Los elefantes marinos, los mam¨ªferos que menos duermen: dos horas al d¨ªa en siestas de diez minutos
El seguimiento a centenares de estos animales desvela c¨®mo entran en la fase m¨¢s profunda del sue?o sin caer en las fauces de orcas o tiburones
Los elefantes marinos son unos dormilones cuando est¨¢n en tierra: pueden dormitar hasta 14 horas al d¨ªa. Pero cuando se echan al mar, donde pasan meses aliment¨¢ndose, se convierten en el mam¨ªfero que menos duerme de los que se han estudiado. Apenas dedican dos horas al d¨ªa al sue?o y no las duermen seguidas, lo hacen en breves periodos de 10 minutos entre inmersi¨®n e inmersi¨®n. Un estudio con centenares de estos mam¨ªferos y un abanico de avanzada tecnolog¨ªa ha permitido demostrar que este patr¨®n tan extremo es la forma m¨¢s segura que han encontrado para alimentarse y descansar evitando a sus dos ¨²nicos pero imponentes depredadores, las orcas y el tibur¨®n blanco.
Aunque no est¨¢ del todo claro para qu¨¦ dormimos, lo que s¨ª parece estarlo es que se trata de una necesidad universal en el reino animal. M¨¢s o menos, pero todos los animales duermen. Algunos, como el koala o el perezoso, pueden hacerlo durante m¨¢s de 20 horas al d¨ªa. Parece estar tambi¨¦n claro que no se puede vivir sin dormir. Y todo indica que esas horas de sue?o tienen un efecto reparador, refuerzan el sistema inmune y ayudan al cerebro a poner sus cosas en orden. De ah¨ª el inter¨¦s de los bi¨®logos en saber cu¨¢nto duermen las especies de su ¨¢mbito. Puede ayudar a conocer mejor a los animales y, adem¨¢s, saber m¨¢s de esta obligaci¨®n fisiol¨®gica.
¡°Hasta ahora, no se sab¨ªa c¨®mo y cu¨¢ndo duermen los mam¨ªferos marinos en el mar y c¨®mo nuestras actividades como humanos podr¨ªan afectar a su capacidad para dormir¡±, dice Jessica Kendall-Bar, bi¨®loga marina de la Instituci¨®n Scripps de Oceanograf¨ªa, de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos). ¡°Los estudios previos solo hab¨ªan analizado su sue?o en cautiverio, pero est¨¢ claro que eso no representa de forma precisa c¨®mo duermen en la naturaleza¡±, a?ade la cient¨ªfica, primera autora de esta investigaci¨®n, reci¨¦n publicada en Science.
A menos de 100 kil¨®metros de ciudades californianas tan pobladas como San Francisco o San Jos¨¦ (unos dos millones de habitantes entre ambas), hay una de las mayores colonias de elefantes marinos del norte (Mirounga angustirostris). Cada a?o llegan a las playas del parque estatal de A?o Nuevo m¨¢s de 10.000 ejemplares para aparearse y criar. De la familia de los f¨®cidos, son unas focas enormes, con machos que llegan a pesar siete toneladas, rivalizando en tama?o con los elefantes terrestres. Se sabe mucho de su comportamiento en tierra, pero estos mam¨ªferos pasan la mayor parte del a?o, hasta ocho meses, en largas traves¨ªas marinas en las que recorren todo el Pac¨ªfico norte en busca de comida. Los elefantes marinos est¨¢n casi todo ese tiempo buceando, yendo hasta lo m¨¢s profundo del mar para capturar calamares y peces, incluidos peque?os tiburones. Solo suben a la superficie uno o dos minutos para respirar y recargar sus pulmones. Y en todo ese tiempo, no se sab¨ªa c¨®mo, cu¨¢ndo o d¨®nde duermen.
¡°Normalmente, cada inmersi¨®n de una hembra adulta dura unos 30 minutos, aunque las j¨®venes tienen buceos m¨¢s cortos¡±, cuenta Kendall-Bar.¡°Dependiendo de la edad del animal, duermen unos 10 minutos. Sus siestas est¨¢n escaladas proporcionalmente, de modo que la duraci¨®n media del sue?o bajo el agua de las j¨®venes era de 5 a 10 minutos, mientras que las hembras adultas ten¨ªan siestas de 10 minutos con aproximadamente otros 10 minutos para el descenso y 10 minutos para el ascenso¡±, detalla. En un ciclo diario, los elefantes marinos duermen menos de dos horas al d¨ªa y las hembras j¨®venes, a¨²n menos.
