Las ciudades en las que debemos aspirar a vivir
Las urbes necesitan repensarse, acortar distancias, favorecer la movilidad activa, ser m¨¢s amables con sus habitantes y ganar en resiliencia frente al cambio clim¨¢tico
?En qu¨¦ ciudad queremos vivir?¡±. La pregunta lanzada por Carlos Moreno, director cient¨ªfico de la C¨¢tedra ETI en IAE, escuela de negocios de la Sorbona de Par¨ªs, pone en contexto lo que se lleva dicho hasta el momento en Ecosistema Ahora en materia de sostenibilidad urbana y lo que se dir¨¢ despu¨¦s. Porque todo lo dem¨¢s, tecnolog¨ªa, datos, nuevos materiales, rehabilitaciones, infraestructura verde¡, ir¨¢ en funci¨®n de c¨®mo se conteste a esta cuesti¨®n. Para Moreno, la respuesta se llama ciudad de los 15 minutos: una idea que ha impulsado ¨¦l y ha abrazado con entusiasmo la alcaldesa de Par¨ªs, Anne Hidalgo. Moreno cree que las distancias que recorremos en las grandes urbes para, por ejemplo, ir de casa al trabajo (en transporte p¨²blico o en veh¨ªculo privado) restan calidad de vida. La ciudad polic¨¦ntrica, descentralizada, m¨¢s verde, de una ¡°proximidad feliz¡±, donde edificios e infraestructuras tienen m¨¢s de un uso, es m¨¢s resiliente al cambio clim¨¢tico, seg¨²n a?ade. Llegar a ella no pasa por construir m¨¢s, sino por repensar, aprovechar y reutilizar lo ya hecho.
¡°Las ciudades del futuro son las de ahora, que fueron construidas bajo unos est¨¢ndares determinados y hay que transformar en otra cosa. Las rehabilitaciones integrales para mejorar la eficiencia energ¨¦tica de los edificios suponen oportunidades de negocio verde y conllevan ecobeneficios para sus moradores¡±, recuerda Mar¨ªa Teresa de Diego, responsable de desarrollo de negocio de la direcci¨®n de next gen de Ferrovial Construcci¨®n. Valent¨ªn Alfaya, director de sostenibilidad de Ferrovial, ya hab¨ªa abogado en una mesa previa por rehabilitaciones ¡°profundas, integrales y a gran escala¡±, con una ¡°visi¨®n sist¨¦mica¡±, que no se quedaran ¡°en la fachada¡± e incorporaran el capital natural, que en su opini¨®n es una de las grandes asignaturas pendientes en nuestro pa¨ªs. ¡°Hemos de apostar por la restauraci¨®n ecol¨®gica y por recuperar la conectividad de la infraestructura verde¡±, se?ala Fernando Valladares, investigador del CSIC y experto en cambio clim¨¢tico.
Visi¨®n rentable
¡°Hace tres o cuatro a?os no hab¨ªa estrategia pol¨ªtica; ahora, s¨ª. Y dinero, tambi¨¦n¡±, tercia Bruno Sauer, director general de Green Building Council Espa?a (GBCe), que invita a aprovechar el momento, pero con responsabilidad y sentido com¨²n, sin caer en la tentaci¨®n de hacer las cosas a la vieja usanza, seg¨²n lo expresa. ¡°Solo por mitigaci¨®n del cambio clim¨¢tico, bajada de la contaminaci¨®n y restauraci¨®n de la biodiversidad, invertir en una urbanizaci¨®n sostenible es rentable¡ si tienes una visi¨®n a largo plazo; si pretendes recuperar lo invertido en tres o cuatro a?os, que es la vida de un pol¨ªtico, ser¨¢ imposible¡±, argumenta Valladares. ¡°?Abordemos proyectos con las luces largas!¡±, exhorta.
¡°Es un momento apasionante, un reto fant¨¢stico para un arquitecto¡±, recoge el guante Manuel Leira, fundador de Nexo Arquitectura, que comparte mesa con los tambi¨¦n arquitectos I?aki Alonso Echeverr¨ªa, CEO de sAtt, e Isabela Vel¨¢zquez, miembro de la consultora especializada en urbanismo y movilidad sostenible GEA21. Las dos jornadas de Ecosistema Ahora est¨¢n trufadas de ¡°momentos disruptivos¡± (as¨ª se denominan en el programa) que dan voz a startups y empresas con un abordaje diferente al tradicional. En el bloque dedicado a urbanismo no pod¨ªan faltar quienes dise?an los planos con mirada innovadora y bajo criterios de sostenibilidad. Nexo Arquitectura, por ejemplo, ha proyectado un edificio para Metro de Madrid al lado de las Torres Kio que cubre la mitad de su consumo energ¨¦tico usando la energ¨ªa de frenado de su l¨ªnea 9 (que pasa por debajo).
