurso natural m¨¢s explotado por los humanos. Seg¨²n un reciente estudio sobre este material en el Antropoceno, se extraen 10 veces m¨¢s gravas que madera y cerca de 20 veces m¨¢s que petr¨®leo. Pero no se sabe con certeza, ya que no hay registros en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. De lo que s¨ª hay estad¨ªsticas fiables es de la producci¨®n de cemento. Y sabiendo que, m¨¢s o menos, para 100 kilos de hormig¨®n hacen falta 1,5 de aire, 10 de cemento, 18,5 de agua, otros 25 de agregados finos (arena) y otros 45 de agregados gruesos (gravas), se puede estimar el total de ¨¢ridos usados en la construcci¨®n.
Seg¨²n un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP son sus siglas en ingl¨¦s) de 2019, la producci¨®n de cemento reportada por 150 pa¨ªses super¨® los 4.100 millones de toneladas en 2017. Eso supone que los agregados necesarios para hacer hormig¨®n oscilaron entre 28.700 y 32.800 millones de toneladas ese a?o. A eso hay que sumar las arenas usadas por la industria del vidrio y las gravas dedicadas a hacer las carreteras. Y tampoco hay datos de un fen¨®meno relativamente nuevo salvo para los holandeses: ganarle terreno al mar, a veces sacando la arena del propio mar.
La arena del desierto es demasiado redondeada como para que se una al cemento y hacer hormig¨®n
Singapur, en el sudeste asi¨¢tico, ha aumentado su territorio en un 23% a costa del mar en unas pocas d¨¦cadas, seg¨²n el mismo informe de la UNEP. Para lograrlo ha importado 517 millones de toneladas de arena en los ¨²ltimos 20 a?os. Buena parte del esa arena vino del delta del r¨ªo Mekong, que se est¨¢ quedando sin salida al mar. Y no es un caso ¨²nico. Dubai y Arabia Saud¨ª llevan a?os importando arenas australianas, en el otro extremo del ?ndico. Y no, la arena del desierto, de la que rebosa la pen¨ªnsula ar¨¢biga, no vale para hacer casas: la erosi¨®n por el viento la ha redondeado y suavizado tanto que no le quedan aristas para aglomerar con el cemento. Los edificios se desmoronar¨ªan como azucarillos.
Descartados los desiertos, las fuentes de arena son principalmente tres: las playas, las zonas de ribera y las canteras, donde se obtienen pulverizando la roca. Ninguno de estos or¨ªgenes sale gratis. La explotaci¨®n de la arena en las costas de Sri Lanka agrav¨® el impacto del tsunami de 2004, donde murieron m¨¢s de 35.000 ribere?os. Lo parad¨®jico es que para reparar los da?os en el litoral causados por el maremoto se extrajeron toneladas y toneladas de nuevas arenas de los r¨ªos de la antigua Ceil¨¢n.
La investigadora Kiran Pereira detalla, entre otros muchos, el drama de las arenas de playas y r¨ªos de Sri Lanka en su libro Sand Stories (Historias de arena). ¡°La remoci¨®n de dunas de arena y el dragado extensivo ilegal aumentaron las inundaciones. La extracci¨®n de la arena de los r¨ªos rebaj¨® los lechos fluviales aumentando la erosi¨®n de los bancos¡±, dice la cient¨ªfica india. ¡°Tambi¨¦n redujo dr¨¢sticamente el sedimento suministrado a la costa. La continua extracci¨®n de arena de r¨ªos, playas y dunas redujo la arena necesaria para reponer lo que se perdi¨® durante la tormenta, pero, ir¨®nicamente, se necesitaron 10 millones de metros c¨²bicos adicionales para la restauraci¨®n y rehabilitaci¨®n¡±. Y concluye Pereira: ¡°Las dunas de arena, las playas y otros ecosistemas naturales como los humedales y los manglares tienen un papel fundamental que desempe?ar como amortiguadores de la fuerza de las tormentas. Los destruimos bajo nuestra cuenta y riesgo¡±.
Un problema a?adido es que buena parte de esas arenas se expolian de forma ilegal, sin ning¨²n tipo de control. Un estudio realizado para la organizaci¨®n conservacionista WWF cifra en 70 los pa¨ªses donde la extracci¨®n de ¨¢ridos est¨¢ fuera de control. Pero, salvo alg¨²n caso marginal, la explotaci¨®n il¨ªcita ya no se produce en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Ni siquiera en China, donde, como en Occidente, se est¨¢n pasando a la obtenci¨®n en canteras, triturando la roca.
La ec¨®loga Aurora Torres reconoce que la mayor¨ªa de los problemas se dan hoy en ¡°los pa¨ªses de r¨¢pido crecimiento y un d¨¦bil gobierno de los recursos¡±. Torres coordina el proyecto Sandlinks, dedicado a seguir el asunto, financiado con fondos europeos, que lleva a cabo desde las Universidades Cat¨®lica de Lovaina (B¨¦lgica) y la Estatal de Michigan (EE UU). Para Torres, ¡°en estos pa¨ªses, la primera opci¨®n es ir a por los recursos m¨¢s accesibles, los de los r¨ªos y zonas costeras y es aqu¨ª donde puede haber mayores impactos si no se extrae correctamente¡±.
