Perros en el centro de la pol¨¦mica: proteger la caza o a los animales
El PSOE y Podemos han mantenido abierto un debate sobre si incluir o no a estos canes en la ley de protecci¨®n animal, de la que finalmente se quedaron fuera. Viajamos a varios puntos de Andaluc¨ªa donde se usan en la actividad cineg¨¦tica
Lindor es un podenco andaluz de color marr¨®n claro, casi como un bomb¨®n navide?o, y de esos dulces toma su nombre. Tiene las orejas muy puntiagudas y una mirada penetrante con la que intenta ocultar su timidez. Camina despacio y con miedo, incapaz de apoyar una de sus patas. Su due?o sol¨ªa salir a cazar con ¨¦l hasta que el can se hizo una fractura. El cazador le hizo un vendaje casero que no funcion¨®, as¨ª que lo dej¨® atado a un olivo en Lucena (C¨®rdoba) para que se muriera de hambre y de sed. Un particular lo encontr¨® d¨ªas despu¨¦s esquel¨¦tico, cojo y abandonado. Llam¨® a la Guardia Civil y los agentes del Seprona requisaron el perro y denunciaron a su due?o ¡ªten¨ªa chip¡ª. ¡°Me lo encontr¨¦, le puse un microchip y lo estaba cuidando¡±, aleg¨® el denunciado para defenderse.
Lindor ha sido operado y se recupera en el refugio de la asociaci¨®n Galgos del Sur, que cada a?o recoge unos 400 galgos y podencos abandonados exclusivamente por cazadores, con patas rotas, golpes, malnutrici¨®n y hasta disparos, que se elevan hasta los 21.800 si se cuentan los perros de caza acogidos en todas las protectoras de Espa?a, seg¨²n la Fundaci¨®n Affinity. Esta cifra, de 2021, representa el 13% de todos los perros que se abandonan (unos 168.000), sean mascotas o de caza. Son una minor¨ªa pero est¨¢n en el centro de la pol¨¦mica: quedar¨ªan m¨¢s desamparados si finalmente se quedan fuera de la ley de protecci¨®n animal, que ahora se encuentra en plena tramitaci¨®n parlamentaria. El maltrato a todos los animales (salvo los salvajes) ya est¨¢ penado por el art¨ªculo 337 del C¨®digo Penal, pero en los que son utilizados para actividades econ¨®micas (como la caza o la producci¨®n) esos delitos son muy dif¨ªciles de perseguir.
La legislaci¨®n busca, entre otras cosas, endurecer las penas por maltrato animal ¡ªcon una reforma del C¨®digo Penal¡ª, proteger a todos los vertebrados (tambi¨¦n los salvajes, salvo cuando son cazados de manera legal) y acabar con el abandono de mascotas (en 2021, el fin de la temporada de caza fue el segundo motivo de abandono en Espa?a tras las camadas no deseadas, seg¨²n la Fundaci¨®n Afinitty). La norma ha enervado al mundo rural. ¡°La caza es un factor definitorio [en estas zonas], supone mucho dinero y trabajo que ayuda a fijar poblaci¨®n en la Espa?a vaciada¡±, dice Luis Mu?oz, veterinario y due?o de una cl¨ªnica en La Carolina, en Ja¨¦n, donde atiende a un 40% de perros de rehalas (grupos de perros de caza). En Andaluc¨ªa se caza mucho: de las 678.483 licencias expedidas en Espa?a en 2020 (¨²ltimo dato disponible, seg¨²n Transici¨®n Ecol¨®gica), 217.779 se emitieron en esta comunidad, casi el triple que Castilla-La Mancha (82.165). De los 337.000 cazadores federados, m¨¢s de 88.000 est¨¢n al sur de Despe?aperros.
Uno de esos lugares es la localidad jienense que, al estar junto a Sierra Morena, es una zona tradicional de monter¨ªas. ¡°Aqu¨ª gobierna el PSOE, y tambi¨¦n en los cercanos Vilches y Santa Elena, todos pueblos con muchos cazadores. Pero si se aprueba la ley de protecci¨®n animal, ese voto podr¨ªa variar¡±, vaticina Mu?oz. Ese voto es una de las claves del enfrentamiento de esta semana entre Unidas Podemos y el PSOE. Los primeros han elaborado una norma que pretende aumentar la protecci¨®n de todos los animales; los segundos la apoyan, pero quieren dejar fuera a los perros de caza ¡ªpara los que plantean una regulaci¨®n espec¨ªfica¡ª, despu¨¦s de las protestas de los cazadores, que se manifestaron contra la ley por miles en marzo en Madrid.
