Orly Razgour, experta en murci¨¦lagos: ¡°Nunca me ha mordido un vampiro, de momento¡±
La bi¨®loga brit¨¢nica alerta de un ¡°declive dram¨¢tico¡± en algunas poblaciones de quir¨®pteros, a los que el cambio clim¨¢tico les afecta de maneras diferentes, llegando incluso a la extinci¨®n
En el congreso de murci¨¦lagos que se celebr¨® la semana pasada en Tarragona no fue nada f¨¢cil atrapar a Orly Razgour. La prestigiosa bi¨®loga y et¨®loga de la Universidad de Exeter (Gran Breta?a) ha sido una de las participantes m¨¢s ocupadas de este masivo encuentro internacional que ha congregado a 400 estudiosos de 45 pa¨ªses, m¨¢s de la mitad mujeres. En el 16? European Bat Research Symposium (EBRS) ¡ªsu denominaci¨®n oficial¡ª, Razgour ha pronunciado una de las conferencias principales (sobre el uso de la gen¨®mica en la conservaci¨®n de los murci¨¦lagos), ha hecho de moderadora en las mesas redondas y tratado de seguir el m¨¢ximo posible del torrente de comunicaciones. As¨ª que ha habido que entrevistarla en la pausa para un caf¨¦, colocando dos sillas en un pasillo y mientras los congresistas pasaban corriendo con un rumor de vuelo y agitar de patagios. La investigadora, de 47 a?os, nacida en Londres aunque luego vivi¨® en Israel hasta los 18 a?os, es una cient¨ªfica de a¨²pa, pero algo de ella parece bajo el influjo de las oscuras criaturas que estudia. Ayudan a crearle un aura enigm¨¢tica, casi g¨®tica, los tatuajes que le cubren el brazo derecho y parte del izquierdo, la camiseta negra con un murci¨¦lago estampado y una mirada profunda y escudri?adora.
Pregunta. ?C¨®mo se mete uno a trabajar con murci¨¦lagos?
Respuesta. Habr¨¢ aqu¨ª en el congreso tantas respuestas como participantes. En mi caso fue por casualidad. Hice un proyecto de investigaci¨®n sobre ellos y me fascinaron. Hay razones objetivas para que te interesen, por supuesto: juegan un papel ecol¨®gico de primer orden como polinizadores, esparcidores de semillas y controladores de insectos, se adaptan a todas partes, responden a retos. Evaluar c¨®mo lo hacen a los cambios que provocamos, como el clim¨¢tico, ver c¨®mo les afectan, es apasionante.
P. ?Tiene alguna especie favorita de las m¨¢s de 1.450 que hay?
R. Es dif¨ªcil de decir. Cada murci¨¦lago es fascinante a su manera. El orejudo gris, el ratonero ib¨¦rico, el murci¨¦lago de bosque¡, las especies con las que trato m¨¢s.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s interesante que se est¨¢ haciendo en el campo de los murci¨¦lagos?
R. En el congreso hemos visto mucho y muy interesante sobre comportamiento, la interrelaci¨®n entre ellos y de ellos con nosotros, los estudios filogen¨¦ticos son muy importantes para entender su evoluci¨®n. Y, claro, las enfermedades y su impacto en los murci¨¦lagos, c¨®mo les afectan a ellos y de qu¨¦ manera son agentes transmisores.
P. ?Ha provocado la pandemia un retroceso en la consideraci¨®n social sobre los murci¨¦lagos? Bastante mal se los ve¨ªa, solo les faltaba eso.
R. En cierto sentido s¨ª. Pero son los cambios ambientales que provocamos los humanos los que en realidad crean el peligro, para nosotros y para los murci¨¦lagos.
P. Se ha se?alado que los murci¨¦lagos nos muerden bastante.
R. Me sorprende que diga eso, porque viven vidas muy ajenas a las nuestras. B¨¢sicamente, porque viven de noche y vuelan. Si los coges te pueden morder, claro, como cualquier animal. Pero no tienen una inclinaci¨®n a hacerlo, no van a por nosotros, puede estar tranquilo.
P. Les morder¨¢n mucho a ustedes que los manipulan.
R. A veces. Hay que tomar precauciones, existen unos protocolos de seguridad. Usar el equipo adecuado, guantes, saber c¨®mo cogerlos.
P. En mi casa reside uno, vuela de lado a lado del sal¨®n.
R. No hay ning¨²n peligro, aproveche para observarlo, son animales muy interesantes.
P. ?Pueden convertirse en mascotas?
R. Ning¨²n animal salvaje deber¨ªa serlo.
P. ?Desarrollan ustedes un aprecio especial por los murci¨¦lagos?
R. Como por cualquier animal con el que vives y trabajas. De nuevo, cada investigador dar¨¢ una raz¨®n para ese sentimiento: muchos por el amor gen¨¦rico hacia la naturaleza.
P. ?Por qu¨¦ cree que tradicionalmente se los ha visto de manera tan negativa a los murci¨¦lagos?
R. Como dir¨ªa Patti Smith, because the night. Porque son los amos de la noche y se los asocia con ella, el miedo que producen es el miedo a la oscuridad. Pero no tiene ninguna base real.
P. Bueno, est¨¢n los vampiros.
R. Nada que ver con los mitos y fantas¨ªas. Solo hay tres especies de esos murci¨¦lagos hemat¨®fagos, y de ellas solo una se alimenta regularmente de sangre de mam¨ªferos, el vampiro com¨²n. Es muy raro encontrar a una persona a la que haya mordido un vampiro.
P. Pues a mi madre le mordi¨® uno de ni?a, en Venezuela. En el labio.
R. Vaya [mira a su interlocutor con renovado inter¨¦s].
P. ?Ha tratado con ellos, con los vampiros?
R. S¨ª, en Costa Rica, los he manipulado, pero nunca me ha mordido uno, de momento.
P. ?En qu¨¦ estado se encuentran los murci¨¦lagos?
R. Vemos un declive dram¨¢tico en algunas poblaciones, lo que es muy mala noticia. En general depende de cada especie. El cambio clim¨¢tico les est¨¢ afectando de maneras diferentes. Pero hay motivos de preocupaci¨®n. Algunos ya se han extinguido, como el murci¨¦lago de la Isla de Navidad (Pipistrellus murrayi), de Australia, al que no se le ve desde 2009. Otro problema grande son los gatos.
P. No parece que los murci¨¦lagos sean f¨¢ciles de pillar.
R. Hay gatos que se convierten en grandes especialistas en cazarlos. Desde los tejados.
P. La vida del investigador de murci¨¦lagos ha de ser aventurera, ?no?
R. Depende de la especie que estudies, si es una que vive lejos o en cuevas m¨¢s.
P. M¨¢s de la mitad de los participantes en el congreso son mujeres.
R. Desgraciadamente las mujeres siguen teniendo una presencia reducida en el mundo de la ciencia, sobre todo en los puestos altos, pero en el campo del estudio de los murci¨¦lagos se ha hecho un esfuerzo por promoverlas y darles visibilidad, y el congreso refleja eso.
P. Su nombre, Orly Razgour, suena algo inquietante, un poco transilvano si se pronuncia con acento de Bela Lugosi, la verdad.
R. Es cierto que es raro. El apellido se lo invent¨® mi abuelo polaco que era artista, es ¨²nico en el mundo, solo lo lleva mi familia.
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