Las severas secuelas que dej¨® el virus del Nilo en los ni?os infectados
Un equipo de investigadores estudia c¨®mo afecta el pat¨®geno a los menores tras el brote con ocho muertos en Andaluc¨ªa hace un a?o
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Cuando se apaga la alarma social sobre un brote como el del virus del Nilo Occidental, que en 2020 se cobr¨® ocho fallecidos y 71 infectados en Andaluc¨ªa (y seis en otras comunidades, seg¨²n Jos¨¦ Miguel Cisneros, director de la unidad de enfermedades infecciosas del Hospital Virgen del Roc¨ªo de Sevilla), solo quedan el dolor por los muertos y las secuelas de los enfermos. Para paliar esa desaz¨®n los expertos cl¨ªnicos investigan ahora, un a?o y medio despu¨¦s, c¨®mo reaccionan los afectados ante el pat¨®geno y as¨ª afrontar los pr¨®ximos brotes con mejores armas cl¨ªnicas.
Entre las personas a las que pic¨® un mosquito Culex perexiguus y fueron afectados por meningoencefalitis ¨Cun 1% del total¨C hay ni?os, adolescentes y adultos con problemas cognitivos y motores, incluidos tetraplejia y graves problemas neurol¨®gicos. ¡°Mi hijo de cinco a?os padece endogirismo [marcha con los pies hacia dentro] en la pierna izquierda, debilidad muscular y sobre todo p¨¦rdida de capacidades motoras, aunque las ha ido recuperando¡±, relata esperanzado Israel Espinosa, vecino de Coria del R¨ªo, un pueblo a orillas del r¨ªo Guadalquivir muy cerca de Sevilla y donde surgi¨® el brote.
El virus del Nilo viaja gracias a las aves migratorias, a las que pican los mosquitos que m¨¢s tarde lo transmiten a los caballos y las personas mediante nuevas picaduras. En la primavera de 2020, el confinamiento, las fuertes lluvias y las aguas estancadas sin control multiplicaron los mosquitos en los pueblos ribere?os cercanos a Do?ana y desat¨® el brote -el mayor registrado en Espa?a tras cinco casos aislados en 2010 y 2016-.
El pasado verano los contagios se redujeron a una persona fallecida y seis infectadas, pero se evidenci¨® que el virus lleg¨® para quedarse. La vacuna disponible solo protege a los caballos, y est¨¢ pendiente el desarrollo de antivirales o inmunizaciones para los humanos. En Estados Unidos el virus es la primera causa de meningoencefalitis y hasta 2015 se hab¨ªan reportado 45.000 contagios.
Mientras que el ataque del virus en adultos y sus efectos est¨¢n claros, hay lagunas en la reacci¨®n de los ni?os infectados. De los seis menores que enfermaron en Andaluc¨ªa, solo dos presentan a¨²n secuelas graves, y uno empieza solo ahora a reconocer a sus padres e intentar verbalizar y comer. Un equipo del Hospital Virgen del Roc¨ªo, que ha tratado la inmensa mayor¨ªa de infectados, liderado por el jefe de enfermedades infecciosas pedi¨¢tricas Olaf Neth, ha estudiado la prevalencia del virus en ni?os tras extraer muestras de sangre a 209 menores del total de 5.176 que viven en Coria del R¨ªo. Solo tres (el 1,5%) estaban infectados, cuando el porcentaje en adultos ronda el 5%, seg¨²n los expertos.
En paralelo, el equipo pedi¨¢trico sevillano que completan las doctoras In¨¦s Mar¨ªn, Marta Aboza y Dolores Falc¨®n quiere averiguar, en colaboraci¨®n con el Hospital Necker de Par¨ªs, si los seis ni?os que desarrollaron s¨ªntomas graves presentaban fallos en su sistema inmunol¨®gico. ¡°Tenemos que entender por qu¨¦ han sufrido s¨ªntomas. Podr¨ªa ser mala suerte, pero yo no creo en ella, por eso buscamos por qu¨¦ un ni?o se infecta y otro no, y por qu¨¦ unos desarrollan s¨ªntomas y otros no¡±, resume Neth. La tesis inicial es que el riesgo de desarrollar meningoencefalitis en ni?os es mucho mayor por contagio del virus del Nilo que a causa de otros pat¨®genos. Los investigadores buscan adem¨¢s desarrollar un registro a nivel europeo con ni?os afectados por este pat¨®geno para evitar futuras infecciones y desarrollar tratamientos de soporte.
