Boeing vs Space X: la carrera hacia la ¨®rbita baja
El segundo intento de que la c¨¢psula Starliner se acople a la Estaci¨®n Espacial se produce despu¨¦s de dos a?os de ajustes
El lanzamiento de la nueva c¨¢psula tripulable Starliner, realizado a las 18.54, hora de la costa este en EE UU (00.54, hora peninsular espa?ola) de este jueves, es el segundo intento de certificar el esfuerzo de Boeing por competir con Space X en el transporte de astronautas a ¨®rbita. El primero fue a finales de 2019, cuando ambas empresas iban codo con codo en esa carrera. Pero, entonces, la misi¨®n no fue bien. La Starliner (bautizada Calypso, como el buque oceanogr¨¢fico de Jacques Cousteau) entr¨® en ¨®rbita, pero no consigui¨® acoplarse a la Estaci¨®n Espacial Internacional. Problemas de software.
Hizo falta a?o y medio para resolver todos los inconvenientes que presentaba la primera versi¨®n de la c¨¢psula. El segundo vuelo se planific¨® para el verano de 2021, pero, cuando todo parec¨ªa a punto y el veh¨ªculo ya estaba en la plataforma de lanzamiento, se descubri¨® un nuevo inconveniente: 13 de las v¨¢lvulas del sistema de propulsi¨®n estaban atascadas.
La causa del problema se atribuy¨® al clima casi tropical de Cabo Ca?averal. No por la humedad en s¨ª, sino porque el vapor de agua reaccionaba con un componente del combustible (tetr¨®xido de nitr¨®geno) para producir ¨¢cido n¨ªtrico. Corro¨ªa el tefl¨®n de los sellos de las v¨¢lvulas y las piezas met¨¢licas hasta dejarlas enclavadas. La reparaci¨®n era tan laboriosa que Boeing decidi¨® sustituir todo el m¨®dulo de propulsi¨®n. Si se hubiese tratado de un autom¨®vil, era como cambiarle todo el motor.
Aparte del coste de la reparaci¨®n, Boeing hubo de contratar un nuevo cohete para repetir el lanzamiento. En total, unos 600 millones de d¨®lares para un proyecto que estaba perdiendo la carrera frente a la empresa de Elon Musk. La c¨¢psula de Space X ya est¨¢ plenamente aprobada para misiones tripuladas: ha llevado cuatro tripulaciones a la Estaci¨®n Espacial m¨¢s un par de vuelos ch¨¢rter para clientes privados.
Abandonado el uso de las c¨¢psulas Soyuz rusas, la NASA tiene establecidos contratos con ambas compa?¨ªas para cubrir los servicios de ¡°taxi¡± a la Estaci¨®n Espacial. Boeing se llev¨® la parte del le¨®n: 4.400 millones de d¨®lares por seis vuelos; Space X es mucho m¨¢s econ¨®mico, gracias a que utiliza sus propios cohetes recuperables: 3.500 millones por nueve lanzamientos.
La misi¨®n actual es, en esencia, un ensayo de ingenier¨ªa. Lleva algo de carga a la ISS: un par de cientos de kilos de suministros, pero el verdadero objetivo es verificar que puede realizar el ensamblaje en modo autom¨¢tico y que, una vez unida a la estaci¨®n, no habr¨¢ incompatibilidades serias.
El encuentro autom¨¢tico es una t¨¦cnica que los rusos han dominado desde hace m¨¢s de 50 a?os. Sus env¨ªos de cargueros Progress, primero a la estaci¨®n Mir y luego a la ISS, son ya operaciones de rutina. En cambio, los americanos siempre han preferido que fueran astronautas quienes dirigiesen la operaci¨®n de forma manual. Solamente las Dragon de Space X y, ahora, la Starliner est¨¢n preparadas para hacerlo sin intervenci¨®n del piloto.
Al ser una maniobra muy delicada, todas las precauciones son pocas. La Estaci¨®n Espacial est¨¢ rodeada de una serie de esferas virtuales en las que no se permite la entrada de ning¨²n veh¨ªculo hasta que se haya verificado que todos sus sistemas funcionan correctamente. La primera abarca tres kil¨®metros alrededor de la ISS; la segunda, dos. La de ¡°prohibido el paso¡± son 200 metros. Todas las c¨¢psulas han de detenerse ah¨ª antes de recibir la autorizaci¨®n final para el atraque. Si tiene usted curiosidad sobre c¨®mo se realiza esta ¨²ltima fase, Space X ofrece un simulador muy realista en esta web. Reproduce pr¨¢cticamente el mismo software que llevan los astronautas a bordo de las c¨¢psulas Dragon.
Tanto la Starlink como la Dragon est¨¢n dise?adas para operaciones en ¨®rbita baja. Para viajes m¨¢s largos, a la Luna, por ejemplo, se utilizar¨¢ la Ori¨®n, a la que alguien defini¨® como ¡°un Apolo en tratamiento de esteroides¡± por su parecido con la nave lunar de los a?os sesenta.
El vuelo inaugural del Ori¨®n quiz¨¢ tenga lugar en junio, aunque no es seguro, ya que el cohete portador a¨²n tiene que pasar su prueba de estanqueidad. Se trata de llenar sus dep¨®sitos de combustible a baj¨ªsimas temperaturas. El fr¨ªo hace contraer la chapa y revela fisuras que de otro modo ser¨ªan inapreciables. Es lo que ocurri¨® hace unas semanas, cuando hubo que devolver cohete y c¨¢psula al edificio de montaje para reparaciones.
Rafael Clemente es ingeniero industrial y fue el fundador y primer director del Museu de la Ci¨¨ncia de Barcelona (actual CosmoCaixa). Es autor de ¡®Un peque?o paso para [un] hombre¡¯ y ¡®Los otros Apollo¡¯ (Libros C¨²pula).
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