La espiral que lleva a la fragilidad de los mayores de 65 a?os
Un estudio muestra c¨®mo la deficiencia de la coenzima Q10, un cargador de las bater¨ªas biol¨®gicas, reduce la movilidad y esta disminuye la capacidad de generar la mol¨¦cula vital. El problema afecta m¨¢s a las mujeres
La coenzima Q10 es vital. Si las mitocondrias celulares son las bater¨ªas del cuerpo, este l¨ªpido, presente de forma natural, es un cargador de las mismas, el responsable del transporte de electrones y un antioxidante clave para el funcionamiento del cuerpo. Su deficiencia, vinculada con el envejecimiento, genera una insuficiencia energ¨¦tica relacionada con trastornos mitocondriales, enfermedades card¨ªacas, accidentes cerebrovasculares y patolog¨ªas neurodegenerativas, como alzh¨¦imer y p¨¢rkinson. Un nuevo estudio asocia por primera vez los bajos niveles de esta coenzima con la sarcopenia (la p¨¦rdida de masa, fuerza y funcionamiento de los m¨²sculos) que genera la fragilidad en personas mayores. La investigaci¨®n revela una mayor incidencia en las mujeres.
La coenzima Q10 es una pieza clave en el puzle biol¨®gico, en especial, para el cerebro, el coraz¨®n y los m¨²sculos, precisamente los ¨®rganos que m¨¢s energ¨ªa necesitan y son m¨¢s vulnerables a un d¨¦ficit de la misma. Un estudio publicado por un equipo del Centro Andaluz de Biolog¨ªa del Desarrollo (CABD) en Antioxidants ha revelado que tambi¨¦n es causa y consecuencia de la fragilidad en personas mayores de 65 a?os, as¨ª como un factor relacionado con el riesgo cardiovascular.
Guillermo L¨®pez Lluch, investigador del CABD y catedr¨¢tico del ¨¢rea de Biolog¨ªa Celular de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, es uno de los autores de esta investigaci¨®n y resume: ¡°Las personas mayores que tienen m¨¢s s¨ªntomas o marcadores de fragilidad tienen menos coenzima Q10 en el plasma sangu¨ªneo¡±. Estos niveles, seg¨²n aclara, podr¨ªan ser un referente para conocer la vulnerabilidad de las personas y para establecer terapias que la pal¨ªen.
La deficiencia primaria de esta mol¨¦cula se produce en personas que no pueden sintetizarla, principalmente por causas gen¨¦ticas. Pero la secundaria puede ser causa o consecuencia de dolencias cr¨®nicas, como la diabetes, enfermedades neurodegenerativas o el envejecimiento.
El investigador resalta que la menor presencia de este l¨ªpido fundamental genera una espiral de decadencia que es necesario revertir: ¡°Con una menor actividad f¨ªsica descienden los niveles de Q10 y cuantos m¨¢s bajos sean estos niveles, menor capacidad de hacer ejercicio. Es un c¨ªrculo vicioso y, adem¨¢s, dram¨¢tico porque se pierde funcionalidad y tambi¨¦n capacidad de recuperarla¡±.
Para romper esta tendencia hay varias estrategias complementarias. La primera es aumentar la actividad f¨ªsica de forma regular y progresiva. La segunda es corregir este d¨¦ficit a partir de la alimentaci¨®n. Seg¨²n L¨®pez Lluch, una v¨ªa es ¡°la dieta mediterr¨¢nea y, en especial, el consumo de frutos secos y verduras variadas con aceites vegetales¡±. A partir de ah¨ª, se puede invertir el sentido de la espiral: la correcci¨®n de la deficiencia permite hacer m¨¢s ejercicio y este ayuda a aumentar los niveles de la coenzima en sangre.
Tambi¨¦n hay suplementos espec¨ªficos en el mercado, pero el investigador advierte que hay que ingerirlos siempre bajo supervisi¨®n m¨¦dica: ¡°No hace falta tomarlos todos los d¨ªas ni una gran cantidad¡±. Tambi¨¦n pueden resultar contraproducentes en combinaci¨®n con otros f¨¢rmacos. Un estudio publicado en Biochemical Pharmacology por investigadores de la Universidad de Kanazawa (Jap¨®n) respalda esta cautela al estudiar la interacci¨®n de algunos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, con las coenzimas. Seg¨²n el estudio, podr¨ªan tener efectos en el h¨ªgado.
Con estas prevenciones, los beneficios de un aumento de la presencia de la coenzima Q10 son evidentes. Seg¨²n L¨®pez Lluch, ¡°el aumento de los niveles en plasma mejoran la salud de los vasos sangu¨ªneos, previene el da?o por roturas vasculares que podr¨ªan estar asociadas con la formaci¨®n de trombos, y eso tambi¨¦n aumenta la capacidad f¨ªsica al mejorar la llegada de nutrientes al m¨²sculo¡±. El estudio abunda en este sentido: ¡°La asociaci¨®n de la actividad f¨ªsica en personas mayores con altos niveles de CoQ10 no solo mejora la capacidad endotelial [el revestimiento de los vasos sangu¨ªneos], sino que tambi¨¦n reduce la liberaci¨®n de ves¨ªculas y factores implicados en la inflamaci¨®n y la senescencia [envejecimiento]¡±.
Adem¨¢s, los resultados de la investigaci¨®n indican que los niveles altos de CoQ10 est¨¢n directamente vinculados con un menor riesgo cardiovascular por su relaci¨®n con el colesterol, part¨ªculas a las que se asocia la coenzima para reducir el riesgo de infarto.
Un ensayo de la Universidad de Colorado Boulder, publicado por la Asociaci¨®n Americana del Coraz¨®n, prob¨® en mayores de 60 a?os un suplemento de 20 miligramos diarios con Q10. El resultado arroj¨® beneficios en el endotelio y en el aumento del flujo sangu¨ªneo. Seg¨²n el autor principal, Matthew Rossman, ¡°terapias como esta pueden ser una verdadera promesa para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la edad¡±.
Nils Bomer, de la Universidad de Groningen (Pa¨ªses Bajos) coincide con la importancia de la coenzima Q10: ¡°La deficiencia de micronutrientes tiene un alto impacto en la producci¨®n de energ¨ªa mitocondrial y debe considerarse un factor adicional en la ecuaci¨®n de insuficiencia card¨ªaca¡±. Seg¨²n una revisi¨®n publicada en el Journal of Internal Medicine por este investigador, deficiencias de elementos como el hierro, el selenio, el zinc, el cobre y la coenzima Q10 pueden afectar la funci¨®n de las mitocondrias productoras de energ¨ªa de las c¨¦lulas card¨ªacas para contribuir a la insuficiencia.
Otro de los indicios relevantes del estudio es que las mujeres presentan unos d¨¦ficits mayores de CoQ10 que los hombres. En este sentido, el investigador resalta que ¡°hay que seguir estudiando este resultado¡±. Cree que podr¨ªa estar relacionado con la evoluci¨®n de la musculatura a partir de la menopausia, pero es un campo por explorar, al igual que los efectos en las capacidades cognitivas en general, motivo de un pr¨®ximo trabajo.
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