Alonso lamenta que todo el mundo habla de electrificar veh¨ªculos, pero no edificios. ¡°Venimos de una perspectiva del siglo XX, de un contexto de energ¨ªa barata, donde estas cosas no se ten¨ªan en cuenta¡±, lo justifica. ¡°La arquitectura genera el 36% del CO2 y del 35% de los residuos globales del planeta; tanto su responsabilidad como su potencial son muy grandes¡±, detalla. Aboga por ¡°cambiar el paradigma¡±, apostar por la econom¨ªa circular, los materiales locales y el ecodise?o. ¡°Hemos de pasar de la hormigonera al atornillador¡±, subraya refiri¨¦ndose a la necesidad de ensamblar m¨¢s que mezclar, pensando en la reutilizaci¨®n y reciclaje de un edificio que termina su vida ¨²til ya desde el principio, desde el dise?o. ¡°Falta dar ese paso; los arquitectos empezamos a hablar de sostenibilidad, pero la metemos despu¨¦s¡±, apunta. ¡°Tambi¨¦n tenemos que cambiar el modelo de consumo, nuestra forma de vida¡±, incide Vel¨¢zquez. ¡°Utilizar menos materiales, m¨¢s frugales, lo que no quiere decir de menor calidad¡±, puntualiza.
Movilidad bien pensada
Ese ¡°pensar diferente¡±, llevado al terreno de la movilidad, se traduce en ir m¨¢s all¨¢ de una traslaci¨®n simplista ¡ªcambiar coches de combusti¨®n por el¨¦ctricos¡ª y reflexionar sobre c¨®mo podemos movernos de otra manera. ¡°?Qu¨¦ sentido tiene sustituir el atasco de combusti¨®n por el atasco el¨¦ctrico?¡±, plantea Giles K Bailey, director de Stratageeb, experto mundial en movilidad compartida y electrificaci¨®n. Para ¨¦l, la palabra clave es multimodalidad. Y las soluciones ¡°cl¨¢sicas¡± (l¨¦ase transporte p¨²blico y privado) han de transitar hacia la ¡°movilidad como servicio¡± y abrir su abanico para incorporar soluciones de ¡°micromovilidad¡±: activa (trayectos a pie y en bicicleta), coche compartido, taxi. A la carta, dependiendo del usuario y del momento. ¡°?Qu¨¦ significa ciudad sostenible? Un sitio vivo y exitoso, pensado por y para la gente; con calles limpias, calmadas, donde se pueda andar¡±, describe.
¡°La movilidad es un derecho y va m¨¢s all¨¢ de moverse. Para que unos pudieran quedarse en sus casas durante la pandemia, otros tuvieron que salir, exponi¨¦ndose a m¨¢s riesgos¡±. Esther Anaya, investigadora y consultora sobre movilidad ciclista del Imperial College de Londres, conmina al p¨²blico a repensar conceptos que se dan por sentados, sin cuestionamiento. La experta rompi¨® la imagen muchas veces id¨ªlica que proyectan los ciclistas para hacer ver al auditorio qui¨¦nes est¨¢n sobrerrepresentados en este colectivo: ¡°Hombres educados y de poder adquisitivo¡±. Cuando se toma consciencia de que hay sobrerre?presentaci¨®n y, por tanto, infrarre?presentaci¨®n, las preguntas fluyen en cascada: ¡°?Qu¨¦ hace falta para dar acceso a los grupos que no lo tienen? ?De qui¨¦nes son las necesidades satisfechas y de qui¨¦nes no?¡±, plantea. Solo desde la equidad se puede hablar de un acceso universal a la movilidad, seg¨²n acota.