Para saber todo eso, Kendall-Bar y sus colegas idearon un complejo sistema de seguimiento y monitoreo. Dise?aron unos cascos de neopreno capaces de realizar tanto electroencefalogramas (cerebro) como electrocardiogramas (para el ritmo card¨ªaco). Tambi¨¦n colocaron a unos 340 elefantes marinos adultos dispositivos para registrar su posici¨®n, profundidad u orientaci¨®n (GPS, giroscopio, aceler¨®metro...). De esta manera, pudieron estimar c¨®mo era el sue?o en esos breves espacios de tiempo. Como los humanos y la inmensa mayor¨ªa de los animales de los que hay informaci¨®n, estos f¨®cidos tienen un sue?o polif¨¢sico. Es decir, tienen al menos dos fases, una primera llamada sue?o de ondas lentas (SWS, por sus siglas en ingl¨¦s) y una segunda, el sue?o de movimientos oculares r¨¢pidos (o fase REM).
La tecnolog¨ªa que llevaban los elefantes permiti¨® observar que, en algunas de las inmersiones, entraban en la fase SWS mientras descend¨ªan manteniendo su posici¨®n. Pero, al poco, empezaban a caer en espiral, lentamente, como hojas que caen del ¨¢rbol, y quedando boca arriba finalmente sobre el lecho marino o flotando. Hab¨ªan entrado en la fase REM, en la del sue?o m¨¢s profundo. Tras dos o tres minutos reparadores, despertaban y ascend¨ªan lentamente a la superficie a respirar. ¡°Dorm¨ªan a una profundidad de hasta 377 metros de la superficie. Generalmente, comenzaban estas siestas alrededor de los 60 a 100 metros, por debajo de la zona f¨®tica [donde llega la luz solar]. Aunque las orcas y los tiburones te¨®ricamente podr¨ªan sumergirse a esas profundidades, probablemente pasen la mayor parte de su tiempo cazando mam¨ªferos marinos cerca de la superficie, donde pueden verlos mejor. Por lo tanto, es probable que las profundidades oscuras donde duermen los elefantes marinos sean m¨¢s seguras para ellos¡±.
Muchas de sus inmersiones para dormir est¨¢n asociadas con tomarse un tiempo para digerir a sus presas¡±Daniel Costa, bi¨®logo de la Universidad de California en Santa Cruz
El bi¨®logo de la Universidad de California en Santa Cruz y autor s¨¦nior de este estudio, Daniel Costa, a?ade a la seguridad, la necesidad de echarse una siesta despu¨¦s de comer: ¡°En un trabajo anterior, vimos que las mismas zonas donde duermen los elefantes marinos, son las ¨¢reas donde realizan las inmersiones para alimentarse m¨¢s exitosas. Creemos que muchos de sus buceos para dormir est¨¢n asociados con tomarse un tiempo para digerir a sus presas. Durante las inmersiones de sue?o a la deriva, la foca puede concentrar el flujo de sangre y ox¨ªgeno en su v¨ªa gastrointestinal para procesar los alimentos, en lugar de usarlos para impulsarse en el agua buscando presas. Estos animales tienen una cantidad finita de ox¨ªgeno en su cuerpo en cada inmersi¨®n, as¨ª que necesitan repartirlo para ser m¨¢s eficientes¡±.
Otro dato destaca el papel de los depredadores. Gracias al GPS, los investigadores pudieron ver que los elefantes marinos dorm¨ªan menos cuanto m¨¢s cerca estaban de su base en A?o Nuevo y cuanto m¨¢s pr¨®ximas a la costa eran sus inmersiones. A medida que se alejaban, sus sue?os eran m¨¢s duraderos y frecuentes. ¡°Sospechamos que se debe a que hay m¨¢s depredadores en la zona costera. Los tiburones blancos son m¨¢s habituales cerca de la colonia de A?o Nuevo. En mitad del Pac¨ªfico, el riesgo de encontrarse con un tibur¨®n o una orca es mucho menor. As¨ª que los elefantes marinos est¨¢n m¨¢s seguros ah¨ª afuera¡±, cuenta Costa.