En La Carolina, a unos cien kil¨®metros de la protectora donde est¨¢ Lindor, se encuentra la otra cara del trato y el cuidado de los cazadores a los perros. All¨ª, el veterinario Luis Mu?oz, que tambi¨¦n es cazador, muestra orgulloso su rehala, un grupo de perros que se usan la caza mayor y que Andaluc¨ªa considera bien de inter¨¦s cultural. ¡°Una rehala son m¨ªnimo 35 o 40 perros, porque si vas a cazar un d¨ªa te llevas 25 perros y dejas a 15 para que est¨¦n m¨¢s frescos el segundo d¨ªa¡±, explica Mu?oz mientras pasea por las perreras de sus 75 canes. ¡°Hemos elegido un perro cruzado al que le decimos urraco, mezcla de mast¨ªn con podenco. Es nuestra l¨ªnea desde hace muchos a?os, no compramos ni vendemos, los criamos nosotros¡±, sigue.
La nave est¨¢ impoluta, con luz, serr¨ªn en el suelo y una temperatura agradable. Hay calefacci¨®n con placas solares y, en verano, ventilaci¨®n con dispersi¨®n de agua fresca. Fuera, 15 hect¨¢reas para que los perros corran. Miguel ?ngel Fern¨¢ndez es el cuidador de la rehala. ¡°Todos los d¨ªas hay que asearlos, sacarlos dos veces a que hagan sus necesidades, darles de comer ¡ª60 kilos de pienso al d¨ªa¡ª y estar pendientes por si alguno se pone enfermo¡±, dice.
Adem¨¢s de su labor diaria ¡ª¡±los 365 d¨ªas del a?o¡±¡ª, su trabajo como podenquero incluye acompa?ar a los perros durante las monter¨ªas. ¡°Esos d¨ªas me levanto a las seis, aseo a los perros, los saco a que hagan sus necesidades, elijo 25 y los monto en la furgoneta. La mayor¨ªa de las monter¨ªas son en Sierra Morena, aunque tambi¨¦n hay en C¨®rdoba y Castilla-La Mancha¡±, explica Fern¨¢ndez. ¡°Cuando empieza, los perros baten una mancha [zona] de la sierra intentando encontrar una pieza ¡ªciervos, venados y jabal¨ªes¡ª y que salga de su escondite y vaya hacia los puestos donde est¨¢n esperando los cazadores¡±, a?ade. Junto al podenquero siempre va un alano, un perro de agarre, para defenderlo por si alg¨²n jabal¨ª va hacia ¨¦l.
En estas situaciones, a veces hay accidentes, como explica Luis Mu?oz: ¡°Por ejemplo, un jabal¨ª puede defenderse y morder a un perro. Un venado puede dar una coz. O un ciervo puede darle una cornada. Eso le pas¨® a uno de nuestros perros hace unos d¨ªas y ahora se recupera de sus heridas. Es ley de vida¡±. En sus instalaciones, Mu?oz tiene una zona denominada lazareto donde lleva a los perros heridos. ¡°Les ponemos agua caliente, cortamos la hemorragia y los atendemos¡±. Luego, si hace falta, los lleva a la cl¨ªnica para operarlos. ¡°Al perro herido lo hemos intervenido de una pata y de una luxaci¨®n de cadera¡±. Asegura que todos los cazadores que conoce llevan a sus perros con urgencia al veterinario tras estos lances. ¡°Si un perro ha sufrido un accidente es que es bueno, porque no se achanta. Ser¨ªa absurdo dejarlo morir¡±, prosigue. ?Luego pueden volver a cazar? ¡°Todos los perros que hay aqu¨ª tienen heridas de guerra y todos siguen cazando¡±.
