D¨ªas de Reyes imposibles de recordar, ?por qu¨¦ el cerebro olvida las primeras memorias infantiles?
La neurociencia ha encontrado una explicaci¨®n a la causa de la amnesia infantil, que se da en la inmensa mayor¨ªa de las personas y tambi¨¦n en animales
El d¨ªa de Reyes es m¨¢gico para los peque?os. Aunque la emoci¨®n es el principal mecanismo que tiene el cerebro para formar memorias indelebles, la inmensa mayor¨ªa de los adultos no recordamos las experiencias sentimentales de ese d¨ªa, ni las igualmente impactantes que pudieron ocurrir en nuestra remota infancia y edad preescolar. Mi nieta recibi¨® de regalo de Reyes un carrito con el que luego dio sus primeros pasos, pero no ser¨¢ ella, sino yo, el que recuerde ese d¨ªa. De mi propio mejor regalo de Reyes, un triciclo, tengo noticia no porque lo recuerde, sino porque mi benefactor, el padre de mi mejor amigo, me lo explic¨® muchas veces creando en mi imaginaci¨®n una falsa memoria de ese suceso. Las fotos y filmaciones tambi¨¦n ayudan a formar ese tipo de memorias retroactivas inventadas.
La ciencia siempre se ha preguntado por qu¨¦ no recordamos las experiencias de los primeros a?os de vida. En 1893, la psic¨®loga norteamericana Carolina Miles en un art¨ªculo en el American Journal of Psychology trat¨® por primera vez de la incapacidad de las personas adultas para recordar hechos de su vida ocurridos antes de los tres o cuatro a?os, pero fue m¨¢s tarde, en 1935, cuando Sigmund Freud se refiri¨® a ese olvido como amnesia infantil, atribuy¨¦ndolo a una represi¨®n mental sobre eventos de naturaleza psicosexual traum¨¢tica. Algo as¨ª como no querer recordar cosas malas que nos ocurrieron en esos primeros a?os.
El fen¨®meno es universal. Es decir, se da en la inmensa mayor¨ªa de las personas, e incluso en animales, aunque con diferencias individuales y de grupo en su retroactividad, que puede llegar hasta los cinco o seis a?os en las personas. Entre las explicaciones cient¨ªficas m¨¢s consistentes de la amnesia infantil est¨¢n las que sugieren que las experiencias se olvidaron porque no fueron almacenadas con suficiente consistencia, al ser el cerebro de entonces inmaduro, o las que sugieren que la aumentada neurog¨¦nesis infantil, es decir, la promoci¨®n de nuevas neuronas en ese tiempo podr¨ªa borrarlas.
Una explicaci¨®n diferente es la que postula que lo que falla no es tanto el almacenamiento mismo de las experiencias tempranas como el mecanismo de su acceso y evocaci¨®n; es decir, la capacidad de recordarlas. En relaci¨®n con esta hip¨®tesis, un equipo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology y la Universidad de Harvard logr¨® poner de manifiesto que la amnesia infantil se da tambi¨¦n en ratas adultas, lo que ha permitido una indagaci¨®n en su origen biol¨®gico: como era de esperar, va m¨¢s all¨¢ de las atrevidas hip¨®tesis psicoanal¨ªticas freudianas.
Para ello, los investigadores utilizaron un aprendizaje llamado de evitaci¨®n inhibitoria en el que los animales inhiben su conducta instintiva, dejando de entrar en un compartimento oscuro en el que previamente han recibido una descarga el¨¦ctrica. De ese modo observaron que las ratas de solo 17 d¨ªas de vida olvidaban r¨¢pidamente haber sufrido esa experiencia y volv¨ªan a entrar en el compartimento oscuro, como si hubieran olvidado que all¨ª pasaba algo malo. Pero, sorprendentemente, los investigadores comprobaron tambi¨¦n que esa memoria pod¨ªa ser exitosamente recuperada por una simple descarga el¨¦ctrica posterior que, sin necesidad de repetir la experiencia original, actuaba como un recordatorio. De ese modo confirmaron la hip¨®tesis de la incapacidad de recordar como explicaci¨®n de la amnesia infantil.
M¨¢s a¨²n, los investigadores descubrieron que las memorias infantiles se almacenan en el hipocampo dorsal de las ratas, pues cuando se impide farmacol¨®gicamente el funcionamiento de esa parte del cerebro ya no es posible recuperar con recordatorios las memorias adquiridas tempranamente. Tambi¨¦n, manipulando las mol¨¦culas qu¨ªmicas implicadas en el almacenamiento de la experiencia (como el factor neurotr¨®fico BDNF o receptores del neurotransmisor glutamato), fueron capaces de clausurar la amnesia en las ratas de 17 d¨ªas y hacer que su memoria para la experiencia traum¨¢tica se expresara mucho tiempo despu¨¦s de haber tenido lugar, particularmente en los animales de 24 d¨ªas de vida.
Recuperar los recuerdos infantiles
De todo ello podemos deducir, adem¨¢s del importante papel del hipocampo de los mam¨ªferos en la formaci¨®n de memorias infantiles tempranas, que esas memorias no est¨¢n perdidas sino almacenadas como trazas latentes (y quiz¨¢ tambi¨¦n l¨¢biles), que pueden ser posteriormente recuperadas. No resulta descabellado pensar, por tanto, que las memorias ocurridas antes de los tres o cinco a?os de vida, tambi¨¦n las conservamos los humanos, aunque modificadas por experiencias posteriores de similar o complementaria naturaleza.
Algo diferente es la relativa importancia que pudieran tener esas memorias en la vida de los adultos. La memoria, en general, adem¨¢s de dar a nuestras vidas un sentido de continuidad, es instructiva en lo que se refiere a recordar no solo lo que nos interesa, sino tambi¨¦n lo que es bueno y lo que es malo. Aunque nos sirvieran de algo de todo eso las memorias infantiles, la evoluci¨®n biol¨®gica no parece haberlo tenido en cuenta, por lo menos en lo que se refiere a su recuerdo consciente.
Materia gris es un espacio que trata de explicar, de forma accesible, c¨®mo el cerebro crea la mente y controla el comportamiento. Los sentidos, las motivaciones y los sentimientos, el sue?o, el aprendizaje y la memoria, el lenguaje y la consciencia, al igual que sus principales trastornos, ser¨¢n analizados en la convicci¨®n de que saber c¨®mo funcionan equivale a conocernos mejor e incrementar nuestro bienestar y las relaciones con las dem¨¢s personas.
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