El campo no encuentra suficientes ingenieros para su transformaci¨®n digital
Apenas 400 agr¨®nomos terminan el m¨¢ster cada curso, un n¨²mero muy insuficiente para cubrir las necesidades para modernizar y hacer sostenible la producci¨®n agr¨ªcola
El mundo vive una cuarta revoluci¨®n industrial y Espa?a no est¨¢ suficientemente preparada para abordar la transformaci¨®n digital que necesita el campo para tener una agricultura m¨¢s sostenible. Escasean los expertos que digan a partir de los datos en qu¨¦ parte de una finca hay que regar o abonar, o que la vaca 128 est¨¢ enferma. La universidad se ve incapaz de dar respuesta en toda su dimensi¨®n (en forma de un n¨²mero suficiente de profesionales preparados para ello) a estos retos que requieren sensores, drones o tecnolog¨ªa punta, pero no porque falten plazas en las escuelas t¨¦cnicas sino por las pocas vocaciones.
Unos 400 graduados en agronom¨ªa se matriculan en el m¨¢ster habilitante, cuando, seg¨²n los colegios oficiales, se necesitar¨ªan unos 1.000 para cubrir la demanda. Se trata de suplir la escasez reclutando ingenieros de otras especialidades (tambi¨¦n deficitarios), pero adem¨¢s de la dificultad de atraerlos cuando son profesionales muy codiciados en muchos otros nichos de empleo, deben recibir una formaci¨®n adicional en el lenguaje o las metodolog¨ªas del campo.
En septiembre, el colegio de agr¨®nomos de Catalu?a (COEAC) alert¨® en un comunicado: ¡°Cada a?o finalizan el m¨¢ster habilitante para ejercer de ingeniero agr¨®nomo un m¨¢ximo de 20 estudiantes en toda Catalu?a, mientras que el colegio recibe m¨¢s de 150 ofertas de empleo, una situaci¨®n que se puede hacer extensiva al resto del pa¨ªs¡±. Adem¨¢s de reclamarse profesionales que usen el big data, sat¨¦lites y drones para mejorar la producci¨®n, se necesitan agr¨®nomos ¨Den este caso tambi¨¦n a los graduados en Ciencias y Tecnolog¨ªas de los Alimentos¨D en los procesos de transformaci¨®n para cumplir los est¨¢ndares de color, tama?o o empaquetado de la comida.
En los a?os noventa llegaron a licenciarse m¨¢s de 1.000 ingenieros agr¨®nomos superiores cada curso y hab¨ªa un 10% de paro. Ahora se busca el talento fuera. El a?o pasado cursaron un grado agrario ¨Dla ingenier¨ªa agron¨®mica se combina con cuestiones de medio ambiente o de alimentos¨D 12.347 estudiantes, un 23% menos que cinco a?os antes, cuando ya iban en picado. Rosa Gallardo, directora de la escuela de C¨®rdoba y presidenta de la asociaci¨®n que las agrupa a todas, cree que es ¡°un problema de comunicaci¨®n, las nuevas generaciones tienen una idea anticuada de la profesi¨®n, cuando es el futuro. Por eso muchas tecnol¨®gicas est¨¢n apostando por el sector. No llegan apasionados de la rob¨®tica, relacionan solo agr¨®nomos con la biolog¨ªa¡±.
Hay otro romanticismo que los j¨®venes desconocen, el de hacer que un agricultor gane de dinero de una forma sostenible
El grado, que dura cuatro a?os, corresponde a la diplomatura de perito agr¨ªcola que desapareci¨® con el Plan Bolonia de 2007 y que termin¨® de instaurarse en 2014. Para pasar al siguiente escal¨®n, es necesario cursar despu¨¦s un m¨¢ster habilitante para adquirir competencias que equivalen al t¨ªtulo de ingeniero agr¨®nomo superior y solo en torno al 25% de los graduados lo cursan. ¡°Es complicado que se matriculen porque desde tercero de carrera las empresas les quieren contratar¡±, explica Jos¨¦ Luis Marcos, subdirector de Comunicaci¨®n y Empresas de la escuela de Valladolid, que tiene su sede en Palencia. ¡°Antes, el 50% hac¨ªa el m¨¢ster, ahora nos cuesta llegar al 20%¡±.
En la escuela de la Polit¨¦cnica de Valencia la situaci¨®n es otra. De los 125 que se grad¨²an, unos 85 prosiguen con el m¨¢ster. ¡°Tenemos como escuela un contacto alt¨ªsimo con las empresas y eso permite un acercamiento a ellas y que el paso al mundo profesional sea f¨¢cil¡±, cuenta Alberto San Bautista, su director. Este centro tiene 14 c¨¢tedras con empresas y negocia otras dos. Si no hubiese la ¡°limitaci¨®n del profesorado¡±, pues aumentar la plantilla exige tiempo, San Bautista asegura que tendr¨ªan a¨²n m¨¢s.