Si en Sierra Morena hay monter¨ªas, gran parte de C¨®rdoba tiene cotos de caza menor. En una nave a las afueras de Fern¨¢n N¨²?ez, a una media hora de la capital, Francisco Berral ense?a sus perreras, individuales y bien cuidadas, donde ladran cuatro podencos, dos bretones, y cinco cachorritos de podenco. ¡°Las perreras tienen luz natural, doble chapa para que no pasen calor ni fr¨ªo, las limpio a menudo y les echo de comer el pienso m¨¢s caro¡±, cuenta Berral. ¡°Cuando voy a cazar, me llevo tres perros [lo m¨¢ximo que permite la ley andaluza en la caza menor] para que busquen entre la maleza, ah¨ª pueden encontrar un conejo o una perdiz, lo asustan para que salga y entonces le disparo. A veces les das, a veces no¡±, prosigue.
Francisco Cano, delegado de la Federaci¨®n Andaluza de Caza en C¨®rdoba, resume la postura del colectivo en la nave de su amigo Berral: ¡°La ley de protecci¨®n animal que se est¨¢ debatiendo va contra la caza. No podr¨ªamos utilizar a los perros, habr¨ªa un riesgo tremendo de que haya un accidente y nos cueste la c¨¢rcel. Y sin perros no hay caza¡±.
Sergio Garc¨ªa Torres, director de Derechos de los Animales en el Ministerio de Derechos Sociales, considera infundados estos temores: ¡°Si un perro sufre un accidente es un accidente, no es maltrato. De hecho, el maltrato est¨¢ penado desde 2015 y no hay denuncias durante la actividad cineg¨¦tica. Las leyes de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana establecen que los lances de caza no pueden considerarse maltrato, eso es lo que nos pidi¨® el sector y eso lo hemos incorporado a la propuesta¡±.
?Qu¨¦ cambiar¨ªa la ley si se aprueba tal y como est¨¢? Se dificulta el sacrificio de los perros salvo para evitar el sufrimiento y se proh¨ªbe llevar animales atados a veh¨ªculos en marcha, una de las formas de entrenar a los galgos. Los animales deber¨¢n inscribirse en el Registro de Animales de Compa?¨ªa y, para tener cachorros, los due?os deber¨¢n inscribirse en el Registro de criadores. Ambas medidas buscan reducir el abandono, pero molestan a los cazadores, acostumbrados a regalarse y cambiarse los perros sin papel de por medio. Los perros en exterior deben estar protegidos de las inclemencias del tiempo y tendr¨¢n un seguro de responsabilidad civil (esto ¨²ltimo ya es obligatorio en la caza). Adem¨¢s, los cazadores estar¨ªan exentos del curso de manejo de perros y del test de sociabilidad que se aplicar¨ªa a todos los dem¨¢s.
La otra opci¨®n es que se apruebe la ley excluyendo a los perros de caza, como quiere el PSOE, y hacer luego una norma espec¨ªfica para ellos. Los socialistas ven este punto innegociable por su compromiso con el sector cineg¨¦tico y colectivos del medio rural. Se tratar¨ªa de sacar de la norma a los perros de caza, pastores, de rescate, de Polic¨ªa y Guardia Civil, as¨ª como aves de cetrer¨ªa. Seg¨²n la izquierda parlamentaria y las organizaciones animalistas, esto dejar¨ªa ¡°desprotegidos a los canes m¨¢s vulnerables¡±. En un punto intermedio est¨¢ la ¨²ltima propuesta de Podemos: sacar a los perros de caza de la norma solo mientras est¨¢n cazando, como ya pasa en Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, ambas del PSOE. La negociaci¨®n contin¨²a este martes.
Denuncias por maltrato
¡°Los perros de caza son los animales m¨¢s vulnerables y, si sale adelante la enmienda del PSOE, quedar¨ªan desprotegidos¡±, defiende Patricia Almansa, presidenta de Galgos del Sur, la protectora situada en Villafranca de C¨®rdoba, a unos 20 minutos de la capital. ¡°Se suelen abandonar muchos galgos al final de la temporada de caza, en febrero, cuando ya no les valen, y tambi¨¦n al inicio, en octubre, porque si la hembra tiene que amamantar en ese momento no puede cazar¡±, explica Almansa, interrumpida por los ladridos de los 120 animales que la rodean. Hay galgos, podencos, mastines y otros perros de caza. Se abandonan porque no sirven para la caza, o porque est¨¢n heridos, tambi¨¦n porque se escapan. Las 10 hect¨¢reas de la asociaci¨®n incluyen una gran nave con tres espacios para perreras (para los reci¨¦n llegados, para los que est¨¢n en adopci¨®n y para los que necesitan tratamiento), as¨ª como muchos patios a los que los perros salen dos veces al d¨ªa.
