Adi¨®s a Judith Campisi, pionera y mentora de la biolog¨ªa del envejecimiento

El pasado s¨¢bado 20 de enero nos despertamos con la triste noticia del fallecimiento de Judith (Judy, como la conoc¨ªamos todos) Campisi, investigadora del Buck Institute for Research on Aging en EE UU. Pese a que muchos sab¨ªamos de su enfermedad y su bajo estado de ¨¢nimo tras el fallecimiento de su anciana madre, la noticia ha supuesto una conmoci¨®n en un campo cient¨ªfico, el de la senescencia celular, en el que su nombre brillaba con luz propia como verdadera l¨ªder inspiradora.

Judy era sin duda pionera y figura central en el campo de senescencia celular, y en establecer la implicaci¨®n de este proceso en el envejecimiento y el c¨¢ncer. As¨ª era reconocida por toda la comunidad cient¨ªfica, que ve¨ªa en ella una l¨ªder que seduc¨ªa con sus ideas, su visi¨®n y sus descubrimientos, adem¨¢s de con su car¨¢cter y amabilidad.

Esta investigadora fue la creadora de una escuela de la que salieron numerosos cient¨ªficos de gran prestigio que se formaron con ella, expandieron este campo de investigaci¨®n por distintos lugares del mundo y que la reconoc¨ªan como una mentora generosa y constante en su apoyo. Solo los grandes l¨ªderes de pensamiento original que se preocupan por la carrera de sus disc¨ªpulos, ayud¨¢ndolos en cada etapa de su progresi¨®n profesional, pueden lograr el reconocimiento y el cari?o de la comunidad cient¨ªfica.

Judy era una conferenciante incansable que dec¨ªa siempre que s¨ª a todas las llamadas de organizadores de congresos de todo el mundo, que siempre recurr¨ªan a ella como garant¨ªa de ¨¦xito para las charlas inaugurales o de clausura de sus eventos. No hab¨ªa encuentro cient¨ªfico que demandase su presencia en cualquier rinc¨®n del mundo, por apartado que fuera, al que Judy renunciase a ir, sin importar jornadas maratonianas u horarios imposibles. Sus conferencias eran clases magistrales que repasaban el campo de investigaci¨®n, adem¨¢s de ser inspiradoras al compartir su visi¨®n, siempre integradora y global. En esas mismas conferencias o en cualquier circunstancia, Judy era una persona siempre accesible, amable, dispuesta a escuchar a todo el mundo y a ayudar a quien se lo pidiese. Y dispuesta tambi¨¦n a acompa?ar la conversaci¨®n con una copa de un buen vino tinto que tanto apreciaba.

El reconocimiento de su liderazgo en este campo cient¨ªfico se produjo gracias a sus numerosas contribuciones clave para entender el proceso de senescencia celular y que resum¨ªa no solo en sus conferencias, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de art¨ªculos de revisi¨®n que fueron siempre lectura obligada para cualquiera que quisiese adentrarse en esta ¨¢rea o que pretendiese mantenerse al d¨ªa de los nuevos descubrimientos. Su visi¨®n e interpretaci¨®n tanto de sus propios resultados como de los del resto de la comunidad le valieron el reconocimiento de sus colegas.

Durante d¨¦cadas, el campo de la senescencia celular fue un terreno controvertido en el que pocos cient¨ªficos como Judy fueron capaces de continuar aportando pruebas s¨®lidas y cada vez m¨¢s determinantes de la relevancia del mismo, hasta alcanzar hoy en d¨ªa un reconocimiento un¨¢nime y un esplendor que se comienza a plasmar en prometedoras aplicaciones terap¨¦uticas. En este aspecto, Judy fue tambi¨¦n pionera, contribuyendo de manera decisiva a la creaci¨®n de una de las primeras y m¨¢s importantes startups, Unity Biotechnology, centrada en la eliminaci¨®n de las c¨¦lulas senescentes como estrategia terap¨¦utica frente a enfermedades asociadas al envejecimiento, un camino que muchos otros se han lanzado a recorrer tras sus pasos.

Echaremos sin duda en falta sus numerosas contribuciones cient¨ªficas en forma de art¨ªculos con nuevos descubrimientos, sus revisiones actualizando nuestro conocimiento y d¨¢ndole sentido, y su presencia en todas las conferencias en las que siempre encontraba un momento para pararse a charlar con todo el mundo. Pese a su muy escasa estatura f¨ªsica, Judy era una aut¨¦ntica gigante de la ciencia, llena de energ¨ªa y pasi¨®n que trasmit¨ªa con una sonrisa y una voz amable.

Judy mantuvo encendida la antorcha de la investigaci¨®n en senescencia durante muchos a?os. Ahora es nuestro turno de mantener viva esa antorcha para las pr¨®ximas generaciones de investigadores y para el resto de la sociedad. Desde la Sociedad Espa?ola de Senescencia Celular, SENESCEL, trabajaremos para mantener vivo su legado y seguir ampliando las fronteras de la ciencia de la senescencia celular en su memoria.

La Junta Directiva de la Sociedad Espa?ola de Senescencia Celular, SENESCEL est¨¢ formada por Manuel Collado, Salvador Macip, Ana O?Loghlen, Concha Peir¨®, Ignacio Palmero, Mar¨ªa Mittelbrunn y Juan Carlos Acosta.

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