En muchas comunidades, el posgrado es m¨¢s caro que la carrera (hasta un 70%) y supone dedicarle uno o dos a?os m¨¢s de formaci¨®n, pero el r¨¦dito laboral est¨¢ casi garantizado, seg¨²n los colegios oficiales. Jos¨¦ Manuel Palacios, director de la escuela de Madrid, cree que esta divisi¨®n en dos de los estudios ¨Dcomo ha pasado en casi todas las ingenier¨ªas¨D ha debilitado estas carreras. Conf¨ªa en que el nuevo decreto ¨Dplantea el grado y el posgrado como un paquete conjunto¨D anime a los j¨®venes. Y se muestra optimista porque muchos alumnos optaron este septiembre por ingresar en agr¨®nomos.
¡°El problema es que para un chico de Madrid el campo es algo que le queda lejos, pero luego le resulta muy atractiva la carrera si le interesa el medio ambiente¡±, prosigue Palacios. Enrique Estefan¨ªa, doctorando de esta carrera de 23 a?os, no entiende el rechazo: ¡°La gente cree que es m¨¢s actual estudiar Caminos o Industriales, pero no hay nada m¨¢s del d¨ªa a d¨ªa que lo que comemos o con lo que nos vestimos¡±. Su intenci¨®n es entrar en un organismo internacional, mientras que sus compa?eros ya trabajan. En la Administraci¨®n resulta muchas veces dif¨ªcil cubrir los puestos para agr¨®nomos en los cuerpos de funcionarios.
Diego D¨ªaz de la Serna, secretario t¨¦cnico del colegio oficial de Andaluc¨ªa, sostiene que existe ¡°una desconexi¨®n¡±: ¡°Somos ingenieros de cosas vivas y en el instituto, si quieres hacer una carrera t¨¦cnica, estudias Matem¨¢ticas, Dibujo y F¨ªsica, pero no Qu¨ªmica o Biolog¨ªa, y nosotros estamos en medio¡±. Francisco Gonz¨¢lez, decano del colegio de Centro y Canarias, por su parte, cree que, ¡°con la reforma del Plan Bolonia, se dio el mensaje equivocado de que con el grado era suficiente y las empresas reclaman m¨¢s¡±.
Es un sector que sale vivo de todas las crisis porque hay que seguir comiendo.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y las empresas confirman que el llamamiento de los colegios es una realidad. ¡°Al igual que ocurr¨ªa con la formaci¨®n profesional agraria, observamos un importante desajuste entre demanda y oferta de empleo que a medio o largo plazo puede llegar a ser preocupante¡±, denuncia COAG en su blog Somos nuestra tierra, dirigido a los j¨®venes. En la pr¨®xima d¨¦cada, seg¨²n datos de la coordinadora, 6 de cada 10 agricultores se jubilar¨¢n y su reemplazo es quien m¨¢s apuesta por el cambio a la agricultura 4.0. La preocupaci¨®n de las universidades, sin embargo, arranc¨® hace casi una d¨¦cada y crece.
¡°Los j¨®venes se acercan a agr¨®nomos con una idea rom¨¢ntica de la tradici¨®n familiar en el campo, pero hay otro romanticismo que desconocen, el de hacer que un agricultor gane dinero de una forma sostenible. Ayudarle a cumplir los ODS [Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas]¡±, sostiene Inma Trapero, responsable de recursos humanos de Hispatec, una gran empresa que optimiza la gesti¨®n de las tierras.
Hispatec este a?o ha contratado a 50 nuevos ingenieros y apenas el 25% son agr¨®nomos. ¡°Fomentamos que se vayan con Ingenieros Agr¨®nomos sin Fronteras los que no han estudiado la carrera, d¨¢ndoles d¨ªas de vacaciones, para que aprendan sobre el terreno¡±, explica. Ante la falta de candidatos, Trapero ha acudido a nuevos mercados: unos 40 latinoamericanos, principalmente de M¨¦xico, trabajan en remoto. Adem¨¢s, pretende reclutar en universidades de Europa del este. A Ignacio Oliv¨¢n, secretario del Colegio de Arag¨®n, Navarra y Pa¨ªs Vasco, no le convence el trabajo a distancia: ¡°Lo veo bastante m¨¢s complicado, m¨¢s inestable, la gente quiere asesoramiento cualificado en sus tierras¡±. En la Universidad de Zaragoza cursan el m¨¢ster 20 personas y otras 20 en la Universidad P¨²blica de Navarra, insuficiente para cubrir la enorme demanda de las empresas, se lamenta Oliv¨¢n. Para el 25% de las ofertas no hay ni siquiera candidatos.
En la Universidad de C¨®rdoba, Adolfo Pe?a dirige desde hace cuatro a?os el primer m¨¢ster en Espa?a de transformaci¨®n digital del sector agroalimentario y forestal, con tal ¨¦xito que se ha convertido en un problema el hecho de que muchos alumnos son contratados antes de terminarlo y no encuentran tiempo para completarlo. Empezaron con 20 plazas y ahora ofertan 35. ¡°La gente tiene la percepci¨®n de que los alimentos vienen del supermercado, no echan cuenta de lo que cuesta hacerlo¡±, se lamenta Pe?a.
La sensaci¨®n es agridulce, sus alumnos se colocan, pero en los colegios y las escuelas creen que en Espa?a se est¨¢ perdiendo una gran oportunidad en un sector que sale vivo de todas las crisis porque hay que seguir comiendo.
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