Cada uno de los que llega aqu¨ª tiene una historia. A Clark, un galgo, lo trajo a la asociaci¨®n otro cazador. En ese momento no hab¨ªa hueco en las instalaciones, as¨ª que el hombre se fue y m¨¢s tarde el animal apareci¨® atado a la puerta del refugio; ten¨ªa, adem¨¢s, una pata rota. Glory, una bretona, fue atropellada, ten¨ªa una cadera rota y el rabo amputado, algo prohibido en Espa?a. Elisabeth Viejo, veterinaria del centro, se?ala: ¡°Todos los perros que llegan aqu¨ª suelen venir desnutridos, con garrapatas, pulgas, enfermedades, tumores¡ En general, en muy mal estado. Hace poco vino Grupo, un podenco al que le hab¨ªan disparado en la cara, y la metralla no se puede sacar, aunque s¨ª curar las heridas¡±.
Reciben avisos de perros abandonados, atados a ¨¢rboles, tirados a la basura, atropellados. Tambi¨¦n denuncian a cazadores cuyos canes malviven. Fruto de una de esas denuncias, el Seprona decomis¨® una rehala en Granada en una situaci¨®n ¡°dantesca¡±, cuyo propietario ha sido condenado a 18 meses de prisi¨®n. En otra intervenci¨®n en la misma provincia los agentes encontraron a Danco, un mast¨ªn fam¨¦lico: pesaba solo 25 kilos cuando lo normal son unos 50 y ten¨ªa garrapatas y signos evidentes de maltrato. Ahora luce rollizo en las instalaciones de la asociaci¨®n, a la espera de que lo adopten. Un trabajo similar hace la Fundaci¨®n Benjam¨ªn Mehnert, en Sevilla, que recoge unos 1.100 galgos abandonados por la caza al a?o. La mayor¨ªa se suelen adoptar en pa¨ªses del centro de Europa, m¨¢s concienciados.
Otro escenario de horror se encuentra en el camino de Carbonell, un carril sin asfaltar muy cerca de la capital cordobesa jalonado por parcelas donde suelen dormir animales. Al final, hay una con decenas de chamizos, muchos de ellos sin luz natural, donde centenares de perros de caza malviven entre el fr¨ªo y la lluvia, algunos con evidentes signos de desnutrici¨®n. ¡°Aqu¨ª hay un par de rehalas, y luego muchos perros de caza, los animales est¨¢n en condiciones de insalubridad, pasan fr¨ªo, comen poco, siempre est¨¢n ladrando y mal atendidos¡±, dice Javier Luna, tambi¨¦n de Galgos del Sur, mientras se?ala uno de los chamizos. El Ayuntamiento de C¨®rdoba no tiene constancia de ninguna denuncia ni de inspecciones al lugar.
El Seprona de la Guardia Civil es el encargado de vigilar el estado de estos animales. Aunque no hay datos a nivel nacional, sirva como ejemplo la provincia de C¨®rdoba, donde el cuerpo ha realizado unas 100 inspecciones en los ¨²ltimos tres a?os y ha constatado 162 infracciones, la mayor¨ªa por falta de chip o vacunas. Pablo Mu?oz es cabo primero en el cuerpo y ha realizado muchas inspecciones: ¡°Al inicio de la temporada de caza comprobamos que los perros tengan chip, obligatorio desde los tres meses. Es importante para que luego no haya abandonos. Durante la temporada miramos adem¨¢s si los veh¨ªculos cumplen la normativa de bienestar animal. Y tambi¨¦n inspeccionamos instalaciones, para ver si est¨¢n en buen estado. En la mayor¨ªa de los casos lo est¨¢n, porque los perros son la mano derecha del cazador¡±. Est¨¢ por ver si la norma proteger¨¢ a estos animales si la mano del cazador golpea al perro.
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