La mayor¨ªa de los europeos conf¨ªa en la ciencia, pero no conoce m¨¢s que los conceptos b¨¢sicos
Un nuevo estudio se?ala que menos de la mitad de los espa?oles sabe que los antibi¨®ticos no sirven para los virus y que el agujero en la capa de ozono no es la causa principal del cambio clim¨¢tico
La mayor¨ªa de la poblaci¨®n europea se interesa por la ciencia, sigue las informaciones cient¨ªficas por los canales de comunicaci¨®n convencionales y digitales, y cree que es el conocimiento m¨¢s objetivo y v¨¢lido en la actualidad. Pero en la pr¨¢ctica, se nota un abismo entre este inter¨¦s y el nivel de conocimiento. Si bien la mayor¨ªa de los europeos entiende varios conceptos cient¨ªficos b¨¢sicos, como el papel de las plantas en garantizar el ox¨ªgeno (90%), el origen del universo (70%) y el origen y la evoluci¨®n de los seres humanos (79%), existe una carencia significativa con respecto a la salud y el medio ambiente, tales como las indicaciones de los antibi¨®ticos y el cambio clim¨¢tico: solo el 50% de los ciudadanos son capaces de identificar como equivocada la idea de que ¡°los antibi¨®ticos destruyen los virus¡± y ¨²nicamente el 37% reconoce la falsedad de que ¡°el cambio clim¨¢tico se produce debido al agujero en la capa de ozono¡±. En Espa?a, las cifras disminuyen hasta el 43% y 27%, respectivamente.
Esos son algunos de los datos del estudio Cultura Cient¨ªfica de la Fundaci¨®n BBVA, publicado hoy, que analiza el inter¨¦s por la ciencia, el entendimiento sobre la misma y la percepci¨®n sobre sus efectos en el mundo por parte de los ciudadanos de Espa?a, Alemania, Francia y Reino Unido. Pese a que existe este hueco en lo que se refiere a la falta de conocimiento sobre unos conceptos cient¨ªficos importantes, los autores consideran que ¡°los datos son favorables en las cuatro sociedades europeas respecto a la ciencia como instituci¨®n¡± e indican que existe un alto nivel de confianza en la comunidad cient¨ªfica, especialmente en Espa?a. ¡°La mayor¨ªa [de las personas] conoce razonablemente bien c¨®mo se validan las teor¨ªas y modelos cient¨ªficos: a trav¨¦s de observaciones y experimentos susceptibles de ser replicados por investigadores independientes y publicados en revistas cient¨ªficas, para convertirse en conocimiento p¨²blico¡±, explica a EL PA?S v¨ªa correo electr¨®nico Mariana Szmulewicz, investigadora del Departamento de Estudios Sociales y Opini¨®n P¨²blica de dicha organizaci¨®n y una de las autoras. El estudio se realiz¨® entre octubre y noviembre de 2022, con una muestra representativa de 1.500 participantes por pa¨ªs.
En Espa?a, en la ¨²ltima d¨¦cada, hay un creciente inter¨¦s popular en la ciencia. En 2012, solo un 15% de la poblaci¨®n afirmaba que la ciencia estaba presente en las conversaciones familiares o entre amigos con mucha o bastante frecuencia, una cifra que ascendi¨® hasta un 47% en 2022, seg¨²n el informe. Pese al crecimiento en t¨¦rminos de popularidad, Espa?a est¨¢ detr¨¢s de sus pares europeos cuando se trata de la aportaci¨®n cient¨ªfica al mundo. Los espa?oles perciben la carencia de apoyo de las empresas, de la sociedad y de los poderes p¨²blicos en funci¨®n del desarrollo de la ciencia: solo la mitad considera que Espa?a hace contribuciones cient¨ªficas a nivel global, mientras que 8 de cada 10 alemanes valoran favorablemente el papel de su pa¨ªs en aportar conocimiento para el mundo.
Tanto el acercamiento como la percepci¨®n positiva de la ciencia sigue una tendencia: son los m¨¢s j¨®venes y con mayor nivel de estudios quienes presentan niveles m¨¢s altos de conocimiento cient¨ªfico y reconocen sus consecuencias. Seg¨²n la investigadora, esta poblaci¨®n, que en mayor medida ha completado estudios secundarios e incluso terciarios, tiene las bases para identificar los continuos avances de la ciencia despu¨¦s de dejar las aulas. ¡°Con ese mayor conocimiento, por lo general, se dan actitudes m¨¢s favorables ante la ciencia, pero tambi¨¦n capacidad de discriminar entre desarrollos cient¨ªficos, sin necesidad de adoptar acr¨ªticamente todo lo que viene de o se presenta como cient¨ªfico¡±, subraya Szmulewicz.
