Tecnolog¨ªas de esponja y ¡®agua digital¡¯
La innovaci¨®n h¨ªdrica llega al rescate de una ¨¦poca de continuas sequ¨ªas y alimentos que consumen enormes cantidades de l¨ªquido
Conocido es lo finito, lo desconocido infinito; desde un punto de vista intelectual, habitamos en una peque?a isla en medio de un oc¨¦ano ilimitado frente a lo inexplicable. Nuestra tarea en cada generaci¨®n es recuperar algo m¨¢s de tierra¡±. Y de agua. Podr¨ªa haber a?adido el fil¨®sofo brit¨¢nico T. H. Huxley (1825-1895). La innovaci¨®n h¨ªdrica es una de esas contadas veces en las que el hombre absorbe lo mejor de la tecnolog¨ªa. El 5G est¨¢ cambiando el campo y las ciudades. Canaliza cantidades masivas de datos en un tiempo ¨ªnfimo y su interpretaci¨®n resulta instant¨¢nea. ¡°Estos avances t¨¦cnicos son muy ¨²tiles para el suministro, medici¨®n y reciclado de agua¡±, desgrana Roberto Ruiz-Scholtes, director de estrategia de UBS Espa?a. ¡°Ya resulta viable, desde la mirada econ¨®mica, instalar en las tuber¨ªas numerosos sensores de presi¨®n, temperatura y calidad de flujo y a la vez detectar fugas, filtraciones, contaminaci¨®n¡±. Solo en Estados Unidos se pierden 0,065 millones de galones (246.051 litros) de agua potable cada a?o por fugas. El coste supera los 2.600 millones de d¨®lares (2.400 millones de euros). Y Los ?ngeles, que lleva a?os bajo la sequ¨ªa y los fuegos, planea unas elevadas inversiones en almacenamiento y captura de agua de lluvia con el objetivo de conseguir que el 70% de la demanda de la metr¨®poli se cubra con fuentes locales en 2035. ¡°La ciudad [californiana] ser¨¢ el epicentro mundial de la adaptaci¨®n clim¨¢tica al medio urbano del agua. No resultar¨¢ barato, pero es una ganga comparado con estar sin ella¡±, subraya Felicia Marcus, profesora de la Universidad de Stanford (California) en la agencia Bloomberg.
Un bien cada vez m¨¢s valioso
Y esas dos mol¨¦culas de hidr¨®geno y una de ox¨ªgeno cada vez ser¨¢n m¨¢s caras (su uso cotiza en el mercado de futuros en California) y la Tierra exige el ¨®bolo al barquero por atravesar la laguna. Hay que alimentar a 7.500 millones de personas, mientras la agricultura, la mayor ¡°esponja¡±, consume 5.000 kil¨®metros c¨²bicos anuales en el planeta. El 70% del total. ?Ideas? ¡°El riego de precisi¨®n reduce el consumo y tambi¨¦n la cantidad de fungicidas, herbicidas y pesticidas¡±, relata C¨¦dric Lecamp, gestor del fondo Pictet Water. ¡°Adem¨¢s, la nueva tecnolog¨ªa del internet de las cosas, basada en sensores, puede determinar exactamente cu¨¢ndo se necesita agua y en qu¨¦ cantidad¡±.
En Tudela de Duero (Valladolid) han trazado esos c¨¢lculos. Los han elaborado sobre una tierra de gris pedernal como un fondo del Greco. Aunque a veces tambi¨¦n de arcilla y otras de cantos rodados. En todas arraigan las vides de la Bodega Mauro. La naturaleza las irriga, pero tambi¨¦n el hombre. ¡°Tenemos un sistema de riego remoto y a trav¨¦s de varias aplicaciones sabemos la cantidad de agua que reciben y las gestionamos seg¨²n la meteorolog¨ªa¡±, analiza el en¨®logo Mariano Garc¨ªa. Las vi?as mandan. Si corre el aire o cae la lluvia, cesa el agua. En otra bodega bajo el cielo zamorano de la DO Toro, Monte la Reina, utilizan placas solares para bombear agua a balsas que est¨¢n en cotas altas. Y luego riegan por gravedad con un coste m¨ªnimo. F¨ªsica b¨¢sica.
Esta ¡°agua digital¡± ha sido uno de los grandes avances de los ¨²ltimos a?os. Lo hemos visto: la instalaci¨®n de contadores 2.0 ¡ªresume Enrique Cabrera, catedr¨¢tico em¨¦rito de Mec¨¢nica de Fluidos de la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia¡ª facilita la reducci¨®n de fugas y los sensores permiten controlar la calidad del agua en la red.
