Un paso adelante imprescindible
Esta ley, tan esperada y bienvenida, es solo uno de los primeros pasos de un largo y dif¨ªcil camino por recorrer
La Ley de Cambio Clim¨¢tico y Transici¨®n Energ¨¦tica est¨¢ a punto de completar su dilatado y trabajoso proceso de elaboraci¨®n. Es una buena noticia y hay que felicitar y agradecer a los muchos que, desde hace a?os, han sumado considerables esfuerzos para llegar a esta meta. Porque se trata de una ley imprescindible ante quiz¨¢ el principal desaf¨ªo al que se enfrenta nuestra sociedad en las pr¨®ximas d¨¦cadas, y no solo porque las vulnerabilidades espa?olas ante los impactos del cambio clim¨¢tico sean inmensas.
El retraso con el que completamos este desarrollo legislativo refleja nuestras dificultades hist¨®ricas para afrontar la mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico que, en s¨ª mismas, tambi¨¦n justifican la necesidad de aprobar esta ley sin dilaci¨®n porque contamos con un margen de maniobra cada vez menor. La aparente falta de ambici¨®n de la ley en t¨¦rminos de objetivos de reducci¨®n de emisiones (en cualquier caso, alineados con los compromisos de la UE para con el Acuerdo de Par¨ªs) es, de hecho, consecuencia de la inacci¨®n de d¨¦cadas que permiti¨® alcanzar un m¨¢ximo de emisiones en 2007, mucho despu¨¦s que otros pa¨ªses de nuestro entorno. El esfuerzo de reducci¨®n necesario ahora y los costes asociados son por tanto mucho m¨¢s elevados. Esta ley, con sus objetivos de largo plazo, es necesaria precisamente para dar se?ales estables y robustas a los agentes econ¨®micos, de forma que se aprovechen todas las din¨¢micas empresariales y de innovaci¨®n en el corto intervalo que resta.
Ahora bien, la ley, aunque necesaria, no es suficiente. Los objetivos a largo plazo deben acompa?arse con mensajes claros a los inversores, empresas o consumidores. En este sentido, como economistas ambientales, lamentamos la ausencia en el articulado de una referencia expl¨ªcita a los precios de carbono como motor fundamental para una reducci¨®n eficiente de emisiones. Es cierto que una disposici¨®n adicional menciona la necesidad de considerar la fiscalidad verde dentro de futuras reformas fiscales, que esperemos sea capaz de trasladar este poderoso instrumento a todos los sectores emisores de gases de efecto invernadero. Porque ser¨¢ fundamental conseguir resultados decisivos no solo en el sector el¨¦ctrico o el transporte, en los que en ocasiones la ley hace propuestas excesivamente detalladas, sino tambi¨¦n en ¨¢reas poco mencionadas en ella: agricultura, industria y turismo, por poner solo unos ejemplos sumamente relevantes dentro del tejido econ¨®mico espa?ol.
Esta es, pues, una ley general que ha de ser desarrollada de forma intensa a lo largo de esta d¨¦cada. Solo as¨ª podremos aspirar a cumplir los objetivos marcados para 2030 y ponernos en la senda de una sociedad neutra en carbono a 2050. De c¨®mo se lleven a cabo estos desarrollos depender¨¢ no solo poder alcanzar los objetivos de reducci¨®n a costes razonables, sino tambi¨¦n poder aprovechar todas las oportunidades que brinda la transici¨®n ecol¨®gica en t¨¦rminos de innovaci¨®n y competitividad de nuestra econom¨ªa o de creaci¨®n de empleo, y lograr as¨ª que no se quede nadie atr¨¢s. Congratul¨¦monos pues de esta ley tan esperada y bienvenida, pero seamos conscientes de que es solo uno de los primeros pasos de un largo y dif¨ªcil camino por recorrer.
Xavier Labandeira y Pedro Linares son los directores de Economics for Energy y catedr¨¢ticos en las universidades de Vigo y Pontificia Comillas.
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