Para combatir esta laguna generacional, la experta asegura que es necesario ¡°contrarrestar a trav¨¦s del sistema educativo¡± y luchar para transmitir de manera comprensible el conocimiento que se produce en las instituciones cient¨ªficas, tales como las universidades y otros organismos p¨²blicos de investigaci¨®n: ¡°Especialmente contextos de crisis, como la pandemia y el cambio clim¨¢tico, constituyen ventanas de oportunidad para captar la atenci¨®n del p¨²blico que ha abandonado ya las aulas¡±, a?ade.
La investigaci¨®n demuestra una creencia de que la ciencia guiar¨¢ el progreso material en el mundo y ser¨¢ responsable de ayudar a mejorar la vida de las personas, especialmente en temas relacionados con la salud, como la contribuci¨®n en el tratamiento del c¨¢ncer y en el manejo de las pandemias. La mayor¨ªa de los encuestados considera que los frutos de la ciencia con relaci¨®n a los desarrollos tecnol¨®gicos tales como en la energ¨ªa solar, la biotecnolog¨ªa, la nanotecnolog¨ªa y hasta la inteligencia artificial abrir¨¢n las puertas para un mundo mejor.
Pero hay matices. Cuando se trata de su contribuci¨®n a la resoluci¨®n de cuestiones sociales como la pobreza, no hay consenso: solo el 42% del conjunto de pa¨ªses opina que la ciencia contribuir¨¢ ¡°mucho¡± o ¡°bastante¡± a disminuir la desigualdad social. En relaci¨®n con el cambio clim¨¢tico, los datos demuestran que una amplia mayor¨ªa conf¨ªa en las evidencias cient¨ªficas y que la ciencia y la tecnolog¨ªa tendr¨¢n un papel fundamental para hacerle frente. ¡°Pero seguramente entienden tambi¨¦n que adem¨¢s del conocimiento, se precisar¨¢ llevar a cabo otros cambios en el ¨¢mbito social, organizativo y econ¨®mico¡±, asegura la investigadora de la Fundaci¨®n BBVA.
Ciencia, pol¨ªtica y religi¨®n
La afinidad con la ciencia tambi¨¦n es algo mayor entre los que se declaran de izquierda que de derechas y menos religiosos, aunque ¡°no se trata en modo alguno de un rechazo¡±, dice el estudio. Los datos demuestran un consenso en todos los pa¨ªses (84% de media y 95% en Espa?a) en torno a que las creencias religiosas no deben poner l¨ªmite a los avances cient¨ªficos. ¡°Incluso la mayor¨ªa de la poblaci¨®n creyente acepta la explicaci¨®n vigente acerca del origen del universo o la evoluci¨®n de los seres humanos a partir de especies animales anteriores¡±, recalca Szmulewicz.
En Espa?a, el rechazo m¨¢s intenso por parte de esos colectivos est¨¢ asociado a algunas ¨¢reas de las ciencias de la vida, como las investigaciones biom¨¦dicas con embriones u otros ¡°que chocan con criterios morales de matriz religiosa¡±. Para lidiar con tales fricciones, Szmulewicz sugiere que la comunidad cient¨ªfica est¨¦ ¡°abierta a un di¨¢logo sobre los aspectos ¨¦ticos de su trabajo¡±, adem¨¢s de transmitir el conocimiento. Pese a ello, el escenario europeo es positivo. ¡°Ni en la mayor¨ªa de Europa ni en Espa?a se da el fen¨®meno de resistencia organizada y desconfianza frente a la ciencia que se ha documentado en Estados Unidos, asociado a l¨ªderes pol¨ªticos y think tanks [gabinetes de estrategia] de orientaci¨®n ultraconservadora¡±, concluye la investigadora.
En los cuatro pa¨ªses, la amplia mayor¨ªa de los encuestados asocia la carrera cient¨ªfica al prestigio y que es m¨¢s exigente que la mayor parte de las dem¨¢s profesiones. Alrededor del 90% de la muestra afirma que las mujeres est¨¢n tan capacitadas como los hombres para ejercer puestos cient¨ªficos.
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