Kevin Harrington, onc¨®logo: ¡°Los f¨¢rmacos conjugados van a cambiar para siempre nuestra capacidad de matar c¨¦lulas cancerosas¡±
Los pr¨®ximos tratamientos oncol¨®gicos costar¨¢n m¨¢s de un mill¨®n de euros por paciente. Nuestras sociedades deber¨¢n decidir si merece la pena pagarlos, advierte el investigador
El onc¨®logo Kevin Harrington (Londres, 61 a?os) lleva d¨¦cadas enfrent¨¢ndose a un enemigo poco conocido y que deja cicatrices muy dif¨ªciles de ocultar. Es el c¨¢ncer de cabeza y cuello, s¨¦ptimo tumor m¨¢s frecuente en Espa?a, con unos 12.500 casos nuevos al a?o. Es curable si se diagnostica a tiempo, pero los pacientes pasan el resto de sus vidas con importantes marcas f¨ªsicas y psicol¨®gicas.
Harrington, especialista en radioterapia del Instituto de Investigaci¨®n del C¨¢ncer de Reino Unido, busca la manera de poder diagnosticar y tratar cuanto antes estos tumores para evitar que vuelvan a aparecer. De visita en Espa?a para ofrecer una conferencia organizada por la Fundaci¨®n CRIS contra el c¨¢ncer, que financia su trabajo, el m¨¦dico habla claro sobre el futuro de los tratamientos oncol¨®gicos, que costar¨¢n m¨¢s de un mill¨®n de euros por paciente, y la creciente dificultad de que estos lleguen a todos los ciudadanos.
Pregunta. Usted usa en combinaci¨®n todas las armas disponibles en la lucha contra el c¨¢ncer: cirug¨ªa, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia ?Son suficientes para ganar la batalla contra el c¨¢ncer?
Respuesta. Muy a menudo usamos la analog¨ªa de la guerra para explicar el c¨¢ncer. Yo mismo hablo de luchar contra el c¨¢ncer y de vencer al c¨¢ncer. Sin embargo, a los pacientes no les gusta nada, porque les convierte en un campo de batalla. A veces les hace pensar que si no se curan es porque no han hecho lo suficiente.
P. ?Qu¨¦ les dice usted a sus pacientes?
R. Que a partir de este momento formamos un equipo. Muchas personas se sienten culpables por tener c¨¢ncer, por ejemplo si fumaban y ten¨ªan hijos o esposa. Es muy importante evitar esa culpa. En el c¨¢ncer que yo trato, el 60% de los diagn¨®sticos se deben al virus del papiloma humano. Buena parte del resto se deben al tabaco. Hay gente que fuma toda la vida y muere de viejo. Otra fuma cinco a?os y desarrolla un c¨¢ncer. Es esencialmente mala suerte. Yo les digo a los pacientes que vamos a intentar solucionar el problema con tratamientos disponibles. He visto pacientes que se disculpan porque no han respondido al tratamiento. En la jerga m¨¦dica incluso decimos que el paciente ha fallado quimioterapia. Es terrible. Lo cierto es que los tratamientos les han fallado a ellos. Es nuestra culpa, no suya.
P. Aun as¨ª ?usted mismo usa la met¨¢fora de la guerra?
R. Es una buena analog¨ªa de c¨®mo funciona la investigaci¨®n en c¨¢ncer. Hay momentos en que rompemos las l¨ªneas enemigas y conseguimos un gran avance, pero despu¨¦s las fuerzas se reconfiguran y volvemos a un punto de estancamiento.
P. ?En qu¨¦ momento estamos ahora?
R. En una de esas fases de par¨¢lisis y frustraci¨®n. Sabemos que la inmunoterapia va a ser nuestra mejor arma contra el c¨¢ncer, probablemente contra la mayor¨ªa de tumores, una vez entendamos c¨®mo usarla bien. Hemos visto enormes avances en melanoma, con m¨¢s de la mitad de los pacientes sobreviviendo a este tumor, cuando antes la mayor¨ªa mor¨ªa al a?o del diagn¨®stico. Pero en c¨¢ncer de cabeza y cuello la tasa de respuesta es del 15%. En otros tumores, es similar. Estamos haciendo prueba y error en busca de tratamientos que mejoren estas tasas. Afortunadamente, ahora podemos hacer biopsias y an¨¢lisis de sangre, saber qu¨¦ est¨¢ pasando con el sistema inmune del paciente e incluso cambiar de tratamiento en funci¨®n de ello.