¡°Existe una relaci¨®n entre el tama?o del cuerpo y el sue?o, cuanto m¨¢s grande, menor cantidad diaria de sue?o¡±Paul Manger, profesor de la Universidad de Witwatersrand, Sud¨¢frica
Con estos datos, el elefante marino desbanca (o como mucho empata) al animal que hasta ahora se cre¨ªa que dorm¨ªa menos, el elefante terrestre. A pesar de compartir nombre, ambas especies no est¨¢n relacionadas m¨¢s all¨¢ de ser los dos mam¨ªferos. Al marino lo llamaron elefante por su enorme tama?o y por tener una especie de trompa. En cuanto al dormir, hay estudios con elefantes ya desde los a?os 30 del siglo pasado. Pero casi todos son en cautividad y, apresados, todos los animales de los que se tienen datos, tienden a dormir m¨¢s. Pero en 2017, un trabajo con un par de matriarcas del parque nacional de Chobe (Botsuana) mostr¨® que, de media, dorm¨ªan alrededor de dos horas diarias.
En sus conclusiones, aquel trabajo explicaba el corto sue?o de los elefantes por el riesgo de ser atacados por leones, pero en especial por la necesidad de alimentarse y su enorme tama?o. El profesor de la Universidad de Witwatersrand (Sud¨¢frica) Paul Manger, autor del estudio con las elefantas, insiste en el factor de las dimensiones: ¡°Existe una relaci¨®n entre el tama?o del cuerpo y el sue?o, en la que, cuanto m¨¢s grande es el cuerpo, menor es la cantidad diaria de sue?o. Tanto los elefantes marinos como los elefantes africanos son animales grandes, por lo que tender¨¢n a dormir menos¡±, cuenta en un correo. En cuanto a cu¨¢l duerme menos, Manger lo tiene claro, sus elefantes, los terrestres: ¡°Cuando est¨¢n en el mar, estas criaturas duermen dos horas al d¨ªa, pero cuando est¨¢n en tierra duermen ?m¨¢s de diez horas! Es muy diferente al elefante africano que solo duerme dos horas diarias durante todo el tiempo¡±.
Pajarillos que prefieren aparearse a dormir
En el reino animal, todos duermen, pero cada especie lo hace a su manera. Entre los homínidos, todos lo hacen parecido: de forma cíclica diaria y tienen un sueño polifásico. En cuanto a la duración, los que menos duermen son los humanos y los chimpancés y los que más, los gorilas, con medio día sesteando. Pero la maravilla no está entre los primates.
Muchos animales cuadrúpedos duermen de pie, como los elefantes, aunque también lo hagan ocasionalmente reclinados. Desde el punto de vista evolutivo, hacerlo así te da ventaja en caso de que ataquen los depredadores. Hasta que los elefantes terrestres y marinos los desbancaran, los mamíferos que menos dormían eran los caballos domésticos, a los que les bastan dos horas y media al día. Otras especies, como muchos rumiantes como las vacas, son capaces de comer (más bien masticar y rumiar) mientras duermen.
Las aves comparten con los mamíferos la necesidad de dormir y unas características generales. Pero también tienen patrones extremos. Muchas de las especies migratorias son capaces de volar medio dormidas: mientras un hemisferio del cerebro y el ojo izquierdo están activos, el otro hemisferio duerme. Pero hay aves que van aún más allá. La fragata pelágica, un ave costera que pasa hasta dos semanas mar adentro, es capaz de volar mientras tiene los dos hemisferios cerebrales dormidos. Más impresionante aún, según un estudio de 2016, en estos trayectos reducía el tiempo dedicado a dormir hasta los 40 minutos al día de media. Pero para extrema, la conducta del correlimos pectoral, que anida en el Ártico. Un trabajo publicado en Science hace unos años mostraba que los machos apenas duermen en las tres semanas que suele durar la época de celo y apareamiento.
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