Aunque el primer mundo ya solo tritura roca en las canteras, con lo que el impacto es m¨¢s local, a¨²n practica la miner¨ªa de arenas, aunque sea import¨¢ndola. Como detallaba un art¨ªculo de Los ?ngeles Times ya en 2017, el nuevo ayuntamiento de la ciudad californiana, el flamante estadio del equipo de b¨¦isbol de los Dodgers, y unos 800 kil¨®metros de carreteras se han hecho con arena tra¨ªda desde Vancouver (Canad¨¢), a 2.250 kil¨®metros de distancia.
¡°No se est¨¢ acabando la arena¡±, comenta Torres, ¡°pero se est¨¢ produciendo una escasez econ¨®mica por factores ambientales o la competencia con la producci¨®n de alimentos o la protecci¨®n de la naturaleza¡±. Hay adem¨¢s varios indicadores de que la cosa va a ir a peor. Por un lado, se est¨¢n produciendo dos fen¨®menos demogr¨¢ficos paralelos, sobre todo en los pa¨ªses de crecimiento acelerado como son China e India, los dos m¨¢s poblados del mundo, precisamente. Uno es el simple crecimiento de la poblaci¨®n, lo que implica m¨¢s urbanizaci¨®n, es decir, m¨¢s casas. El otro es que est¨¢ aumentando el ¨¢rea per c¨¢pita de los hogares, es decir, casas m¨¢s grandes.
Se est¨¢n produciendo dos fen¨®menos paralelos. Uno es el aumento de poblaci¨®n, lo que implica m¨¢s casas. El otro es que est¨¢ aumentando el ¨¢rea per c¨¢pita de los hogares, es decir, casas m¨¢s grandes
Seg¨²n el citado informe de la OCDE, la demanda de gravas y arenas pasar¨¢ de 24 gigatoneladas (cada una equivale a 1.000 millones de toneladas) a 55 gigatoneladas en 2060. Hay un nuevo factor que preocupa mucho a los cient¨ªficos y que no ha sido tenido demasiado en cuenta hasta ahora para calcular la demanda futura de arena: el cambio clim¨¢tico.
La ge¨®loga Mette Bendixen, de la Universidad McGill (Canad¨¢), relata algunos de los impactos que tendr¨¢ el cambio clim¨¢tico en la crisis de la arena. Por un lado, ¡°con el cambio del clima, subir¨¢ el nivel del mar y crecer¨¢ la necesidad de proteger las ¨¢reas costeras¡±. La propia recuperaci¨®n de las playas requerir¨¢ aportes extra de arena. ¡°Otra implicaci¨®n es que a medida que suban las temperaturas, esto a?adir¨¢ estr¨¦s a las infraestructuras del planeta, como las carreteras, y estas se hacen con arena y grava¡±. Al final, al necesitarse m¨¢s ¨¢ridos la presi¨®n ambiental tambi¨¦n subir¨¢.
Torres, autora de un estudio clave en toda esa problem¨¢tica publicado en 2017 en Science, advierte de que hay muchos frentes: ¡°Conocer los recursos disponibles, reducir la demanda, reutilizar residuos...¡±. De esto ¨²ltimo pone un buen ejemplo: Brick-Beach. Se trata de un proyecto iniciado en el sur de Espa?a, en V¨¦lez-M¨¢laga. Desde que en los a?os setenta se construyera un puerto, la playa de la Mezquitilla desapareci¨®. Ahora la quieren recuperar con el hormig¨®n y los ladrillos recuperados de las demoliciones y obras de la ciudad.
El proyecto, financiado con fondos europeos, lo coordina el director de proyectos estrat¨¦gicos del Ayuntamiento vele?o Pablo Fern¨¢ndez. ¡°La idea es recuperar los escombros de los vertederos ilegales dejados por el bum de la construcci¨®n y recuperar la playa¡±, dice. Parece sencillo, pero la cosa es algo complicada. Planean montar una planta, que licitan en breve, donde tras una serie de pasos de selecci¨®n, cribado y lavado, queda solo el hormig¨®n y la arcilla de los ladrillos. Despu¨¦s, una especie de molino tritura y desagrega el cemento y el yeso, quedando al final unos chinorrillos o chinarros ¡°muy agradables de pisar¡±, apostilla Fern¨¢ndez.
En Brick-Beach trabajan juntos las Administraciones p¨²blicas, la Universidad de M¨¢laga, organizaciones ambientalistas y hasta el sector privado. Pablo P¨¦rez es el gerente de la Asociaci¨®n de Empresas Gestoras de Residuos de Construcci¨®n y Demolici¨®n de Andaluc¨ªa (Agreca), que tambi¨¦n participa en el proyecto. ¡°La demanda anual de ¨¢ridos en Espa?a es de 2.500 kilogramos por habitante¡±, dice. Se recuperan unos 1.000 kilogramos por habitante, de los que 700 podr¨ªan volver al circuito. ¡°Es el 28% de toda la demanda¡±, recuerda. Estas arenas recicladas ya se est¨¢n usando en la capa de firme de las carreteras, debajo de las aceras o para las v¨ªas ciclistas. Ahora, concluye P¨¦rez, ¡°tambi¨¦n podr¨ªan volver a las playas¡±.
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