Pero como la brisa no puede ser embotellada, siempre surgen debates continuos, al igual que una ventana abierta. ?Las desaladoras son la soluci¨®n tecnol¨®gica o el problema? Ya que generan, en teor¨ªa, una elevada huella de carbono. Sin embargo, cuando aprieta el verano y la sequ¨ªa abrasa hasta las piedras, vuelven a la vida. ¡°Su misi¨®n es garantizar el suministro en periodos secos¡±, reflexiona el docente. ¡°Por eso han de asumirse sus costes, manteni¨¦ndolas en operaci¨®n porque el precio de funcionamiento se dispara si trabajan de forma intermitente. No querer contribuir a pagar esos gastos resulta igual [de absurdo] que devolver el recibo del seguro un a?o porque no ha habido siniestros¡±, compara Cabrera. Mientras, la mancha de carbono es un mal menor y los n¨²meros se ocupan de restar dramatismo. La producci¨®n de agua desalada ¡ªcalcula el experto¡ª es de unos 400 hect¨®metros c¨²bicos (hm3) y con la intensidad media actual (4 kWh/m3) supone 1.600 gigavatios-hora (GWh). Poco m¨¢s del 0,5% del gasto energ¨¦tico del pa¨ªs. Con estas cifras suena il¨®gico eliminar las desaladoras de la ecuaci¨®n.
Asuntos p¨²blicos
Sin embargo, el agua no solo es hidr¨®geno y ox¨ªgeno, tambi¨¦n pol¨ªtica. El Ministerio para la Transici¨®n Energ¨¦tica y el Reto Demogr¨¢fico tiene un presupuesto ¡ªprocedente de los Fondos de Nueva Generaci¨®n europeos¡ª de 88,7 millones de euros orientados a proyectos que promuevan la transici¨®n ecol¨®gica y la recuperaci¨®n verde. El a?o pasado se destinaron 58 millones a la renaturalizaci¨®n y resiliencia de las ciudades. Y los programas de biodiversidad sumar¨¢n 2,5 millones de euros.
Pero hay que ir m¨¢s all¨¢ en las urbes. ¡°Un sistema de microsensores te permite saber el agua que se vierte, por ejemplo, a las alcantarillas o el que consumen los hogares. Aunque hace falta acompa?ar estas tecnolog¨ªas con otras pol¨ªticas que busquen la eficacia¡±, subraya Gonzalo Delac¨¢mara, asesor internacional en pol¨ªticas del agua en la Uni¨®n Europea, la OCDE (agrupa a las naciones m¨¢s ricas del planeta) y el Banco Mundial. ¡°?De qu¨¦ forma? Bonificando a quien gestiona, pensemos en su hogar, bien el agua y penalizando a aquellos que la malgasten¡±.
De lo contrario, Espa?a continuar¨¢ teniendo un problema con la geograf¨ªa f¨ªsica de la escasez y la psicol¨®gica. La f¨ªsica resulta transparente. Los embalses (seg¨²n datos del d¨ªa 8 de marzo) estaban a una capacidad del 43,86%. Hace una d¨¦cada, por este tiempo superaban el 64%. De 36.003 hm3 han ca¨ªdo a 24.619 hm3. Demasiadas zonas de Espa?a, como las islas Canarias (algunas ¨¢reas llevan dos a?os de sequ¨ªa constante), empiezan a semejar las ¨¢ridas planicies de Comala de Juan Rulfo. La psicol¨®gica exige cambiar. ¡°El agua es un bien limitado y no tiene sentido combatir esos l¨ªmites desde la tecnolog¨ªa o la innovaci¨®n. Hay que consensuar de manera colectiva los niveles de consumo¡±, propone Gustavo Duch, activista y director de la revista Soberan¨ªa Alimentaria. Se suceden las estaciones de la misma forma obstinada que las paradas de un viejo tren, y las sequ¨ªas resultan cada vez m¨¢s habituales y severas. La agricultura es el gran gasto del agua. Pero tampoco necesita que nadie le borde una letra escarlata. ¡°Suma el 3% total del consumo energ¨¦tico y los actuales precios han provocado el resto, tanto que en algunas comunidades de regantes la factura el¨¦ctrica les supone el 50% de los costes corrientes, lastrando su rentabilidad¡±, observa Enrique Cabrera.
La tecnolog¨ªa del agua se opone a la geopol¨ªtica del agua. Al igual que un hombre dividido por dos no da dos hombres. ¡°Tenemos una mala pol¨ªtica agr¨ªcola que exige m¨¢s agua de la que debemos usar. Existen bastantes ejemplos. Quiz¨¢ el m¨¢s grave es querer alimentar a Europa desde Almer¨ªa con frutas y verduras muy demandantes de esta sustancia, que est¨¢n agotando los acu¨ªferos de la zona¡±, advierte Duch. Esto no lo resuelve la innovaci¨®n, sino la gobernanza.
