William Shakespeare y el cero patatero
El autor ingl¨¦s, fascinado por la nada, llev¨® el mundo de las part¨ªculas subat¨®micas hasta ¡®La tragedia del Rey Lear¡¯
William Shakespeare sinti¨® atracci¨®n hacia el vac¨ªo; su intuici¨®n po¨¦tica lo llev¨® a predecir las fluctuaciones del vac¨ªo cu¨¢ntico que contienen los ¨¢tomos. Porque la nada de Shakespeare, al igual que el vac¨ªo cu¨¢ntico, no est¨¢ realmente vac¨ªa. Por decirlo de una manera cient¨ªfica: Shakespeare consigue que la ausencia se haga presente en las ondas electromagn¨¦ticas fluctuantes del discurso de sus personajes. Y esto lo pone de relieve en La tragedia del Rey Lear.
¡°Nada puede surgir de la nada¡±, le dice el rey Lear a su hija Cordelia, tomando prestada una frase atribuida a Parm¨¦nides para indicar un principio metaf¨ªsico que convierte la palabra ¡°nada¡± en un momento tenso de la escena. En otro momento de la misma obra, el buf¨®n le pregunta al rey Lear: ¡°?T¨² puedes hacer algo de nada, abuelo? A lo que el rey Lear contesta: ¡°No, muchacho: de nada no sacas nada¡±. Y en otro momento, el buf¨®n le dice al rey Lear: ¡°Pero ahora eres un cero pelado. Yo soy m¨¢s que t¨²: soy un buf¨®n; t¨² no eres nada¡±, identificando as¨ª la nada con el n¨²mero cero.
El matem¨¢tico ingl¨¦s Daniel Tammet (1979) dedica un cap¨ªtulo a Shakespeare en La poes¨ªa de los n¨²meros (Blackie), un libro donde nos viene a decir que tanto Shakespeare como sus contempor¨¢neos ¡°pertenec¨ªan a una de las primeras generaciones de escolares ingleses¡± que empezaban a representar la nada con la letra O, d¨¢ndole el nombre de ¡°cero¡±. Condicionado por dicha apreciaci¨®n aritm¨¦tica, Shakespeare se sirvi¨® del cero para representar el estado de vac¨ªo donde se asienta la materia.
De esta manera, gracias al cero, la nada se hizo tangible y tambi¨¦n se hizo ¨²til a la hora de vivir en la incertidumbre. El juego de palabras se pondr¨ªa en marcha para conseguir un discurso s¨®lido, donde la complejidad de la materia quedase reflejada, de manera sencilla, en cada l¨ªnea de di¨¢logo a la hora de expresar categor¨ªas como son la vejez y los delirios del rey Lear.
En tiempos de Shakespeare (1564-1616), el manual que se utilizaba para aprender aritm¨¦tica era el de Robert Recorde titulado The Grounds of Arts, cuyo texto remite al formato de un di¨¢logo entre el alumno y el profesor, facilitando as¨ª el aprendizaje de la aritm¨¦tica. Robert Recorde naci¨® en Tenby, en 1510, y muri¨® en Londres, en 1558, en la prisi¨®n de King¡¯s Bench. Adem¨¢s de matem¨¢tico, fue profesor en Oxford y tambi¨¦n m¨¦dico de la Casa Real. Termin¨® siendo acusado de impagos por sus adversarios pol¨ªticos y no pudo superar la condena.
Pero si hay algo por lo que Recorde pasar¨¢ a la Historia de las matem¨¢ticas fue por haber ideado el signo igual (=). Apareci¨® en su tratado The Whetstone of Witte, publicado un a?o antes de su muerte y Recorde lo ide¨® ¡°para evitar la tediosa repetici¨®n de las palabras: ¡°es igual a¡±, estableciendo de esta manera tan pr¨¢ctica ¡°un par de paralelas o l¨ªneas gemelas de un ancho, porque no hay dos cosas que puedan ser m¨¢s iguales¡±. Con tal resoluci¨®n, Recorde consigui¨® crear un s¨ªmbolo universal para indicar la igualdad matem¨¢tica.
Ahora volvamos a Shakespeare para rematar esta pieza, pues si el Cisne de Avon se identificaba con el vac¨ªo, no era por otra cosa que por la fascinaci¨®n que le transmit¨ªa la nada cuando se rebelaba contra s¨ª misma y originaba la materia de la que est¨¢n hechos los sue?os.
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