Innovaci¨®n para todos
¡°?Vamos por buen camino en cuanto a la digitalizaci¨®n?¡±, pregunta a Baley la periodista que lo est¨¢ entrevistando. ¡°Probablemente s¨ª; est¨¢ surgiendo tecnolog¨ªa excitante¡±, responde, pero sin olvidar que muchas veces se trata de encontrar un conjunto de soluciones simples, no necesariamente vistosas ni espectaculares, y ¡°escalarlas, escalarlas y escalarlas¡±. A J¨²lia L¨®pez Ventura, directora para Europa de C40 (grupo de liderazgo clim¨¢tico constituido por ciudades que a¨²nan esfuerzos para reducir sus emisiones de carbono y adaptarse al cambio clim¨¢tico), el tecnooptimismo, o idea de que la tecnolog¨ªa vendr¨¢ a resolverlo todo, le parece una tentaci¨®n falsa y peligrosa. ¡°Me da miedo la tecnolog¨ªa, os lo dice una ingeniera de telecomunicaciones¡±, bromea. ¡°Es un medio, no un fin en s¨ª misma¡±, remacha.
Digitalizaci¨®n, s¨ª, por supuesto. Pero la ¨²nica forma de doblegar la curva de emisiones de CO2, que en 2022 volvi¨® a subir, es consumir menos, seg¨²n concluyen Leira, Alonso y Vel¨¢zquez. Para transitar por este camino hace falta valent¨ªa pol¨ªtica, que es, junto con la reivindicaci¨®n del espacio p¨²blico para las personas, uno de los grandes mantras de los expertos congregados para hablar de ciudad en este foro. ¡°El coraje pol¨ªtico de decir basta¡±, lo llama Moreno, m¨¢s necesario a¨²n en ¡°¨¦pocas de populismo y demagogia¡±, en las que ¡°es m¨¢s f¨¢cil decirle a la gente que s¨ª, que sigan los autos y el cemento¡±, seg¨²n denuncia. ¡°Vivimos una crisis energ¨¦tica, social, de coste de vida, con altos niveles de inflaci¨®n. Si todas estas crisis est¨¢n interrelacionadas, toca abrir di¨¢logo con la ciudadan¨ªa; un nuevo pacto social¡±, pide L¨®pez Ventura. Para, volviendo al principio, repensar c¨®mo y en qu¨¦ ciudad queremos vivir.
Del transporte internacional a la ¡®¨²ltima milla¡¯
Dos cabezas tractoras, cada una circulando en un sentido de un corredor predefinido, se encuentran en un punto intermedio y se intercambian mercancías, de manera que cada conductor regresa a su punto de partida y evita alejarse más de su hogar. La empresa de transporte internacional Trucksters trenza una cadena basada en tecnología de relevos, con eslabones más cortos, lo que aumenta la posibilidad de incorporar el camión eléctrico. BooBoo, por su parte, es un operador logístico integral y digital (paquetería, paletería, etc.) que logra ganar en eficiencia permitiendo, por ejemplo,que varios proveedores utilicen un mismo vehículo para optimizar cargas. Mientras que Koiki, operador de transporte de última milla libre de CO2, dispone de micro-hubs donde se almacena la mercancía dentro de las ciudades, más repartidores que van andando o en bici.
“Los principales operadores piensan de manera individual, cuando las matemáticas dicen que optimizar el conjunto es mejor que la suma de las mejoras individuales”, explica Juan Miguel Moreno, fundador y CEO de BooBoo. “Pero, para eso, los actores necesitan colaborar”, precisa. “Los clientes han de ver la importancia de una logística que no es barata pero aporta valor”, dice Gabor Balogh, cofundador de Trucksters. “Somos una empresa, no una ONG. Queremos demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera sin dejar de ser rentables, pero sin olvidar la sostenibilidad ambiental y social”, declara Natalia Calvo de Miguel, directora de desarrollo de negocio y sostenibilidad de Koiki.
Estas tres compañías ponen en jaque la manera en la que está planteado el transporte y la logística en general, y la última milla en particular. Y ofrecen soluciones a problemas como los apuntados por José Carlos Espeso, responsable del área de smart distribution de AECOC (Asociación de Fabricantes y Distribuidores). “No todo se puede repartir con un camión de 12 toneladas. Hemos de reinventar el modelo de distribución de la última milla”, explica Espeso.
May López, directora de desarrollo en empresas por la movilidad sostenible, va más allá, exponiendo el “modelo insostenible” al que nos ha (mal) acostumbrado el comercio electrónico: “Hay gente que se compra tres camisetas de tres colores diferentes, en dos tiendas distintas, por si una falla, se queda solo con una y devuelve el resto. Porque es gratis”. Y además, “la ropa que se devuelve se destruye porque no compensa llevarla a China, que es donde ha sido fabricada”, añade. “Pero no es gratis”, enfatiza. El hecho de que las devoluciones hayan pasado del 6% al 79%, implica un gran número de furgonetas circulando por la ciudad varias veces al día con un alto impacto ambiental, denuncia.
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