Racionalizaci¨®n
Sin embargo, siempre queda esa nube a punto de descargar. En el G¨¦nesis, el hombre recibi¨® un para¨ªso y su obligaci¨®n es conservarlo, mejorarlo, y transmitirlo a las generaciones futuras. Nadie dijo que fuera f¨¢cil. Nadie tampoco que resultara imposible. ¡°El futuro pasa por minimizar el gasto energ¨¦tico, pues el margen de mejora resulta formidable¡±, aconseja Cabrera. Y recurre al pasado, al G¨¦nesis; el origen de todo. ¡°Los sistemas se proyectaron de espaldas a la eficiencia energ¨¦tica porque los costes eran bajos y para el campo estaban subsidiados. Los sistemas deben racionalizarse. Y como la energ¨ªa consumida es el producto del volumen del agua por la presi¨®n del sistema, la estrategia pasa ¡ªa trav¨¦s de ecotrazados y goteros de baja presi¨®n¡ª por reducir esa presi¨®n¡±. Racionalizar el funcionamiento de las redes. Y ah¨ª se aventa la tecnolog¨ªa y su siembra. Monitorizaci¨®n de las redes, metodolog¨ªa BIM (una experiencia de modelado digital que se utiliza, sobre todo, en arquitectura e ingenier¨ªa), telelectura, los gemelos digitales (un programa que permite, por ejemplo, reproducir el posible comportamiento de una cuenca hidrogr¨¢fica) o el famoso riego por goteo inventado por los israel¨ªes en la d¨¦cada de los sesenta.
La tecnolog¨ªa es otra mol¨¦cula que se a?ade al hidr¨®geno y el ox¨ªgeno. Aunque tambi¨¦n resulta inflamable. ¡°No solo puede fomentar la conservaci¨®n, sino que posee la capacidad de empeorar las cosas si se adoptan malas tecnolog¨ªas¡±, sintetiza William G. Moseley, experto del Grupo de Alto Nivel en Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n de Naciones Unidas (?GANESAN). ¡°Por ejemplo, los sistemas de riego por aspersi¨®n posiblemente sean unos de los m¨¢s despilfarradores jam¨¢s dise?ados en t¨¦rminos de p¨¦rdidas masivas por evaporaci¨®n del agua¡±, critica. Y vuelve ¡ªal igual que otros especialistas¡ª a las ense?anzas hist¨®ricas. Algunas tecnolog¨ªas antiguas, como el qanat [un sistema de canales y acueductos subterr¨¢neos] en Ir¨¢n y otros pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo, han resistido la prueba del tiempo y son uno de los medios de transporte y empleo de agua agr¨ªcola m¨¢s eficientes jam¨¢s creados¡±. En ese laberinto de minotauros que es Creta tienen una propuesta que podr¨ªa resolver el hilo de Ariadna frente a la escasez. Emplear presas de contenci¨®n en arroyos y r¨ªos ef¨ªmeros. ¡°Son presas bajas¡±, explica William G. Moseley, ¡°por las que fluye el agua. A diferencia de las tradicionales, que pierden grandes cantidades de l¨ªquido embalsado por la evaporaci¨®n, esta clase favorece la infiltraci¨®n del agua en esos arroyos y r¨ªos estacionales y eleva el ?nivel fre¨¢tico¡±.
?Consecuencia? Los pozos pueden usarse con mayor eficacia para la horticultura y otras actividades. Porque el agua de contenci¨®n se evapora m¨¢s despacio que la tradicional. Tambi¨¦n florecen los cultivos hidrop¨®nicos. Apenas consumen l¨ªquido y no necesitan tierra. Y la tecnolog¨ªa se mece como un maizal maduro bajo el viento. Substrate AI ¡ªsu apellido le ¡°delata¡±¡ª utiliza inteligencia artificial para ¡°medir diferentes par¨¢metros: humedad, fertilidad de la tierra, necesidad de nuevos sustratos¡±, detalla Lorenzo Serratosa, presidente de la firma. El hombre lleva 5.000 a?os conviviendo con sequ¨ªas, pero esta amanece diferente. Es codicia, despilfarro y volver pobres a los ya pobres. La tecnolog¨ªa tiene sentido si ayuda a todos. Si no, ser¨¢ otra tierra de nadie regada con m¨¢s desigualdad.
Una gota da la voz de alarma
Quizá una palabra no diga nada, pero los datos lo cuentan todo. En la urbanización gaditana de Sotogrande —una cuadrícula de calles de la élite española y extranjera—, la empresa Sacyr ha instalado la telelectura en las cifras de consumo de agua para obtenerlas en tiempo real. Es una forma de conocer el comportamiento del consumidor. Bombear más agua cuando más se consume y emprender el camino inverso. También sirve de alarma a las personas dependientes. Si el gasto es cero, puede ser un indicador de que algo marcha mal y se avisa a los servicios sociales. Además, se controlan las fugas y filtraciones. “Solo se pierde el 15%”, estima Raúl Lemes De Leon, director de operaciones internacionales de la compañía. Y es que el mundo del agua ha cambiado tanto que en la ecuación figuran ya variables como el 5G (que permite transmitir grandes cantidades de datos sin colapsos), el big data o la inteligencia artificial para interpretarlos y, por ejemplo, evitar a los técnicos procesos repetitivos. En otras tierras, esta nueva inteligencia ayudaría en el campo. “Es un gran aliado para conocer las condiciones meteorológicas e incluir fenómenos como la humedad o la altura”, subraya el experto. Incluso las desaladoras (Chile, por ejemplo, se está planteando incluirlas en su política hídrica, hasta ahora basada en pozos) encuentran su lugar bajo el sol. Es invierno, pero cae el estío.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.