Como lecci¨®n aprendida, Cisneros destaca que la meningoencefalitis causada por este virus debe tenerse especialmente en cuenta para el diagn¨®stico cl¨ªnico durante los meses de verano y que los facultativos deben ser conscientes de que los hospitalizados ¡°son la punta del iceberg¡±. ¡°Si adelantamos la sospecha cl¨ªnica a la fase de fiebre podr¨ªamos adelantar la alerta sanitaria. El protocolo de diagn¨®stico fue ¨²til, pero seguimos con la necesidad de formaci¨®n de m¨¦dicos infect¨®logos. El virus de la listeria, el del Nilo Occidental y el coronavirus nos han dado una lecci¨®n de humildad parando el mundo y demostrando que con la globalizaci¨®n nadie est¨¢ a salvo, algo que requiere m¨¦dicos muy bien formados. Es una anacron¨ªa que los espa?oles no sean atendidos por especialistas cuando tienen infecciones graves, es un agujero en el sistema¡±, recuerda Cisneros, expresidente de la Sociedad Espa?ola de Enfermedades Infecciosas y Microbiolog¨ªa Cl¨ªnica, una especialidad que no existe en el sistema MIR.
La meningoencefalitis (afectaci¨®n del cerebro y las meninges) tiene una elevada mortalidad que ronda el 9% y graves secuelas tambi¨¦n en m¨¢s del 10% de los pacientes. Y es tan da?ina porque la respuesta del organismo humano es una inflamaci¨®n, y al tratarse del cerebro, este choca con la estructura r¨ªgida del cr¨¢neo y da?a las neuronas, las c¨¦lulas m¨¢s sensibles del cuerpo.
La inflamaci¨®n de las meninges y el da?o que el virus produce dejan secuelas muy graves. ¡°La completa recuperaci¨®n de los pacientes es muy dif¨ªcil. A veces aparece espasticidad, espasmos dolorosos y crisis epil¨¦pticas. La memoria, la atenci¨®n, la dificultad en el lenguaje se tratan con la neuropsicolog¨ªa y ejercicios espec¨ªficos¡±, explica Soledad P¨¦rez, neur¨®loga del Hospital Virgen de Macarena en Sevilla. Los pacientes pasan estancias largas en el hospital, de varios meses, pero el Servicio Andaluz de Salud no incluye en su cartera el tratamiento de neuropsicolog¨ªa necesario para recuperarse del da?o cerebral. ¡°La mayor¨ªa de pacientes siente incredulidad y se pregunta ¡®?C¨®mo me ha podido pasar y c¨®mo algo tan peque?o como un mosquito me puede haber puesto tan enfermo?¡±, a?ade P¨¦rez.
Tras el ingreso hospitalario, la familia de Espinosa se mud¨® con otros familiares una temporada por el p¨¢nico inicial al mosquito y ahora no salen de casa sin repelentes. Este vecino de Coria form¨® una plataforma junto a otros afectados para intentar concienciar a las autoridades locales y regionales de la relevancia del virus. ¡°Ya no veo al mosquito como antes, ya no me preocupa el escozor de la picadura, sino que lo veo como un transmisor de enfermedades¡±, concluye.
El impacto se redujo en 2021
Tras el grave brote de 2020 y despu¨¦s de a?os ignorando las advertencias de los cient¨ªficos del CSIC, la Junta cre¨® un programa de vigilancia y control del virus y m¨¢s de 40 Ayuntamientos de Sevilla, Huelva y C¨¢diz con riesgo medio-alto desarrollaron la pasada primavera planes para matar las larvas de los mosquitos, que act¨²an como vectores ya de adultas en la temporada estival. ¡°Es necesario reforzar los tratamientos preventivos y mejorar la formaci¨®n de las empresas que hacen el control basado en larvicidas espec¨ªficos¡±, dice Jordi Figuerola, investigador especializado en ecolog¨ªa de campo y din¨¢mica de transmisi¨®n de enfermedades infecciosas a trav¨¦s de mosquitos de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (CSIC). ¡°Porque si los tienes ya volando debes usar otros productos que da?an a otros insectos y tienen menos efectividad y mayor impacto ambiental¡±, previene. Los mosquitos no alcanzan la capital andaluza porque su radio de acci¨®n suele restringirse a unos cinco kil¨®metros, seg¨²n los expertos.
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