La sequ¨ªa lleva al Gobierno de Brasil a recomendar reducir el aire acondicionado y las duchas calientes
La hist¨®rica falta de lluvia ha mermado la producci¨®n de energ¨ªa hidroel¨¦ctrica, obligado a importar suministro y elevado la factura de la luz
La falta de lluvias en el sur de Brasil agrava la peor sequ¨ªa de su historia y ha obligado al Gobierno de Jair Bolsonaro a recomendar medidas concretas para moderar el consumo. El anuncio realizado por el ministro de Minas y Energ¨ªa, Bento Albuquerque, fue televisado este martes por todos los canales justo antes del informativo nocturno, lo que da idea de la gravedad del asunto. Prometi¨® que la Administraci¨®n, que es gigantesca, reducir¨¢ un 20% el consumo y pidi¨® gestos concretos a sus 210 millones de compatriotas: ¡°Aprovechen la luz natural, y, preferiblemente, dejen para las ma?anas y los fines de semana las duchas calientes, el aire acondicionado y la plancha¡±.
Brasil se declar¨® en emergencia h¨ªdrica en mayo, pero la temporada de lluvias en el sur ha sido menos copiosa de lo previsto. Y se espera que la crisis persista a¨²n unos meses hasta el cambio de estaci¨®n. Solemne, el ministro Albuquerque declar¨®: ¡°Regreso hoy para informarles de que nuestras condiciones hidroenerg¨¦ticas han empeorado¡±. El asunto es pol¨ªticamente delicado para Bolsonaro que es reacio a imponer restricciones porque no quiere que la sequ¨ªa y sus consecuencias entorpezcan sus planes de ser reelecto el a?o que viene.
El epicentro de la crisis est¨¢ en el sur y el sudeste de este pa¨ªs de territorio continental, pero sus efectos se sienten en otras regiones. La preocupaci¨®n es regional. Argentina decret¨® a finales de julio emergencia h¨ªdrica por seis meses. El r¨ªo Paran¨¢, que es el segundo m¨¢s extenso de Sudam¨¦rica, nace en Brasil, cruza Paraguay y desemboca en Argentina, corre con el caudal m¨¢s bajo en las ¨²ltimas siete d¨¦cadas.
En tono did¨¢ctico, el titular de Minas y Energ¨ªa brasile?o explic¨® el calibre del problema: la falta de lluvias ha mermado tanto las reservas en las centrales hidroel¨¦ctricas que sufren un d¨¦ficit equivalente ¡°al consumo de una ciudad del tama?o de R¨ªo de Janeiro durante cinco meses¡±. R¨ªo, con sus m¨¢s de siete millones de habitantes, es el segundo municipio m¨¢s poblado.
La crisis tiene ya repercusiones econ¨®micas graves en Brasil, cuyo PIB ha ca¨ªdo un 0,1% en el segundo trimestre. Como las hidroel¨¦ctricas son la primera fuente de energ¨ªa del gigante sudamericano, ha tenido que echar mano de las centrales termoel¨¦ctricas e importar electricidad de los pa¨ªses vecinos, lo que encarece los costes y dispara la factura.
El Gobierno de Bolsonaro enmarca la actual crisis h¨ªdrica en fen¨®menos naturales y recalca que otros pa¨ªses est¨¢n sufriendo problemas similares, intentando desvincular la grave situaci¨®n del calentamiento global o la emergencia clim¨¢tica. De todos modos, el ministro Albuquerque reconoci¨® que la soluci¨®n no est¨¢ solo en manos de los consumidores: ¡°Adem¨¢s de nuestro empe?o, necesitamos lluvia¡±.
En el horizonte existen datos preocupantes para el medioambiente mundial. Brasil ¡ªla principal reserva h¨ªdrica del mundo¡ª ha visto secarse en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas el 15% del territorio que estaba cubierto por agua dulce. Han pasado de 19 millones de hect¨¢reas a 16 millones, seg¨²n un reciente informe del proyecto MapBiomas basado en la comparaci¨®n de im¨¢genes de sat¨¦lite.
El cambio clim¨¢tico, la deforestaci¨®n, la construcci¨®n de hidroel¨¦ctricas y las enormes cantidades de agua que requiere el agronegocio ¡ªpilar de las exportaciones¡ª son las principales causas de que r¨ªos, arroyos, humedales, etc¨¦tera se est¨¦n secando.
Desde que lleg¨® al poder, Bolsonaro dej¨® claro que los asuntos medioambientales y sus efectos le resultan totalmente secundarios. A su modo de ver, la sostenibilidad frena el desarrollo econ¨®mico. Pero los poderosos productores agropecuarios ya sienten los efectos de la falta de lluvias y la presi¨®n internacional sobre Brasil para que frene la deforestaci¨®n en Amazonia es constante.
El Gobierno anunci¨® esta semana la contrataci¨®n de 700 nuevos inspectores ambientales, lo que supondr¨ªa pr¨¢cticamente duplicar los activos para vigilar un territorio mayor que la Uni¨®n Europea y un aumento presupuestario para combatir los delitos ambientales. A falta de que se materialice, supondr¨ªa un cierto cambio respecto a la pol¨ªtica implementada por el Gobierno Bolsonaro, que ha debilitado las instituciones dedicadas a la protecci¨®n del medioambiente y aparcado cualquier pol¨ªtica de apoyo a los ind¨ªgenas, que ejercen un papel crucial en la preservaci¨®n del medioambiente y la biodiversidad. Adem¨¢s, ha criminalizado a las ONG ecologistas. La deforestaci¨®n y los incendios se han acelerado.
El ministro de Energ¨ªa a?adi¨® durante su comparecencia televisada que las familias que ahorren luz recibir¨¢n descuentos en la cuenta, que la v¨ªspera subi¨® un 7%. E inst¨® ¡°a los grandes consumidores¡±, en referencia a las empresas que m¨¢s consumen, a hacer tambi¨¦n un esfuerzo para ahorrar energ¨ªa, pero sin detallar porcentajes y dejando claro que la reducci¨®n es voluntaria.
Desde hace unos meses, Bolsonaro asiste el descenso sostenido de su popularidad y por eso no quiere ni o¨ªr hablar de imponer restricciones a la ciudadan¨ªa aunque este mismo mi¨¦rcoles su vicepresidente, el general Hamilton Mour?o, ha aireado la posibilidad. De todos modos, la relaci¨®n entre ambos es tirante.
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