Caso Corchado: autonom¨ªa universitaria o impunidad
La controversia que involucra al rector de la Universidad de Salamanca pone de manifiesto los defectos del sistema de investigaci¨®n que rige a los acad¨¦micos
Que el juego de fuerzas se inclina del lado de la direcci¨®n en cualquier instituci¨®n es algo aparentemente natural, dentro de ciertos l¨ªmites. En el caso de la universidad espa?ola p¨²blica, el principio de autonom¨ªa puede entrar en contradicci¨®n con los de transparencia y rendici¨®n de cuentas, fundamentales en una instituci¨®n p¨²blica. Esto sucede cuando las leyes no logran poner barreras que frenen la manipulaci¨®n, es decir, cuando las condiciones formales permiten que los candidatos a rector tejan redes clientelares que les permitir¨¢n, de facto, controlar los ¨®rganos de gobierno. Esto explica el oneroso caso actual de la Universidad de Salamanca (USAL), donde su rector, Juan Manuel Corchado, ha sido acusado por distintos medios, nacionales e internacionales, de malas pr¨¢cticas.
Cuando el Comit¨¦ Espa?ol de ?tica de la Investigaci¨®n insta a la USAL a que investigue el caso, pasa lo esperado, que la comisi¨®n creada al efecto no re¨²ne los requisitos m¨ªnimos de imparcialidad, por lo que sus conclusiones son exculpatorias. Es verdad que en las sociedades transparentes, la libertad de expresi¨®n y sus veh¨ªculos tecnol¨®gicos impulsan una suerte de control social informal que hace que muchas infracciones se evidencien, como cuando nos hacen una foto por correr m¨¢s de la cuenta en la carretera. Pero entonces, ?c¨®mo es posible que, ante las pruebas publicadas, buena parte de los miembros de esta comunidad universitaria las ignoren o las nieguen?
Cuando alguien me hace esa pregunta le recuerdo que hay gente que niega el Holocausto y la covid-19. Tambi¨¦n los hay, y no pocos, que creen que el mort¨ªfero virus fue planificado por ciertos gobiernos. ?Por qu¨¦ habr¨ªa de sorprendernos entonces, que en el medio salmantino m¨¢s le¨ªdo, su director comience un art¨ªculo diciendo que ¡°alg¨²n d¨ªa sabremos a qu¨¦ responde la inquina del Gobierno de Pedro S¨¢nchez y de sus excrecencias medi¨¢ticas contra el rector de la Universidad de Salamanca¡±, a pesar de las retractaciones de art¨ªculos de revistas internacionales y de los informes acusatorios de investigadores independientes?
Algunos dicen que este caso es digno de atenci¨®n porque pone de manifiesto los defectos del sistema de investigaci¨®n que rige nuestras vidas como acad¨¦micos, basado en la competencia por acumulaci¨®n de citas. Siendo cierto, creo que refleja problemas m¨¢s hondos. Remite a una crisis global de la ¨¦tica de la responsabilidad, causada por m¨²ltiples factores y que toma la forma de la polarizaci¨®n radicalizada entre alianzas de subsistemas sociales diferentes.
En este affaire, se ha puesto claramente de manifiesto el contubernio de actores del mundo pol¨ªtico, medi¨¢tico, empresarial y acad¨¦mico, tanto en el ¨¢mbito local como en el regional. Sirva como bot¨®n de muestra, aparte de la cita recogida, la actitud de la Junta de Castilla y Le¨®n, a quien pertenecen las competencias en materia de educaci¨®n. Me pregunto si suceder¨ªa lo mismo en Catalu?a, por poner un ejemplo. ?Guardar¨ªan all¨ª las autoridades responsables un silencio tan clamoroso que hace sonrojar a la misma complicidad? ?Es que sigue siendo cierto aquello de que ¡°ancha es Castilla¡±, sobre todo la carpetovet¨®nica?
Parece que nuestro bendito Unamuno dijo que esta universidad ¡ªsupongo que se puede aplicar a todas¡ª era el templo de la sabidur¨ªa, siendo el rector, que en aquel momento era ¨¦l mismo, su sumo sacerdote. Un siglo m¨¢s tarde tenemos a un rector que no parece ser sabio, porque no rectifica. Antes al contrario, parece actuar como lo hac¨ªan los perseguidos por la justicia en la Edad Media al refugiarse en los templos, acogi¨¦ndose a lo sagrado. Tenemos despu¨¦s a una parte del profesorado en cuyos rostros y conversaciones no veo asomar una pizca de preocupaci¨®n por el tema. Otros, y no precisamente por estar pendientes de sus plazas, confiesan miedo, haciendo que se revuelvan en sus tumbas sus maestros encarcelados por Franco.
Luego est¨¢n los estudiantes, cuyo silencio surte el mismo efecto en los cementerios ¡ªo en los sof¨¢s, si est¨¢n vivos¡ª entre aquellos de sus compa?eros que se la jugaron en Mayo del 68. Queda por fin un peque?o grupo, que no s¨¦ si aumenta o disminuye, de colegas que nos sentimos indignados e impotentes, pillados en la trampa de la autonom¨ªa universitaria, rogando al esp¨ªritu de Unamuno que nos infunda fuerzas para creer en sus palabras: ¡°Mi religi¨®n es buscar la verdad en la vida y la vida en la verdad, aun a sabiendas de que no he de encontrarlas mientras viva¡±.
Fernando Gil Villa es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa en la Universidad de Salamanca y coordinador del Plan Estrat¨¦gico de la USAL 2020-23.
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