P. El c¨¢ncer de cabeza y cuello no es uno de los tumores de los que se suele hablar ?Qu¨¦ dificultades presenta?
R. Yo soy especialista en radiaci¨®n oncol¨®gica y este es uno de los tumores m¨¢s dif¨ªciles de tratar con este m¨¦todo. Se debe a la delicada anatom¨ªa de esta regi¨®n y a que los tumores son muy diferentes entre s¨ª. Es muy distinto un tumor en la lengua que en la laringe, aunque a nivel celular sean iguales. La raz¨®n por la que es complicado es que a menudo la cirug¨ªa deja heridas muy visibles. Puede afectar a la voz, y en otros casos es necesario cortar parte de la mand¨ªbula y sustituirla con hueso del brazo. Hay pacientes que dejan de producir saliva, otros pierden el sentido del olfato o el gusto, son incapaces de tragar o quedan con tantas cicatrices que sus hijos peque?os les tienen miedo. Tengo pacientes que evitan salir a la calle para evitar miradas inc¨®modas.
P. ?Qu¨¦ posibilidades de supervivencia tiene?
R. Si se diagnostica pronto, la tasa de curaci¨®n es del 90%. Pero en la mitad de casos se detecta en estados avanzados, y ya solo el 40% de los pacientes se cura; lo que significa que la mayor¨ªa muere antes de cinco a?os. Los n¨²meros han mejorado un poco en los ¨²ltimos a?os, pero no lo suficiente.
P. ?Qu¨¦ nuevo tratamiento est¨¢ investigando?
R. La inmunoterapia. En 2016 ya demostramos que esta es mejor que la quimioterapia en pacientes con tumores de cabeza y cuello recurrentes. Ese primer ensayo lo hicimos con pacientes que se hab¨ªan quedado sin opciones. Y en algunos funcion¨®. Lo que eso nos dice es que podr¨ªamos aplicarla al principio, justo despu¨¦s del diagn¨®stico y curarles sin que el tumor vuelva a aparecer. Ahora la pr¨¢ctica ha cambiado y ya es un tratamiento de primera l¨ªnea.
P. ?Cu¨¢l es el siguiente paso?
R. Hacer que funcione en m¨¢s pacientes. En la actualidad, casi en el 80% de los casos no funciona bien. ?Qu¨¦ combinaci¨®n necesitamos para aumentar la tasa de respuesta? La inmunoterapia puede funcionar como una vacuna para evitar que el tumor vuelva. En los ¨²ltimos a?os hemos hecho varios ensayos en los que hemos fracasado usando inmunoterapia junto a radiaci¨®n y quimio. Ahora hemos vuelto a empezar, dise?ando nuevos ensayos cl¨ªnicos y los estamos llevando a cabo.
P. Algo parecido sucede con otros tipos de tumores.
R. S¨ª, por eso estamos en un periodo de frustraci¨®n. Empezamos a entender por qu¨¦ funcionan los tratamientos en algunos pacientes y qu¨¦ caracter¨ªsticas hacen que un tumor sea m¨¢s vulnerable. Pero a pesar de esto, hay veces que un paciente tiene todas las se?ales de ir a responder y resulta que no lo hace. Tambi¨¦n sucede que otros se curan contra todo pron¨®stico. En realidad no sabemos qu¨¦ patr¨®n hay que buscar. Estamos intentando saber qu¨¦ imagen representa el puzle sin tener todas las piezas. Pero hay un enorme esfuerzo internacional por analizar este problema y en esto la financiaci¨®n de la Fundaci¨®n CRIS nos est¨¢ ayudando mucho. Adem¨¢s, el desarrollo de la inteligencia artificial nos puede ayudar a encontrar patrones que nosotros no podemos ver. Por eso creo que estamos justo a las puertas de una nueva revoluci¨®n en terapias, un nuevo gran avance contra el c¨¢ncer.
