Los casos de trombos provocados por la vacuna de AstraZeneca est¨¢n relacionados con una respuesta autoinmune err¨®nea
Los anticuerpos atacan a las plaquetas sangu¨ªneas en las raras ocasiones que se unen al vector en el inoculado
Los raros casos en que la vacuna de Oxford y AstraZeneca ha provocado trombos en la sangre parecen responder a una respuesta err¨®nea del sistema inmune. Un estudio en el laboratorio ha comprobado que el vector viral usado para inocular la formulaci¨®n se une en determinadas y excepcionales condiciones a las plaquetas del torrente sangu¨ªneo. Este emparejamiento con un agente exterior activa determinados anticuerpos que atacan y rodean a la extra?a pareja provocando una acumulaci¨®n que degenera en trombosis.
Sin casos de trombos durante la fase de ensayos, la inoculaci¨®n masiva de millones de personas a comienzos de a?o aflor¨® unos centenares de casos en los que los vacunados presentaban co¨¢gulos en la sangre, algunos con resultado fatal. Los primeros se produjeron tras la inoculaci¨®n de la vacuna de Oxford y AstraZeneca, pero poco tiempo despu¨¦s se repitieron con la de Janssen. Aunque la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dictamin¨® en marzo que las vacunas no estaban asociadas a un aumento generalizado del riesgo de co¨¢gulos sangu¨ªneos, s¨ª reconoci¨® entonces que el medicamento ¡°se podr¨ªa asociar con casos muy poco frecuentes¡± de formaci¨®n de trombos. La EMA sentenci¨® que los beneficios de la vacuna segu¨ªan compensando el m¨ªnimo riesgo.
A muchos cient¨ªficos no les bast¨® y se pusieron a investigar la conexi¨®n, incluidos miembros de los equipos que dise?aron las vacunas. Ahora, un grupo de ellos ha publicado en la revista Science Advances una probable explicaci¨®n a aquellos raros trombos. El trabajo, liderado por expertos de la Universidad de Cardiff (Reino Unido), la Universidad Estatal de Arizona y la Cl¨ªnica Mayo (ambas de Estados Unidos), desarm¨® por completo la ChAdOx1, nombre cient¨ªfico de la vacuna de Oxford y AstraZeneca, buscando pistas. B¨¢sicamente, esta vacuna est¨¢ formada por una prote¨ªna recombinante que, como si fuera la del virus, activa las defensas, y un vector viral que usa como transporte. En el caso de esta formulaci¨®n el veh¨ªculo es un adenovirus inactivado que causa resfriado en chimpanc¨¦s.
Lo que han encontrado es que este adenovirus y no el agente de la vacuna en s¨ª podr¨ªa tener la culpa de los trombos. Todas las vacunas que se est¨¢n administrando funcionan igual: inyecci¨®n intramuscular, llegando hasta los tejidos linf¨¢ticos m¨¢s cercanos. All¨ª determinadas c¨¦lulas del sistema inmune (c¨¦lulas T), creyendo que es un virus, lo llevan hasta los ganglios, donde se activa al sistema de defensas, que se dispersa por la sangre. Sin embargo, en ocasiones durante la inyecci¨®n partes del contenido de la vacuna se saltan el proceso, llegando directamente al torrente sangu¨ªneo y acaban desatando una reacci¨®n en cadena peligrosa.
Tal como detallan los autores del estudio, el adenovirus usado como vector se une a determinado tipo de plaquetas (PF4) y todo parece cuesti¨®n de magnetismo. El profesor de la Universidad de Cardiff y coautor del estudio Alan Parker declar¨® a la BBC News: ¡°El adenovirus tiene una superficie extremadamente negativa [carga el¨¦ctrica] y el factor 4 plaquetario es extremadamente positivo y los dos encajan muy bien¡±.
Cuesti¨®n de polaridad
Los investigadores tambi¨¦n estudiaron otros dos adenovirus, el Ad5 y Ad26, los dos humanos, y utilizados en las vacunas de Janssen y Sputnik V. De la rusa no se conocen casos de trombos, pero puede deberse a su escasa distribuci¨®n en los pa¨ªses occidentales y menor supervisi¨®n por parte de las autoridades sanitarias. De la segunda, que emplea el Ad26 como vector, s¨ª estuvo relacionada con unas decenas de casos. El estudio muestra que tambi¨¦n estos vectores atra¨ªan a las PF4.
Para el microbi¨®logo de la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sina¨ª de Nueva York (Estados Unidos) Adolfo Garc¨ªa-Sastre ¡°la conexi¨®n con los vectores virales tiene sentido, ya que los casos de trombos solo se han dado con estas vacunas¡±. Pero aclara que a¨²n hay que hacer m¨¢s estudios y comprobarlo en los humanos. Los autores del estudio concluyen que, modificando estos vectores virales, podr¨ªa reducirse el riesgo de que aparezcan estos casos de trombos con una marcada bajada de plaquetas (trombocitopenia). Un riesgo que ya es bajo de por s¨ª: seg¨²n las cifras de la EMA, hasta octubre se hab¨ªan producido 300 casos tras la vacuna de Oxford y AstraZeneca. Y la compa?¨ªa farmac¨¦utica hab¨ªa distribuido hasta noviembre pasado 2.000 millones de su vacuna.
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