?A qu¨¦ lugar del cielo apuntan los grandes telescopios?
El proceso que define la ciencia que se har¨¢ con estas grandes instalaciones es complejo e involucra a toda la comunidad cient¨ªfica
El objetivo principal que se persigue al construir un observatorio y lanzarlo a millones de kil¨®metros de distancia de la Tierra o colocarlo en la cumbre de las monta?as m¨¢s altas de nuestro planeta es simple: comprender el universo y nuestro lugar en ¨¦l. Pero, ?por d¨®nde empezar con tan sublime tarea?, ?hacia d¨®nde apuntamos los telescopios para descifrar los grandes enigmas?
El cielo visto desde un telescopio profesional es muy grande. Tengamos en cuenta que estamos utilizando, en muchos casos, el instrumento para ampliar, para hacer un zoom. Para entenderlo nos basta con un dato. La ic¨®nica imagen profunda del Hubble se tom¨® utilizando 10 d¨ªas de tiempo de telescopio. Observar la esfera celeste con la misma sensibilidad, requerir¨ªa la friolera de 900,000 a?os. Esto es obviamente inviable. Hay que tomar decisiones acerca de hacia d¨®nde y por cu¨¢nto tiempo se apunta con estos grandes instrumentos. Para ser eficientes, tenemos que ser inteligentes.
La cuesti¨®n es c¨®mo se decide qu¨¦ es lo importante, o lo m¨¢s importante, o cu¨¢l es la pregunta m¨¢s urgente a resolver cuando estamos tratando de utilizar recursos tan escasos como el tiempo disponible de un telescopio. El mecanismo que casi todos los grandes observatorios internacionales han implementado consiste en una toma de decisiones que involucra a toda la comunidad cient¨ªfica. Primero los observatorios se encargan de seleccionar un comit¨¦ de expertos formado por miembros de la comunidad astron¨®mica que ser¨¢n los encargados de hacer de ¨¢rbitros, de jueces. Estas personas tienen que demostrar su integridad, declarar cualquier conflicto de inter¨¦s que pueda causar sesgos en el proceso y permanecer an¨®nimas en muchos casos.
Despu¨¦s se invita a la comunidad astron¨®mica a enviar propuestas. Los observatorios terrestres, por ejemplo el del Roque de los Muchachos o el de La Silla, lo hacen en general dos veces al a?o: en oto?o y primavera. Los observatorios espaciales como HST o JWST lo hacen una vez al a?o. Y en la proximidad de esas fechas mejor no pedirle nada a un astr¨®nomo observacional, porque estar¨¢ enfrascada en una actividad fren¨¦tica de c¨¢lculos, estimaciones, contactos con colegas y discusiones que no dejar¨¢n apenas tiempo para nada m¨¢s, incluso robando algunas horas de sue?o. Este mes, por ejemplo, no dormiremos bien hasta que pase la fecha l¨ªmite de entrega de las propuestas de JWST el 27 de enero. La idea es hacer propuestas ambiciosas, claras y atractivas, cient¨ªficamente viables y que tengan la capacidad de responder una pregunta importante para que sean competitivas. Y a pesar de la profesionalidad de la tarea, los observatorios siempre muestran las mismas gr¨¢ficas: la inmensa mayor¨ªa de las propuestas se env¨ªan pocas antes del cierre del plazo. Somos humanos, aunque nos dediquemos a contemplar la inmensidad.
El comit¨¦ seleccionado por el observatorio revisa las propuestas enviadas y establece una clasificaci¨®n basada fundamentalmente en la importancia de la ciencia y la adecuaci¨®n de la instrumentaci¨®n a la tarea. Los miembros elaboran sus informes de forma independiente y no revisan sus propias propuestas ni las de sus colaboradores cercanos. As¨ª se elabora un listado de aquellas que pasan el examen y por supuesto de las que no. La tasa de ¨¦xito de este proceso no es muy alta, t¨ªpicamente es seleccionada una de cada siete, diez, o doce propuestas, seg¨²n el a?o y el telescopio. Las propuestas seleccionadas definen no solo las regiones del cielo que ser¨¢n escudri?adas en busca de informaci¨®n sino tambi¨¦n por cu¨¢nto tiempo y c¨®mo. Esos ser¨¢n los lugares que nos ayudar¨¢n a avanzar en nuestro conocimiento.
El proceso, a pesar de su eficiencia probada y de que ha sido depurado con los a?os, no est¨¢ exento de sesgos. Algunos son obvios y est¨¢n medidos: los procesos de selecci¨®n perjudican a las mujeres y a los investigadores j¨®venes. Pero otros dependen de la honestidad de los ¨¢rbitros que eval¨²an las propuestas y se toma mucho cuidado en identificarlos por parte de los observatorios como por ejemplo, participar en propuestas que compiten directamente con la ciencia que se est¨¢ evaluando.
Hace unos pocos a?os NASA introdujo un sistema de revisi¨®n de ¡°doble ciego¡±, en el que ni el proponente ni el revisor saben qui¨¦n es el otro. La idea era tratar de reducir los prejuicios que todos tenemos, consciente o inconscientemente, a pesar de dedicarnos al noble arte de lo racional y de las medidas objetivas. Quiz¨¢s precisamente por deformaci¨®n profesional se ha identificado a la comunidad cient¨ªfica entre las m¨¢s reacias a reconocer sus irracionalidades. El caso es que una vez introducido este sistema de revisi¨®n se mide que se han reducido los prejuicios de g¨¦nero y de otro tipo en la evaluaci¨®n de las solicitudes de tiempo de observaci¨®n en los telescopios espaciales de la agencia. Por ejemplo, algunas de las propuestas m¨¢s exitosas proceden de astr¨®nomos a los que no se les hab¨ªa concedido tiempo de observaci¨®n anteriormente.
Este es el modo en que los observatorios garantizan la calidad de la ciencia que saldr¨¢ de los telescopios. As¨ª se seleccionaron el a?o pasado por ejemplo los programas que adjudicaron las aproximadamente 6000 horas de tiempo disponible para la comunidad cient¨ªfica del JWST o las 3000 ¨®rbitas de Hubble, o las 180 noches de GRANTECAN. Observaciones de planetas, discos, galaxias, agujeros negros supermasivos, n¨²cleos activos de galaxias, asteroides, cometas que nos ayudar¨¢n a entender un poco mejor el universo y quiz¨¢s, si tenemos suerte, nuestro lugar en ¨¦l.
Vac¨ªo C¨®smico es una secci¨®n en la que se presenta nuestro conocimiento sobre el universo de una forma cualitativa y cuantitativa. Se pretende explicar la importancia de entender el cosmos no solo desde el punto de vista cient¨ªfico sino tambi¨¦n filos¨®fico, social y econ¨®mico. El nombre ¡°vac¨ªo c¨®smico¡± hace referencia al hecho de que el universo es y est¨¢, en su mayor parte, vac¨ªo, con menos de un ¨¢tomo por metro c¨²bico, a pesar de que en nuestro entorno, parad¨®jicamente, hay quintillones de ¨¢tomos por metro c¨²bico, lo que invita a una reflexi¨®n sobre nuestra existencia y la presencia de vida en el universo. La secci¨®n la integran Pablo G. P¨¦rez Gonz¨¢lez, investigador del Centro de Astrobiolog¨ªa; Patricia S¨¢nchez Bl¨¢zquez, profesora titular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM); y Eva Villaver, investigadora del Centro de Astrobiolog¨ªa.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.