P. Hay tumores que no responden a la inmunoterapia.
P. S¨ª. Los de p¨¢ncreas, algunos tipos de colon, el glioblastoma cerebral. Pero yo soy optimista. Creo que vamos a ver nuevas generaciones de inmunoterapias capaces de dirigir el sistema inmune contra el c¨¢ncer y que a su vez se dar¨¢n junto a drogas que atacan directamente al c¨¢ncer. Y si el sistema inmune del paciente no reacciona, tenemos los CAR-T, que nos sirven para reclutar un ej¨¦rcito de c¨¦lulas antic¨¢ncer en el laboratorio y d¨¢rselas al paciente.
P. ?Se pueden mejorar los f¨¢rmacos que atacan directamente a los tumores?
R. S¨ª. Va a haber dos grandes avances. El primero son los f¨¢rmacos conjugados. En el c¨¢ncer de p¨¢ncreas, por ejemplo, hay c¨¦lulas que a¨ªslan al tumor, de forma que el sistema inmune no lo detecta. En estos casos habr¨¢ anticuerpos dise?ados para unirse selectivamente a estas c¨¦lulas y que transportan un f¨¢rmaco de inmunoterapia muy potente. Estos nuevos f¨¢rmacos conjugados van a cambiar para siempre nuestra capacidad de matar a las c¨¦lulas cancerosas. La otra gran arma que viene son anticuerpos que transportan radioactividad directamente a los tumores. Ser¨¢ un tipo de radioactividad ultradirigida con una precisi¨®n equivalente al di¨¢metro de una c¨¦lula. La gran pregunta es c¨®mo combinar estas terapias y que sean tolerables para el paciente. Otro factor es el coste. No son tratamientos baratos y solo estar¨¢n al alcance de sistemas de salud capaces de desembolsar grandes sumas de dinero.
P. ?Teme que solo los m¨¢s privilegiados puedan acceder a los mejores tratamientos oncol¨®gicos?
R. La verdad es que ya vivimos en ese mundo. En nuestros pa¨ªses el presupuesto para salud es finito. Siempre se puede gastar m¨¢s. En el Reino Unido nuestro sistema de salud est¨¢ al l¨ªmite de su capacidad. Si de cara a las pr¨®ximas elecciones un candidato dijese: voy a subir los impuestos para mejorar los tratamientos, probablemente la mayor¨ªa del electorado se opondr¨ªa. Estos nuevos f¨¢rmacos van a aumentar much¨ªsimo la tensi¨®n, porque realmente cuestan un ojo de la cara.
P. ?Cu¨¢nto es eso?
R. M¨¢s de un mill¨®n de euros por paciente. Si gasto ese dinero, salvar¨¦ al paciente, pero son nuestras sociedades las que tendr¨¢n que decidir si se hace o no.
P. ?Le parece justo que una empresa cobre esa suma por cada paciente?
R. No s¨¦ responder, porque no sabemos cu¨¢nto ha costado desarrollar esas terapias. Lo que s¨ª s¨¦ es que el nivel de escrutinio y an¨¢lisis al que est¨¢n sometidas las empresas y los m¨¦dicos en los ensayos cl¨ªnicos es enorme y muy costoso. Cuando las empresas dicen que sus tarifas se deben al enorme gasto en investigaci¨®n y desarrollo, hay que aceptar que algo tiene de cierto. Estas empresas tienen accionistas y deben generar beneficios y fondos para seguir investigando. Si no, se para el flujo de innovaci¨®n. No me gusta necesariamente este sistema, ni su orientaci¨®n capitalista, pero es el motor que mueve el progreso hacia nuevos tratamientos contra el c¨¢ncer.
P. ?Se podr¨ªa pedir m¨¢s de transparencia sobre esos costes?
R. En un mundo ideal, s¨ª. Pero eso tendr¨ªa un impacto negativo en el valor de las acciones de estas empresas, cuyo objetivo principal es servir a sus accionistas.
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